Sun Juchang y su esposa, Jiang Shuhong, han pasado juntos un total de 1382 días en cautiverio por luchar por recuperar sus libertades personales.
Sun Juchang ha soportado mucho a manos del Partido Comunista Chino (PCCh). Él ha sido detenido ilegalmente. Ha sido golpeado casi hasta el punto de quedar paralítico. Es vigilado constantemente. Y el gobierno del PCCh le ha robado sus tierras. El 27 de julio de 2018, funcionarios de la aldea ocuparon por la fuerza su parcela de tierra privada y la utilizaron para construir casas.
Todo este sufrimiento debido a que tuvo la audacia de defender sus derechos humanos fundamentales.
Sun Juchang vive en la aldea de Huang’anzi, bajo la administración del poblado de Tianheng del distrito de Jimo, en la ciudad de Qingdao, en la provincia oriental de Shandong.
La pesadilla comenzó en abril de 2002, cuando Sun Juchang fue contratado por el grupo de titularidad estatal Qingjian, una empresa de construcción con sede en Qingdao, para realizar construcciones en Argelia. Fue tentado con un depósito de 13 000 yuanes (aproximadamente 1900 dólares). Pero tan pronto como Sun Juchang se bajó del avión, el gerente general de la empresa, Liu Jianxiang, y los gerentes generales adjuntos, Liu Anhua y Liu Fuhua, se quedaron con su pasaporte.
Según Sun Juchang, el Grupo Qingjian se involucra en prácticas ilegales de empleo, explotando a los trabajadores y negándose maliciosamente a firmar contratos laborales con los mismos. Los trabajadores en Argelia eran obligados a trabajar horas extra, lo que incluía las noches luego de una jornada laboral completa de 12 horas. No tenían días libres, ni feriados o vacaciones, y su salario era escaso. Los accidentes causados por las operaciones ilegales o la fatiga luego de muchas horas de trabajos de construcción frecuentemente daban como resultado lesiones, y en ocasiones, la muerte. Los trabajadores (o sus familiares) jamás fueron compensados por dichas fatalidades.
Reconociendo la injusticia de todo esto, Sun Juchang exigió que el Ministerio de Comercio de China se pusiera de manera pública en contra del Grupo Qingjian, sacando provecho del hecho de que la empresa se negaba a firmar contratos laborales con trabajadores extranjeros, así como también a ofrecer cualquier tipo de seguro personal contra accidentes, en caso de que ocurriera algún accidente laboral.
Pero el Ministerio de Comercio de China se negó, y el Grupo Qingjian puso en marcha su brutal venganza contra Sun Juchang.
«El 11 de diciembre de 2003, en la oficina de la obra, Liu Jianxiang y otros les ordenaron a matones del hampa que utilizaran varas de hierro con un diámetro de 18 milímetros para golpearme brutalmente, los mismos me fracturaron el cráneo y causaron lesiones en varias partes de mi cuerpo, incluidos mi cuello y varias vértebras lumbares. Estuve en coma durante ocho horas, y pude sobrevivir luego de recibir tratamiento de emergencia en un hospital”, escribió Sun Juchang sobre su peligrosa experiencia.
“Posteriormente, no me permitieron realizar ningún tipo de tratamiento de seguimiento ni dejaron que la policía argelina interviniera e investigara el asunto. En lugar de ello, me encerraron en una pequeña habitación en un aserradero emplazado en los suburbios de Orán —una importante ciudad costera ubicada en el noroeste de Argelia— y me mantuvieron ilegalmente detenido allí”.
Mientras aún padecía las lesiones anteriormente mencionadas, Sun Juchang permaneció ilegalmente detenido en esta prisión emergente durante casi 70 días. Durante este período, fue frecuentemente insultado, humillado y agredido físicamente por Liu Fuhua y otros.
El 18 de febrero de 2004, Sun Juchang fue puesto en libertad y regresó a China.
Luego de regresar a China, Sun Juchang se sometió a una cirugía y a un tratamiento en el Hospital Haici de Qingdao, y posteriormente fue evaluado y catalogado por los departamentos pertinentes como discapacitado. Desde entonces, se ha embarcado en un extenso y desafiante camino para poder defender sus derechos.
Para dar inicio a este proceso, Juchang reunió copiosa evidencia y presentó una queja ante los departamentos pertinentes del Gobierno municipal de Qingdao, así como ante el Gobierno provincial de Shandong. Pero nadie le prestó atención. Bueno, excepto la Agencia de Peticiones del Gobierno municipal de Qingdao, quien amenazó con contratar matones para golpearlo nuevamente en represalia. Aún así, Sun Juchang se dirigió a Pekín para realizar otra petición.
Esto solo enfureció aún más a los funcionarios de la Agencia de Peticiones de Qingdao, de la Buró de Seguridad Pública y de otros departamentos gubernamentales, los cuales posteriormente conspiraron con el Grupo Qingjian para llevar a cabo una implacable campaña de represalias contra Sun Juchang.
A partir del 29 de mayo de 2006, Sun Juchang realizó múltiples viajes a Pekín para presentar una petición, pero en cada una de las ocasiones fue secuestrado por personal enviado por las autoridades, enviado de regreso a Qingdao y detenido en un centro de educación legal —un centro de detención extralegal establecido principalmente para albergar disidentes y peticionarios que buscan justicia— emplazado en la aldea de Louzituan bajo la administración del subdistrito de Tongji, en el distrito de Jimo.
En diciembre de ese año, luego de que las autoridades inventaran cargos contra él, Sun Juchang fue enviado desde el centro de educación legal a un campamento de «reeducación por medio del trabajo» donde permaneció ilegalmente detenido por más de un año y medio.
Mientras estuvo allí, fue frecuentemente golpeado por prisioneros, a instancias de los guardias. Estas agresiones causaron que el ya discapacitado Sun Juchang quedara paralizado. A pesar de esto, el campamento de trabajo rechazó su solicitud de buscar atención médica externa.
El 6 de junio de 2008, luego de completar su período de «reeducación por medio del trabajo», Sun Juchang, quien estaba al borde de la muerte, fue liberado del campamento de trabajo. El 1 de julio, él y su esposa, Jiang Shuhong, fueron detenidos en otro centro de educación legal y permanecieron detenidos allí por un plazo de cinco meses.
Nada de esto impidió que Sun Juchang intentara defender sus derechos e intereses, así como también los de su esposa.
Pero volvió a suceder lo de costumbre: cada vez que intentaban llegar a Pekín para presentar una petición, él y su esposa eran detenidos por las autoridades y enviados directamente al centro de educación legal emplazado en la ciudad de Jimo. En el año 2009, ambos pasaron seis meses acumulativos en estas cárceles. Y, una vez más, Sun Juchang fue sometido a brutales torturas y a un trato despiadado.
«Yo, alguien que no puede cuidar de sí mismo, estuve encerrado solo en un pequeño cuarto oscuro, lleno de desechos médicos, al final del pasillo en el segundo piso del Hospital Central de la aldea de Daxin, aislado del resto del mundo», dijo Sun Juchang sobre aquellos días oscuros en los cuales permaneció recluido desde agosto hasta noviembre de 2009.
“Para destruirme mentalmente, eliminaron todo lo que tuviera algo escrito en la habitación, incluso un pequeño trozo de papel. Cerraron las cortinas para privarme de la luz del sol. Durante los períodos de calor, [la policía] cerraba de manera intencional la puerta y la ventana del cuarto. Cuando defecaba y orinaba en la cama, nadie hacía nada al respecto. Las moscas pululaban por toda la habitación y los gusanos se arrastraban por el piso. Frecuentemente me privaban de agua y comida durante varios días seguidos. Cuando tenía sed y pedía agua para beber, un oficial de policía con el número de identificación 152 105 tomaba una botella de plástico llena de orina y la vertía en mi boca. También aparecía con frecuencia usando una máscara y me daba puñetazos en la cabeza y el rostro. La sangre brotaba de mi nariz y de mi boca, e incluso salpicaba la pared».
Para encubrir la verdad, el 25 de abril de 2012, funcionarios del Gobierno municipal de Qingdao establecieron una «prisión domiciliaria» para Sun Juchang y su esposa bajo el pretexto de «mantener la estabilidad».
Dentro y fuera de su residencia se instalaron cámaras de vigilancia sin puntos ciegos. La policía también envió personal para mudarse al hogar de la pareja y restringir su libertad. Hasta la fecha, ambos permanecen bajo vigilancia residencial.
El 2 de julio de 2017, Sun Juchang recibió una citación judicial de la Corte Popular del Distrito de Dongcheng en Pekín. Mientras planeaban viajar en autobús a Pekín, fueron interceptados por agentes de la estación de policía local y por personal de la Agencia de Peticiones, y fueron golpeados y humillados. Las hemorragias en las comisuras de su boca no le permitían hablar. Un empleado gubernamental lo amenazó diciendo: «¡El Gobierno está preparado para vigilarte durante otros 50 años, así que no puedes ir a ningún lado!».
Esto no era solo alarmismo. Se sabe que el 8 de junio de 2017, Sun Juchang planeaba dirigirse a la Agencia de Seguridad Pública para solicitar un pasaporte personal para buscar tratamiento médico en el extranjero, pero en el camino fue interceptado por agentes de policía y personal gubernamental del poblado de Tianheng.
«El sistema legal del país está muerto. La gobernanza del país basada en la ley es una mentira engañosa», afirmó Sun Juchang.
Informado por Li Mingxuan