Un nuevo video exclusivo detalla las regulaciones de administración interna del campamento de “transformación por medio de educación” de Yingye’er, en Sinkiang. Expertos confirman que sus reglas son casi idénticas a las de una prisión.
Massimo Introvigne
A fines de noviembre, Bitter Winter publicó un video exclusivo sobre el enorme campamento de “transformación por medio de educación” de Yingye’er destinado a personas de etnia uigur, emplazado en la ciudad de Yining, en Sinkiang. El video ha llamado la atención en todo el mundo. Ahora presentamos otro video sobre el mismo campamento, en el que se detallan sus normas y regulaciones de gestión internas.
Sus reglas y regulaciones se encuentran publicadas en letreros públicos colocados en los pasillos del campamento y en los mismos se detallan una variedad de cuestiones relacionadas con la administración interna, tales como la seguridad del campamento, el código de conducta de los «estudiantes» y del personal, así como también las disposiciones relativas a la comunicación de los internos con sus familiares. Según personal de seguridad pública, algunas de estas normas y regulaciones son casi idénticas a las regulaciones de una administración penitenciaria.
Las instrucciones relacionadas con el estado de la seguridad del campamento establecen lo siguiente: «La sección debe llevar a cabo arreglos generales con oficiales de policía armados, personal de seguridad pública, guardias de seguridad y otras fuerzas». De hecho, los oficiales de policía armados y el personal de seguridad pública forman parte de las fuerzas de seguridad de Estado. Por lo cual, si el campamento de Yingye’er fuera una escuela vocacional común y corriente, la rutina diaria implementada para brindar seguridad solo requeriría guardias de seguridad regulares.
El «Código de conducta» destinado a los «estudiantes», el cual se halla delineado en la «cartelera de temas pertenecientes a las clases» publicada en el pasillo, contiene 26 regulaciones. Entre estas, el artículo 23 merece una mención especial: se les exige a los «estudiantes» que se dirijan a los miembros de la policía armada y de la policía especial como «oficiales de policía» y a los cuadros docentes como «oficiales de capacitación». El requisito es notablemente similar al código de conducta utilizado para los reclusos de una prisión.
Una de las responsabilidades de los profesores exige que los mismos «se esfuercen arduamente en la enseñanza del marxismo-leninismo y del pensamiento del presidente Mao», «se adhieran a los lineamientos básicos del Partido» y les enseñen a los estudiantes una «filosofía proletaria».
Según las regulaciones, las responsabilidades del director y de los profesores de chino mandarín incluyen el adoctrinamiento de los estudiantes a través de educación ideológica y política. Las reglas establecen que, básicamente, solo los estudiantes que hablan uigur están obligados a aprender mandarín.
En una entrevista reciente con Bitter Winter, un empleado de otro campamento de «transformación por medio de educación» reveló que todos los detenidos uigures están obligados a aprender chino. «Pero incluso si una persona de etnia uigur logra obtener una puntuación perfecta en chino, no se le permitirá salir del campamento», reveló el empleado.
Las regulaciones del campamento de Yingye’er incluyen disposiciones detalladas sobre los contactos entre “estudiantes” y sus familiares, las cuales son extremadamente restrictivas. Las llamadas telefónicas entre ellos deben ser solicitadas y aprobadas, y la duración de cada llamada telefónica generalmente se limita a menos de cinco minutos. Las reglas exigen que las llamadas telefónicas deben ser «registradas, marcadas y supervisadas personalmente» por miembros del personal. La utilización de «palabras clave y de lenguaje secreto» durante las conversaciones está prohibida. Los reclusos que no cumplan con estas reglas serán castigados con la privación de los privilegios de llamadas telefónicas de familiares por un período que puede oscilar de uno a seis meses, dependiendo de cada situación.
El artículo 1 de las regulaciones sobre otro tema establece que en el contenido de «conversaciones sinceras» se debería incorporar “antiextremismo», y enfatiza que a través de dichas conversaciones, «el personal debe obtener una comprensión multifacética de la dinámica ideológica de los estudiantes, debe esforzarse en descubrir información de inteligencia emergente y tendenciosa, así como también pistas”.
Nuestro reportero también descubrió una habitación con un letrero en la puerta que dice «zhēnbié shì (Sala de revisión)». El significado original de la palabra china zhēnbié (revisión) es «diferenciar y distinguir», lo cual hace hincapié en la realización de evaluaciones, exámenes, identificaciones y verificaciones llevadas a cabo con cautela y seriedad.
Una de las explicaciones más probables de la función de esta sala de revisión también podría hallarse en la entrevista llevada a cabo con el empleado de otro campamento de «transformación por medio de educación», mencionada anteriormente. En ella, el empleado afirma que todos los detenidos son divididos en cuatro niveles de supervisión: poco severo, normal, estricto y reforzado. Según él, equipos especiales se encargan de evaluar regularmente a los «estudiantes» para determinar si los mismos han firmado una declaración de arrepentimiento y «han admitido su culpabilidad».
Posteriormente, se realiza una evaluación y los estudiantes que no la pasan son enviados a un centro de detención. Por lo tanto, lo más probable es que la sala de revisión del campamento de Yingye’er sea utilizada para evaluar el grado de “transformación” y de “reforma” de los estudiantes.
Si bien la propaganda del Partido Comunista Chino (PCCh) se esfuerza en ocultar la verdad, un creciente cuerpo de evidencia muestra que las autoridades del PCCh están llevando a cabo una persecución y supresión a gran escala de los uigures musulmanes. En sus comunicaciones externas, el PCCh se refiere a los campamentos de “transformación por medio de educación” como si fueran “escuelas”. Los materiales fácticos que nuestro reportero ha recopilado confirman que, tanto en términos de estructura interna como de regulaciones de administración, este campamento de “transformación por medio de educación” es, de hecho, una prisión.