El Partido Comunista de China (PCCh) ha movilizado a personas de todas las esferas sociales para reunir información sobre creyentes y denunciarlos.
El PCCh ha implementado un sistema de informes basado en recompensas y ha movilizado a trabajadores sanitarios, supervisores de construcción comunitaria, adultos jubilados, recolectores de desechos y otros, para que brinden información sobre cristianos. Las autoridades incluso han alentado a los seguidores de la iglesia protestante de las Tres Autonomías controlada por el gobierno a informar sobre los fieles de las iglesias domésticas.
En octubre de 2017, oficiales civiles de una estación de policía situada en el condado de Faku, en la ciudad de Shenyang, encontraron a un hombre de apellido Wang que recogía chatarra para ganarse la vida y lo tentaron para ayudar al gobierno a investigar a los cristianos: «Recoger chatarra es demasiado agotador y ganas muy poco dinero», dijeron los oficiales. «Por cada creyente sobre el que informes recibirás una recompensa de 5000 yuanes». Motivado por las ganancias, Wang se convirtió en un informante del gobierno, supervisando e investigando a los creyentes cristianos.
En la primavera de 2017, cuatro oficiales de una estación de policía de la ciudad de Daqing, en la provincia de Heilongjiang, visitaron un equipo local de saneamiento y convocaron a más de 70 trabajadores sanitarios para recabar información sobre creyentes cristianos. La policía les dijo a los trabajadores que cualquiera que se enterara de una reunión religiosa debería tomar fotos o videos en secreto; aquellos que informaran de inmediato recibirían una recompensa apropiada. Los policías entregaron sus tarjetas de presentación a cada trabajador sanitario y luego se retiraron. En junio del mismo año, oficiales de otra estación de policía rodearon a cuatro trabajadores sanitarios y les exigieron que vigilaran a los forasteros; se les dijo que al descubrir a los miembros de una reunión religiosa, informaran a la policía para que los feligreses pudieran ser rastreados y vigilados, sin ser alertados prematuramente.
El 2 de junio de 2018, funcionarios del gobierno de la ciudad de Donggang, provincia de Liaoning, llegaron a una aldea subordinada y celebraron una reunión. Hicieron arreglos para que cada líder de equipo observara secretamente a los seguidores religiosos en cada aldea, centrándose en el personal superior de las iglesias y manteniendo toda la operación en secreto.
El 26 de mayo, durante una reunión electoral realizada en una aldea en Wangyefu, en la división administrativa Harqin de la ciudad de Chifeng, en Mongolia Interior, un oficial de policía interrumpió la reunión a fin de reclutar a más de 60 asistentes para brindar información sobre creyentes, otorgando recompensas por llevar a cabo dicha tarea.
En mayo, una comunidad situada en la ciudad de Hunchun, en la provincia de Jilin, para poder implementar la política de las autoridades de «limpiar» a los asistentes de reuniones de iglesias domésticas, reclutó a un superintendente de edificio de tiempo completo en cada edificio residencial y les pagó 120 yuanes adicionales por mes para investigar y descubrir los hogares donde tuvieron lugar los sermones o se organizaron reuniones religiosas. Se otorgarían recompensas por denunciar personas y aquellos que no informaran serían castigados.
El 13 de abril, el director de una unidad situada en la ciudad de Bei’an, provincia de Heilongjiang, utilizó un grupo de trabajo de WeChat para movilizar a líderes de equipo para que brindaran información sobre las iglesias cristianas surcoreanas con sede en China, que se encontraran dentro de la jurisdicción.
El 15 de marzo, un cristiano perteneciente a una iglesia de las Tres Autonomías situada en el distrito de Acheng, ciudad de Harbin, en la provincia de Heilongjiang, reveló que los funcionarios del Departamento de Asuntos Religiosos obligaron a un pastor a registrar información sobre los creyentes de la Iglesia de las Tres Autonomías y también reclutaron a creyentes de la Iglesia de las Tres Autonomías para informar sobre cristianos pertenecientes a iglesias domésticas.
El 28 de febrero, una aldea en el distrito de Taizihe, ciudad de Liaoyang, en la provincia de Liaoning, convocó una reunión durante la cual funcionarios del Departamento de Asuntos Religiosos del distrito emitieron una orden dirigida a los cuadros de la aldea: «Deben llevar a cabo controles estrictos en cada esquina de la aldea, incluidos vehículos no identificados y personas sospechosas. Cuando encuentren a alguien que no puedan identificar, deben detenerlo. Si descubren reuniones religiosas domésticas, deben notificar a la policía. Por cada creyente a quien atrapen, recibirán una recompensa de 500 a 1000 yuanes. Si atrapan a uno de sus líderes, recibirán una recompensa de 5000 yuanes».
El 20 de febrero, una oficina comunitaria situada en la ciudad de Jilin, en la provincia de Jilin, reclutó vagos y personas mayores jubiladas para informar las ubicaciones de las reuniones domésticas, recopilar información sobre los cristianos dentro de la jurisdicción y registrar los casos de familias que a menudo tienen visitantes forasteros.
Informado por Lin Yijiang