Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
Las historias de los familiares de una mujer uigur confinados en los campos de internamiento de Sinkiang respaldan lo descrito en el documento secreto del PCCh recientemente filtrado. por Chang Xin La llamada «lista de Karakax«, una base de datos perteneciente al Gobierno chino recientemente filtrada que posee detalles personales de más de 300 residentes […]
En medio del brote del virus mortal, el PCCh continúa hostigando a las personas de fe y acusando a quienes rezan por los enfermos y los muertos de «poner en peligro la estabilidad social».
El PCCh está recopilando información de los iris de todo el pueblo chino, incluidos los niños, y almacenándola en gigantescas bases de datos, ¿por qué?
El PCCh implementa su plan de «sinificar» a los musulmanes fuera de Sinkiang mediante la eliminación de los símbolos islámicos, la rectificación de la arquitectura de estilo árabe y el adoctrinamiento.
La esposa de un musulmán de etnia hui que había estado confinado en uno de los campamentos de internamiento detalla cómo el Gobierno chino silencia a los reclusos para ocultar la verdad sobre sus persecuciones.
En China, para asegurarse de que ningún tipo de producto «sensible» llegue a los combatientes prodemocráticos, se vigila a los servicios postales y de mensajería, y se sanciona a su personal por cometer pequeños errores.
Desde el lanzamiento de la campaña tendiente a eliminar las publicaciones que «dañan la unidad del país» llevado a cabo el año pasado por el PCCh, numerosos libros ya no están disponibles para los estudiantes chinos.
Los creyentes sentenciados –de entre 17 y 78 años– fueron procesados por producir videos para la Iglesia. Dos de ellos permanecerán tras las rejas durante ocho años.
Durante 2019, muchas iglesias católicas fueron cerradas por negarse a unirse a la Asociación Patriótica Católica China. Incluso las iglesias operadas por el Estado son reprimidas.
Utilizando amenazas y abusando de los derechos, el PCCh hace que sus ciudadanos le proporcionen muestras de sus datos biométricos, a menudo alegando que se trata de exámenes médicos obligatorios u otros pretextos.
El año pasado se adoptaron un sinfín de nuevas regulaciones tendientes a reprimir a las personas de fe de todas las denominaciones, seguidas de campañas represivas sin precedentes.
En China, la gente es bombardeada con propaganda atea en una amplia variedad de formas, ya que el Gobierno busca erradicar la religión de sus vidas.
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