Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
Incluso las pocilgas, los corrales de ovejas y los cementerios pueden convertirse en lugares de reunión para los cristianos chinos; siempre y cuando les permitan evadir interrogatorios e inspecciones por parte del Estado.
Las mezquitas de toda China están siendo «sinizadas» por el régimen que les impone por la fuerza la ideología comunista a los fieles, eliminando los principios y valores religiosos de sus vidas.
Para frenar cualquier posibilidad de dispersión del sentimiento democrático en el país, el Gobierno les impone estrictas medidas a los visitantes que se dirigen o provienen de estas dos regiones.
El presidente Xi reaccionó con enojo después de que el reino himalayo se negó a firmar un tratado de extradición que tenía como objetivo deportar a refugiados tibetanos a China.
Más de 100 creyentes fueron convocados por la policía e investigados, y numerosos misioneros extranjeros fueron arrestados y deportados de China. por Li Mingxuan Mientras participa activamente en espionaje a nivel internacional, ya sea exportando la tecnología de red de Huawei para monitorear a personas que se encuentran viviendo en el extranjero, enviando espías estudiantiles […]
El obispo auxiliar de la diócesis de Mindong, Guo Xijin, volvió a ser intimidado para unirse a la Iglesia Patriótica, y los lugares de culto rebeldes están siendo clausurados.
“Controlar a la juventud de Sinkiang significa controlar el futuro de la región” parece ser el eslogan detrás de la campaña del PCCh para educar a los niños musulmanes en el ambiente de la etnia han.
Los residentes se ven privados de privacidad y libertad, ya que el Estado observa cada uno de sus movimientos utilizando macrodatos, reconocimiento facial y vigilancia invasiva.
Los cristianos de estas conservadoras iglesias domésticas protestantes se enfrentan a una persecución cada vez mayor, ya que sus lugares de reunión emplazados a lo largo de China son allanados por la policía y clausurados.
Desde el primer día del nuevo semestre, el PCCh ha estado intensificando la educación patriótica y la propaganda antirreligiosa en las escuelas primarias y secundarias.
Con el objetivo de ampliar aún más la vigilancia de los residentes, se intensifica en toda China la recolección forzada de datos biométricos. Las minorías étnicas y los creyentes son los principales objetivos.
Predicadores de las iglesias aprobadas por el Estado son presionados para reemplazar a Dios con la ideología comunista. Quienes desobedecen son acusados de deslealtad al régimen y son despedidos.
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