Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
Las autoridades chinas están implementando políticas tendientes a supervisar a los predicadores cristianos, entre las que se incluyen pruebas de evaluación y auditoría del contenido de los sermones.
En Henán, las autoridades están obligando a propietarios de tiendas a cambiar el nombre de las mismas o a cerrarlas si dichos nombres tienen algún tipo de significado religioso.
Las autoridades del condado de Lop de la prefectura de Jotán, en Sinkiang, están supervisando estrictamente a unos 2000 niños uigures de familias cuyos padres fueron llevados a campamentos de «transformación por medio de educación».
Surgió nueva información acerca de que mujeres que son retenidas en la Base de Producción de Artesanías Étnicas de Kazanqi —la cual recientemente se ha convertido en un campamento— son forzadas a trabajar.
El mes pasado, autoridades de la provincia de Sinkiang arrestaron a cristianos por diferentes razones. Algunos de ellos fueron enviados a campamentos de «transformación por medio de educación».
En un ataque indirecto hacia la religión, las autoridades respaldadas por el PCCh retrasaron o se negaron a emitir permisos para que iglesias domésticas organicen reuniones religiosas.
Después de que sus padres son llevados a campamentos de «transformación por medio de educación», los niños a menudo quedan abandonados a su propia suerte. En la actualidad, las autoridades están construyendo hogares de acogida para ellos.
Para obtener las credenciales necesarias de las autoridades gubernamentales, los predicadores deben demostrar que conocen la cultura china y el socialismo en vez del cristianismo.
Las autoridades de Henán se están apropiando de iglesias del Movimiento Patriótico de las Tres Autonomías (controlado por el gobierno) para utilizarlas como centros de entretenimiento.
Mientras mantenía una conversación con periodistas, el Papa afirmó que fue personalmente responsable del acuerdo con China y que tendrá la última palabra en lo que respecta a la elección de obispos.
El PCCh continúa implementando su campaña nacional para perseguir a la Iglesia de Dios Todopoderoso en provincias y ciudades de toda China, y la cantidad de creyentes arrestados sigue aumentando.
Las autoridades de Liaoning procuran monitorear a grupos religiosos extranjeros de manera más estricta en un futuro cercano.
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