Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
En el mes de enero en Hubei, el pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, Zhu Zhongcai, y otras 11 personas fueron juzgados y sentenciados por haber llevado a cabo “operaciones comerciales ilegales».
Acusadas de «celebrar reuniones ilegales», tres iglesias domésticas protestantes emplazadas en la provincia central de Henán fueron clausuradas, la policía además confiscó sus bienes.
Dos mujeres, ambas miembros de la Iglesia de Dios Todopoderoso, comparten sus recuerdos de humillación y tortura mientras se encontraban detenidas a causa de su fe.
Presentamos el impactante caso de la Dra. Gulshan Abbas –una inocente profesional que fue detenida– relatado exclusivamente para nosotros por su hija. ¿Cuándo finalizará este martirio?
Además de haber provocado dolor entre los creyentes, la destrucción también dañó la economía local debido a la disminución de la cantidad de visitantes.
Cualquier cosa relacionada con el islam debe irse: más reportes donde se informa que la minoría musulmana china está siendo privada gradualmente de cualquier identidad religiosa y cultural.
Luego de que un antiguo templo fuera destinado a un centro de actividades, los creyentes continúan sus prácticas religiosas en secreto, sin ver las estatuas de las deidades.
A medida que el PCCh continúa reprimiendo las creencias religiosas, incluso los objetos designados como sitios históricos y culturales protegidos no escapan a la destrucción.
Una miembro de la Iglesia de Dios Todopoderoso relata la tortura y el adoctrinamiento que padeció a manos de las autoridades chinas luego de ser arrestada a la edad de 21 años.
En China, cualquier cosa que esté relacionada con la religión está prohibida. Las autoridades están clausurando centros de bienestar y apoyo establecidos por creyentes o Iglesias.
Las autoridades destruyeron una iglesia de las Tres Autonomías emplazada en un condado de Henán prometiendo reconstruirla, pero en lugar de cumplir su promesa, frenaron la construcción de una nueva.
Los lugares de culto protestantes son presionados para que se unan a la Iglesia de las Tres Autonomías aprobada por el Gobierno y se sometan al control estatal. Las Iglesias rebeldes deben afrontar las consecuencias.
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