Revista sobre \n la libertad religiosa y \n los derechos humanos en China
En la ciudad de Dengfeng, en Henán, las autoridades están implementando un extenso programa de demolición que tiene como objetivo sitios religiosos: partes de 36 templos, incluyendo diez sitios históricos y culturales protegidos, han sido destruidos.
Autoridades del PCCh arrestaron a cuatro mujeres en la provincia de Shaanxi por organizar clases religiosas para 32 jóvenes cristianos y posteriormente las encerraron para torturarlas en celdas destinadas para internos del pabellón de los condenados a muerte.
En meses recientes, las autoridades en Henán han clausurado numerosas iglesias protestantes controladas por el gobierno. Tan solo en la ciudad de Nanyang, casi 20 de ellas han sido cerradas.
En Urumqi, en Sinkiang, las autoridades clausuraron una iglesia doméstica y arrestaron a varios de sus líderes eclesiásticos. Una mujer líder de la iglesia perdió su trabajo debido al arresto.
A principios de agosto, las autoridades lanzaron una operación de arresto de tres días que estaba principalmente dirigida a la Iglesia de Dios Todopoderoso y, posteriormente, sometieron a los detenidos a adoctrinamiento forzado.
Ya que sus padres se encuentran en campamentos de transformación por medio de educación, el único momento en el que los niños pueden verlos es a través de una videollamada corta, que es monitoreada por las autoridades.
Las autoridades amenazaron con expulsar a varios cristianos de la tercera edad del asilo de ancianos donde vivían en Henán.
Las autoridades en Jiangxi recientemente clausuraron una iglesia taiwanesa y deportaron a sus líderes.
Para extraditar a miembros de la Iglesia de Dios Todopoderoso que han huido al extranjero, las autoridades chinas están monitoreando y persiguiendo a sus familiares en China.
Un templo budista fue demolido en Hunan y varias personas fueron golpeadas mientras protestaban en contra de la demolición.
Las autoridades de la provincia de Jiangxi movilizaron a más de 200 personas para destruir un santuario ancestral, hiriendo a una docena de aldeanos que protestaban durante el proceso.
El secretario de una aldea que donó dinero para construir un templo se vio obligado a demolerlo personalmente y, luego, fue destituido del Partido Comunista Chino.
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