La semana pasada, varios medios de comunicación informaron que en Cantón se les ofrecían recompensas a los ciudadanos que denunciaban actividades religiosas ilegales a la policía. Esta es la historia completa.
Massimo Introvigne
La semana pasada, AsiaNews informó sobre las recompensas en efectivo ofrecidas en la ciudad de Cantón a los «Judas modernos», que denuncian actividades religiosas ilegales a la policía. Otros medios de comunicación también hablaron sobre la política de recompensas de Cantón.
Bitter Winter se ha enterado de que, de hecho, en Cantón existían dos documentos que fomentaban las actividades de denuncia de estos modernos cazarrecompensas. Primero, el sitio web del Gobierno publicó el anuncio original. Los que proporcionaran pistas que pudieran ser corroboradas recibirían recompensas que oscilarían entre 100 y 1000 yuanes. Aquellos que proporcionaran pistas comprobables y que ayudaran en la investigación de la organización religiosa ilegal y de sus miembros, recibirían recompensas que oscilarían entre 1000 y 3000 yuanes, o entre 3000 a 5000 yuanes si el grupo religioso tuviera conexiones en el extranjero. Aquellos que proporcionaran pistas comprobables y que colaboraran en «la detención de miembros destacados de la organización religiosa ilegal en China cuya sede central se encuentra situada en el extranjero, o en la identificación de las jerarquías y del personal clave de la rama nacional de la organización» recibirían recompensas que oscilarían entre 5000 y 10 000 yuanes.
No obstante, el mismo día, la Agencia de Asuntos Étnicos y Religiosos de la ciudad de Cantón emitió su Interpretación de las medidas de incentivo para las personas que denuncian actividades religiosas ilegales en la ciudad de Cantón, siendo el mismo un segundo documento sobre el mismo asunto. Dicho documento explicaba que el propósito y el significado de las nuevas medidas y del sistema de recompensas era proteger las actividades religiosas legales y restringir las ilegales, frenar el extremismo, resistir la infiltración y luchar contra el crimen.
Como ejemplos de «actividades religiosas ilegales», el texto menciona la «construcción de templos sin aprobación, o de estatuas de Buda construidas sin autorización, la organización privada de peregrinaciones, las congregaciones en lugares de reunión cristianos no autorizados, el proselitismo ilegal en línea, la capacitación religiosa no autorizada, la impresión no autorizada de publicaciones religiosas, etc.”. El documento explica que “estas actividades religiosas ilegales no solo afectan el orden religioso regular, sino que también causan daños al interés público de la sociedad. Las nuevas medidas ayudarán al Gobierno a fortalecer la vigilancia y el control y guiarán a las personas a descubrir, detener y rectificar las actividades religiosas ilegales».
Tal y como se mencionó anteriormente, no se ofrecen recompensas solo por denunciar a grupos radicados en el extranjero. Los grupos chinos también están incluidos. No obstante, si un grupo con conexiones extranjeras es denunciado, la recompensa será mayor. El documento ofrece una explicación ideológica correspondiente, incitando a los ciudadanos a “resistir la infiltración. Las infiltraciones a través de las religiones significan que fuerzas hostiles extranjeras utilizan a las religiones para implementar estrategias de ‘occidentalización’ y ‘diferenciación’ en nuestro país, y participar en actividades que violan las leyes y políticas constitucionales de nuestro país. Actualmente, el uso de medios religiosos para actividades de infiltración llevado a cabo por fuerzas extranjeras es omnipresente y está en aumento. Las nuevas medidas contribuirán a la estandarización de las actividades religiosas de intercambio con el extranjero y a la consolidación de las bases para resistir la infiltración». Esta es la habitual paranoia del PCCh post-Tiananmén sobre países extranjeros, particularmente Estados Unidos, que utilizan la religión para subvertir el régimen en China. Por otro lado, grupos evangélicos surcoreanos hicieron incursiones en China, y esto ha causado gran preocupación dentro del PCCh.
El documento también denuncia «fuerzas hostiles y criminales que cometen actividades ilegales y delictivas ocultas bajo el disfraz de la religión. Estas actividades socavan la unidad del Estado y la cohesión de las nacionalidades, violan los derechos de los ciudadanos y ponen en grave peligro a la sociedad. Deben ser suprimidas de acuerdo con la ley. Las nuevas medidas contribuirán a luchar contra diferentes delitos, tales como el uso de las religiones para llevar a cabo actividades de separatismo y terrorismo, y evitar que las actividades religiosas ilegales se conviertan en portadoras de actividades ilegales y delictivas de las fuerzas hostiles».
Aquí se hace referencia a uigures y a otros musulmanes de Sinkiang, así como a budistas tibetanos, que son rutinariamente acusados de «separatismo» y «terrorismo». El documento trata sobre Cantón, pero los musulmanes de Sinkiang y los budistas del Tíbet son sistemáticamente vigilados y hostigados cuando se desplazan o viajan fuera de sus regiones «autónomas». La referencia a «actividades delictivas» es a su vez una alusión a los movimientos religiosos enumerados como xie jiao o «enseñanzas heterodoxas», y totalmente prohibidos, tales como Falun Gong y la Iglesia de Dios Todopoderoso. La práctica de ofrecer recompensas a los que denuncian a los miembros de un xie jiao era, y sigue siendo, común en toda China.