La Escuela Técnica de Distribución y Comercialización de Sinkiang, en Shihezi, tiene estudiantes de etnias uigur y kazaja, razón por la cual se encuentra bajo estricta vigilancia gubernamental.
De acuerdo con fuentes informadas, recientemente las autoridades colocaron alambre de púas en las bardas perimetrales de la Escuela Técnica de Distribución y Comercialización de Sinkiang, en la ciudad de Shihezi. Oficiales de policía, armados con bastones eléctricos, también patrullan el área con mayor frecuencia que antes.
La razón de esto es que de los 800 estudiantes que asisten al instituto educativo, la mayoría de ellos son de etnia uigur. También hay algunos estudiantes kazajos. Los estudiantes más jóvenes de la escuela tienen 14 años de edad y los más grandes tienen más de 20 años.
Debido a su condición de minoría étnica y religiosa, el gobierno ha obligado a la escuela a limitar severamente el movimiento de estudiantes. Los estudiantes no pueden dejar las instalaciones cuando quieran y tampoco se les permite traer teléfono celular o ponerse en contacto con su familia.
Bajo el disfraz de mantener la estabilidad social, el PCCh quiere mantener a los jóvenes estudiantes lejos de sus familias para “cortar las raíces” de su fe islámica. También quieren alcanzar su ideal de una educación atea y “sinizada” en semejante entorno parecido al de una prisión.
La fuente reveló asimismo que los maestros también se encuentran bajo vigilancia. En el mes de junio, fueron inspeccionados los celulares de más de 40 maestros y, entre ellos, seis maestros uigures fueron encerrados en un campamento de “transformación por medio de educación” por contar con “información delicada” en sus dispositivos.
Información de Li Zaili