No es casualidad que las tensiones fronterizas con la India vengan acompañadas de una renovada campaña contra los movimientos religiosos y espirituales de la India activos en China.
por Massimo Introvigne
“Si ves a un hombre con una tela granate cubriendo sus caderas y un collar de cuentas sentado junto a una esterilla de yoga en una recóndita sala de meditación en China, es probable que no se trate de un líder espiritual honrado. China se ha convertido en un polo de atracción para los ‘gurús’ deshonrados nacidos en la India y las organizaciones sectarias que estafan a la gente vendiéndoles las llamadas lecciones espirituales”. Así es como el portavoz de propaganda del Partido Comunista Chino (PCCh), el Global Times, presentó un artículo sobre las «sectas» indias que operan en China, publicado el 15 de junio. El mismo día, el Global Times publicó otros dos artículos contra las llamadas «sectas» indias. En uno de los artículos les recordaba a los lectores las leyes chinas contra los xie jiao, y los otros dos artículos contenían comentarios de «expertos» de la Asociación China Anti Xie Jiao. Los tres artículos simultáneamente publicados por el Global Times se refieren a artículos paralelos publicados en los medios de comunicación en idioma chino.
Entre los grupos objetivo se encuentran los seguidores de Osho Rajneesh (1931–1990). Se alega que «parte de las teorías sexuales de Rajneesh llegaron a China, donde fueron acogidas por quienes participaban en actividades ilegales, tales como la prostitución grupal». De hecho, las autoridades chinas ya habían puesta en marcha campañas represivas contra los devotos de Osho, en el año 2010 en Fujian y en el año 2012 en Cantón.
La principal preocupación de los antisectas del PCCh ahora parece ser la Universidad de la Unidad y la Academia O&O, operadas por el Movimiento de la Unidad, con sede en Varadaiahpalem, Andhra Pradesh, India, que no debe confundirse con el Centro de la Unidad, el cual no está relacionado y cuya sede se encuentra emplazada en Nueva York. El Movimiento de la Unidad fue fundado en el año 1984 por Vijay Kumar, conocido como Sri Bhagavan, y su esposa Srimati Padmavati, conocida como Sri Amma. Bhagavan y Amma son considerados por sus seguidores como dos mitades del mismo ser, conocido como Sri Amma Bhagavan. Enfrentado a problemas de salud y demandando controversias con las autoridades fiscales de la India, Sri Bhagavan le entregó en el año 2019 la mayor parte de las organizaciones del Movimiento de la Unidad a su hijo Krishnaji (N.K.V. Krishna) y a la esposa de Krishnaji, Preetha Ji.
La espiritualidad del Movimiento de la Unidad es presentada como no sectaria y ecuménica. Los académicos lo consideran una combinación de elementos tradicionales hindúes y de la Nueva Era. El mismo ha tenido un éxito similar en China y ha operado una Universidad de la Unidad en Pekín durante varios años. El Movimiento de la Unidad actualmente es el movimiento espiritual indio más visible en China. Fuentes relacionadas con el PCCh afirman que «un equipo compuesto por más de una docena de organizadores [y] aproximadamente 200 profesores y voluntarios» está trabajando para reclutar chinos para los seminarios que se celebran tanto en China como en la India. Según se informa, más de 10 000 personas viajaron a la India para recibir capacitación espiritual del Movimiento de la Unidad. En Pekín, se ofrece capacitación cuatro veces al mes (actualmente solo en línea debido a la epidemia de COVID-19). En una ocasión, el cupo del curso se agotó en dos días y además se ofrecen cursos paralelos en otras cinco ciudades chinas.
Este y otros cursos similares basados en la espiritualidad india se describen como «llenos de lavado de cerebro». La Asociación China Anti Xie Jiao comenzó a reprimir al Movimiento de la Unidad en el año 2019, luego de que la actriz taiwanesa Annie Yi (Yi Nengying) efectuara una publicación en Sina Weibo promoviendo al grupo. Poco después, Yi eliminó la publicación, preocupada de que la controversia pudiera provocar un boicot contra sus películas en China.
Li Anping, ex subsecretario general de la Asociación China Anti Xie Jiao, les ha recordado ahora a los medios de comunicación que «la política de China de respetar la libertad de creencias religiosas se aplica [solo] a las cinco religiones principales oficialmente reconocidas por el Gobierno chino, las cuales son: el cristianismo, el catolicismo, el budismo, el taoísmo y el islam, pero no así a las instituciones espirituales que se difunden ilegalmente desde el extranjero». Incluso cuando un grupo, tal es el caso del Movimiento de la Unidad, «no ha sido oficialmente identificado como una secta [xie jiao] por el Gobierno chino», la legislación contra los xie jiao aún puede aplicarse si las autoridades descubren en el movimiento «una tendencia a controlar mentalmente a sus seguidores». «China ha sido acusada de interferir en la libertad religiosa en nombre de la represión de sectas. Pero, en realidad, todas las sectas no han hecho más que estafar y perjudicara a la gente», afirmó Li.
Es difícil creer que el hecho de que la campaña para implementar una mayor represión contra los movimientos espirituales indios se pusiera en marcha mientras las tensiones fronterizas entre China y la India se intensificaban, provocando el choque militar más mortífero en 50 años, solo sea una coincidencia.