Las autoridades están exigiendo la divulgación de las creencias religiosas de empleados y de sus familiares, restringiendo y poniendo en peligro sus trabajos y bienestar social.
por Piao Junying
La persecución contra la religión en China no solo está violando el derecho a la autoexpresión de los creyentes, sino que también trae aparejadas consecuencias negativas en su bienestar social y económico. Previamente, Bitter Winter ha brindado información sobre personal gubernamental, maestros y profesores universitarios castigados o despedidos a causa de sus creencias religiosas.
Recientemente hablamos con algunos creyentes afectados por políticas de empleo antirreligiosas. Para proteger el anonimato de estas personas, utilizamos seudónimos en lugar de sus nombres reales.
Según personas con información privilegiada, una corporación administrada por el gobierno en la ciudad Diaobingshan, en Liaoning, emitió recientemente un documento titulado Investigación de Circunstancias Específicas del Personal Religioso, en el que se exige el registro de las afiliaciones religiosas de los empleados de la corporación. Durante una reunión celebrada en la unidad minera de carbón en la ciudad de Dengta, la secretaria de la unidad advirtió que si se descubría que los empleados o sus familiares creían en Dios, los mismos serían despedidos y privados de los subsidios estatales.
En otra ocasión, durante una reciente entrevista de trabajo con una entidad estatal emplazada en Mongolia Interior, se le preguntó al creyente cristiano Li Qiang, si él o su familia poseían creencias religiosas. Se le dijo explícitamente que si era así, la organización no lo contrataría.
Una miembro de la Iglesia de Dios Todopoderoso (IDT), Wang Yue, experimentó la misma situación con empresas de capital privado mientras buscaba trabajo en la ciudad de Tangshan, en la provincia de Hebei. Vio anuncios de empleo donde se ofrecían puestos de trabajo en una conocida empresa china de Internet y en un gimnasio. No obstante, ambos anuncios estipulaban abiertamente que no contratarían a miembros de la IDT. Vacantes de trabajo publicadas por empresas pertenecientes a otras industrias contenían las mismas disposiciones.
La situación de Xiao Ye, otro miembro de la IDT quien había sido arrestado previamente a causa de su fe, fue aún más difícil. Después de ser liberado, Xiao Ye asistió a varias entrevistas de trabajo, pero fue rechazado por posibles empleadores debido a sus antecedentes de haber sido arrestado por sus creencias. En la actualidad, Xiao Ye ya no se atreve a solicitar trabajo en empresas y organizaciones conocidas y se ve obligado a aceptar cualquier trabajo temporal y mal remunerado.