Las autoridades del Partido Comunista clausuraron una iglesia doméstica emplazada en la provincia de Hebei acusándola de «colusión con misioneros surcoreanos».
por Feng Gang
El Sr. Wang Zhibin (seudónimo) es pastor de una iglesia doméstica emplazada en la ciudad de Cangzhou, provincia de Hebei. Hace cuarenta años, el pastor Wang viajó a Corea del Sur para estudiar teología, donde recibió un certificado pastoral. Entre los años 2009 y 2011, invitó en varias oportunidades a los pastores surcoreanos, Kang y Park, para asistir a reuniones de la iglesia e impartir sermones.
El 14 de noviembre de 2014, Wang Zhibin estaba celebrando una reunión cuando más de 30 empleados del Departamento de Asuntos Religiosos de la ciudad de Cangzhou, del Departamento de Seguridad Pública y de otros departamentos irrumpieron en el lugar donde se estaba llevando a cabo la misma. El director del Departamento de Asuntos Religiosos subió al podio y declaró: «Están coludiendo con misioneros extranjeros. ¡Esta es una reunión ilegal! ¡El gobierno exige que su iglesia sea clausurada!”. Posteriormente, el director les ordenó a los oficiales que desmantelaran la cruz de la iglesia. Wang Zhibin y otros seis fieles pertenecientes a la iglesia fueron detenidos.
Los oficiales de policía allanaron las instalaciones y confiscaron dos computadoras y libros religiosos. También le quitaron una cámara a un creyente que estaba tomando fotos del incidente.
Según el pastor Wang, la congregación de la iglesia había gastado 30 000 yuanes (aproximadamente 4000 dólares) en el alquiler de un edificio de dos pisos para celebrar sus reuniones. Para aliviar la carga financiera de la iglesia, subarrendaron la sala del frente del primer piso a otras personas por 18 000 yuanes (aproximadamente 2500 dólares) al año. El Departamento de Asuntos Religiosos no solo presionó al propietario para que revocara el contrato de arrendamiento, sino que también incitó al inquilino del primer piso a negarse a pagar el alquiler, lo que provocó que la iglesia perdiera más de 40 000 yuanes (aproximadamente 5700 dólares). Como consecuencia de ello, el lugar de reunión se vio obligado a cerrar.
Como Bitter Winter informó anteriormente, las autoridades en China han estado clausurando activamente las iglesias que tienen algún tipo de afiliación con misioneros extranjeros, con el fin de prevenir la «infiltración». Las iglesias surcoreanas se han convertido en el principal objetivo de la represión.