En la mañana del 22 de noviembre, el Gobierno local demolió por la fuerza el edificio de la Iglesia de Sion —una Iglesia protestante de las Tres Autonomías aprobada por el Gobierno y emplazada en Luoyang. Esta demolición fue llevada a cabo luego de que tanto la Iglesia como sus creyentes fueran amenazados en repetidas oportunidades, y que su edificio fuera atacado en múltiples ocasiones.
Los ataques llevados a cabo contra la Iglesia de Sion situada en la ciudad de Luoyang, en la provincia central china de Henán, comenzaron en el mes de octubre, aparentemente debido a que las autoridades querían reconstruir la calle Zhujiang en la cual se encontraba emplazada dicha iglesia.
A fines de octubre, el director de la Oficina Subdistrital situada en la calle Zhujiang emitió una «Notificación de demolición con fecha límite» dirigida a la Iglesia. Él dijo que las autoridades iban a demoler la iglesia como parte de las obras de reconstrucción de la calle. Se ordenó a la líder de la Iglesia que firmara la notificación, pero ella se negó rotundamente a hacerlo.
En el transcurso del mes siguiente a la emisión de este decreto, las autoridades tomaron medidas para comenzar con las tareas de demolición de la iglesia y de destrucción de su mobiliario.
Según un miembro de la Iglesia, «Poco después de las 7 de la mañana del 25 de octubre, más de 100 personas —entre los que se incluían oficiales de la estación de policía local, oficiales de gestión urbana y algunos matones— llegaron al edificio de la Iglesia de Sion en varios vehículos, y acompañados por dos camiones. Primero, utilizaron herramientas profesionales para abrir la puerta e ingresar al lugar. Luego, cortaron los suministros de agua y electricidad. Además, colocaron cinta selladora en todas las mesas, sillas y Biblias en la iglesia, y las sacaron del lugar».
Un cristiano de edad avanzada increpó furiosamente a los oficiales de policía por infringir la ley. El funcionario a cargo se ofendió por esta acusación y le respondió: “¿Quién esperas que te explique la ley? El Partido Comunista es la máxima autoridad ahora».
Al día siguiente, los miembros de la Iglesia repararon la puerta del edificio y compraron un gran candado para trabarla, y así evitar que las autoridades llevaran a cabo nuevos allanamientos. Desafortunadamente, los ataques apenas estaban comenzando.
Aproximadamente dos semanas después, las autoridades regresaron al edificio de la Iglesia de Sion para continuar con su comportamiento destructivo. Un miembro de la Iglesia informó que a las 7 de la tarde del 12 de noviembre, solo había dos creyentes de aproximadamente setenta años custodiando el edificio. A esa hora se presentó el secretario de la Oficina Subdistrital situada en la calle Zhujiang, acompañado por alrededor de 30 miembros del personal. Iban equipados con palas, mazos y otras herramientas, rompieron y sacaron el candado que los miembros de la Iglesia habían colocado en la puerta. Irrumpieron en la misma y abrieron las cuatro puertas de hierro que se hallaban en su interior.
Cuando la encargada de la iglesia se enteró de este segundo ataque llevado a cabo contra la misma, se apresuró a llegar al lugar. El secretario de la oficina subdistrital la amenazó afirmando que si seguía obstruyendo su trabajo, todos los creyentes serían arrestados. Posteriormente, el secretario les dio órdenes a sus subordinados, diciendo: “¡Lo que deba ser destruido, destrúyanlo y lo que deba ser demolido, demuélanlo!”. En cuestión de minutos, todas las ventanas de la iglesia habían sido removidas o destrozadas.
Al recordar la escena esa noche, un cristiano de edad avanzada dijo: «Ellos (las autoridades) siguen hablando de promover una sociedad armoniosa y la unidad nacional, pero así es como nos tratan a nosotros, la gente común». ¿Cuándo lograremos armonía social?”.
De acuerdo con los entrevistados, los «Dos Concilios» cristianos locales (el Movimiento Patriótico de las Tres Autonomías y el Consejo Cristiano Chino) le ordenaron a la Iglesia de Sion elegir un nuevo sitio en donde celebrar reuniones. No obstante, impusieron condiciones tales como, el nuevo sitio debe poseer una salida de emergencia, no debe estar situado cerca de una escuela o de una oficina de servicios de seguridad y no debe ser construido cerca de un área residencial ya que podría causar disturbios, entre otras restricciones similares.
Para los miembros de la Iglesia, estas condiciones fueron un intento deliberado de dificultarles las cosas, dejando a los creyentes en una difícil situación. «En un lugar tan atestado de gente como Luoyang, no nos es posible encontrar un sitio donde celebrar reuniones que cumpla con las condiciones establecidas», afirmó un creyente.
El edificio de la Iglesia de Sion era el centro de una comunidad cristiana y defenderlo era una obra de amor para los creyentes. Este fue construido en el año 2009 y costó más de 900 000 yuanes (aproximadamente 130 763 dólares), cifra que fue donada por los fieles. La iglesia cubría un área de aproximadamente 600 metros cuadrados y en ella se podían celebrar reuniones compuestas por más de 300 personas.
En la mañana del 22 de noviembre, la difícil experiencia de un mes de duración que tuvo que padecer esta comunidad de creyentes llegó a su fin. La iglesia que los creyentes habían defendido con determinación fue destruida por las autoridades, quedando reducida a solo un montón de escombros.
Informado por Jiang Tao