Las autoridades de Sinkiang controlan de manera estricta a los ciudadanos chinos que viajan al exterior y hasta pueden llegar a retener y revocar sus pasaportes.
por Li Zaili
Gülxan, una uigur de 65 años, tiene permiso de residencia de Kazajistán, donde vivía con sus tres hijos. En mayo de 2017, la directora de la unidad a la que había pertenecido Gülxan la llamó para que volviera rápidamente a Sinkiang; de lo contrario, perdería el pago de su jubilación. Al regresar, las autoridades le retiraron el pasaporte y el permiso de residencia.
Gülxan le pidió a su hija que le enviara una invitación para poder volver a Kazajistán, pero el gobierno local le prohibió salir de Sinkiang, por lo que se vio obligada a alquilar una vivienda. Vive sola, tiene una afección cardíaca y necesita someterse a una cirugía de bypass coronario, pero no puede hacerlo porque no tiene a nadie que cuide de ella tras la operación.
En abril de este año, Ma Ming, su esposa, su hijo, su nuera y su nieto de un año regresaban a la prefectura de Tacheng después de un viaje al extranjero. Tan pronto como bajaron del avión, la policía detuvo a Ma Ming, a su esposa e hijo. La policía le dijo a la esposa del hijo que la enviarían a un “campamento de transformación mediante educación” a “estudiar” cuando terminase de amamantar a su bebé.
En marzo de 2017, una mujer se disponía a ir a trabajar a Turquía y, mientras se encontraba en la sala de espera del aeropuerto de Urumqi, varios agentes le pusieron una capucha negra sobre la cabeza y se la llevaron. La trasladaron a un campamento y la liberaron cinco meses después. Las autoridades no han explicado los motivos de su detención. En febrero de este año, la policía arrestó a Kemer de nuevo y permanece detenida en un campamento.
Ma Chunmei, una mujer de la etnia hui oriunda de la prefectura de Tacheng, en Sinkiang, solicitó un pasaporte en agosto de 2017. Tan sólo un mes después de recibirlo, las autoridades le enviaron un mensaje a través de WeChat indicando que quienes tuviesen pasaporte debían remitirlo al gobierno del condado para su custodia. La Sra. Ma lo envió según lo indicado y recibió otro mensaje informando que sería revocado.
Amina, una septuagenaria uigur, fue interrogada varias veces por haber ido a visitar a su hijo y nietos en los Estados Unidos. Las autoridades terminaron por retenerle el pasaporte.
(All names in this article are pseudonyms.)