Predicadores de las iglesias aprobadas por el Estado son presionados para reemplazar a Dios con la ideología comunista. Quienes desobedecen son acusados de deslealtad al régimen y son despedidos.
por An Xin
En agosto, una iglesia de las Tres Autonomías en la provincia nororiental de Liaoning suspendió a uno de sus predicadores, una graduada del Seminario de la Alianza Bíblica en Hong Kong, porque se opuso a las declaraciones de un pastor que habló desfavorablemente sobre los líderes de Taiwán frente a su congregación. Sus palabras fueron reportadas a las autoridades y fue considerada “contraria al Partido y al Gobierno”.
Miembros de la iglesia dijeron a Bitter Winter que cuatro días después de que hizo los comentarios, funcionarios del Departamento de Seguridad Estatal local fueron a hablar con la predicadora; en particular, acerca de sus puntos de vista sobre Hong Kong y Taiwán. También se le preguntó si recientemente había tenido algún trato con iglesias domésticas y cristianos de Hong Kong o si había hecho comentarios públicos acerca de Hong Kong y los “disturbios” que ha habido ahí.
Presionado por el Gobierno, el comité administrativo de la iglesia emitió un aviso donde se castigaba a la predicadora con una suspensión. Según fuentes locales, la predicadora dejó la localidad donde se encontraba la iglesia.
El texto del veredicto dice: “[La predicadora] hizo comentarios sobre un tema sensible y causó problemas al Gobierno y a la Iglesia. A petición del Gobierno, esta persona, que tiene vínculos con el Seminario de la Alianza Bíblica, ha sido suspendida. No recibirá remuneración alguna durante el periodo de suspensión y cultivo espiritual”.
La “postura política” ahora se ha convertido en el principal criterio para evaluar al clero en iglesias operadas por el Estado. Desde el año pasado, los gobiernos locales en toda China comenzaron a aplicar estándares de membresía del Partido Comunista para filtrar a los predicadores con el fin de formar un grupo de clérigos “rojos” que sean leales a los ideales del comunismo y que sigan sin cuestionamientos la política de “sinificación” de la religión de Xi Jinping.
“Siempre que obedezcas al Gobierno, no importa si entiendes la Biblia o no; aun si dices tonterías, apruebas. Si el Gobierno no te aprueba, no importa qué tan bien hables o cuánto entiendas la Biblia, no servirá de nada”, dijo un predicador de la ciudad de Jiujiang en la provincia suroriental de Jiangxi, quien participó en una evaluación el año pasado, pero no obtuvo el certificado de predicación.
Un miembro de los Dos Consejos Nacionales Cristianos locales de la ciudad de Xinxiang en la provincia central de Henán fue despedido en agosto porque no estuvo dispuesto a incorporar la cultura tradicional china, hablar sobre los festivales tradicionales chinos (como el Festival de Qingming, el Festival del Bote del Dragón, el Festival de Mediados de Otoño, el Día Nacional…) e incluir otro contenido similar en sus sermones, como lo requiere el Gobierno. También expresó insatisfacción con la política del Partido Comunista Chino (PCCh) de “sinificar” el cristianismo.
En octubre de 2018, a un predicador de la Iglesia de las Tres Autonomías de 48 años del distrito de Hekou de la ciudad de Dongying, en la provincia oriental de Shandong, le suspendieron sus deberes de predicación porque en sus sermones se opuso a la intervención del Gobierno en las elecciones de la Iglesia.
“En este momento, la persecución directa no es algo que dé miedo, pues todo el mundo puede ver lo que está pasando. Lo más atemorizante es la confusión espiritual”, dijo con preocupación un colaborador de una iglesia local de las Tres Autonomías. “Los sermones que se dan en las iglesias de las Tres Autonomías han degenerado en lo que a su naturaleza se refiere. Las personas son adoctrinadas con argumentos falaces confeccionados por el PCCh, sin que se percaten de ello. Poco a poco, los creyentes son ‘sinificados’”.
El año pasado, 119 empleados de la Iglesia de las Tres Autonomías en la provincia nororiental de Jilin fueron despedidos. Una de las razones de los despidos fue “sospecha de estar relacionados con infiltración extranjera”.
“En el pasado, oramos por la cristianización de China. Ahora, el Gobierno nos está exigiendo que oremos por la ‘sinificación’ del cristianismo”, dijo la persona a cargo de una iglesia de las Tres Autonomías en la ciudad de Yanshi en Henán.