Creyentes de testigos de Jehová de la provincia de Shandong comparten su experiencia sobre cómo evitan ser identificados como religiosos y evaden la persecución mientras practican su fe.
por Li Mingxuan
A pesar de que no forman parte de la lista de xie jiao, en China, las actividades de los testigos de Jehová son consideradas ilegales. A mediados de abril, 17 testigos de Jehová procedentes de la ciudad de Korla, en Sinkiang, fueron acusados de «utilizar una organización religiosa maligna» para «incitar a la obstrucción de la aplicación de la ley» y uno por «obstruir la aplicación de la ley mediante la organización y utilización de una organización religiosa maligna». Es la primera vez que el artículo 300 del Código Penal, normalmente reservado a las organizaciones catalogadas como xie jiao, es aplicado contra los testigos de Jehová.
Los misioneros de los testigos de Jehová procedentes del extranjero son considerados «fuerzas hostiles» y son frecuentemente deportados como parte de la campaña china tendiente a acabar con la infiltración religiosa extranjera.
Para practicar su fe en un ambiente hostil y evadir la persecución y los arrestos, los testigos de Jehová esparcidos por todo el país se ven obligados a tomar numerosas medidas de protección. Miembros de esta organización religiosa procedentes de la provincia oriental de Shandong comparten su experiencia con Bitter Winter.
Ten cuidado con lo que dices o vistes
«En China, ser una persona de fe no es una tarea sencilla. Si la policía descubre que los extranjeros son religiosos, más si predican, aunque tengan familia e hijos en China, serán deportados y separados de sus seres queridos», afirmó una mujer extranjera testigo de Jehová que se estableció en Shandong hace nueve años.
Para evadir el escrutinio gubernamental, la mujer y sus correligionarios se reúnen en secreto, y son cautelosos con la forma en que hablan y se comportan. También deben tener especial cuidado con la forma en que se visten. «En nuestras reuniones, nos vestimos de forma modesta y digna para expresar reverencia por el Señor. Las mujeres generalmente usan faldas largas», explicó. «Para escapar de la atención del Partido Comunista Chino (PCCh), colocamos nuestras faldas en una bolsa, y nos ponemos la ropa cuando llegamos al lugar de reunión».
La mujer también reveló que debido a que el PCCh controla estrictamente internet, los creyentes no pueden utilizar palabras sensibles y relacionadas con la fe en WeChat o en otras plataformas de mensajería o redes sociales; la mayoría de los miembros de la iglesia se ponen en contacto de manera directa. La mujer afirmó que, para no atraer la atención de las autoridades e implicar a otros creyentes, solo se comunica con los creyentes que viven en el área local, y no en otras partes del país.
Si los creyentes son descubiertos, la policía los investigará y los hostigará. Mientras tanto, algunos misioneros extranjeros han sido deportados a sus países de origen y ahora están sufriendo el dolor provocado por la separación de sus familias.
Camuflar los lugares de reunión
Los creyentes incluso son cautelosos durante las reuniones: mantienen sus voces muy bajas cuando cantan, de modo que solo pueden escucharse entre sí, y cubren las ventanas con cortinas opacas incluso durante el día.
Un predicador perteneciente a los testigos de Jehová, un chino nativo, le dijo a Bitter Winter que, para mantener sus reuniones ocultas, el lugar de reunión que rentaron está registrado bajo el nombre de una empresa. Temerosos de ser identificados como un lugar de reunión religioso, los creyentes no contrataron profesionales para que insonorizaran las paredes del local, sino que lo hicieron ellos mismos.
Debido a que numerosos lugares de reunión religiosos han sido clausurados tras avisos a las autoridades, el predicador le advirtió a su congregación que no acepten a extraños en la iglesia de manera casual. Los recién llegados deberán ser presentados por un conocido para evitar que los espías del PCCh se infiltren en la iglesia.
«Si llegan a tiempo a una reunión, la puerta se abrirá y no tendrán que llamar. Si llegan tarde, la puerta definitivamente estará cerrada. No deben golpear ni decir nada, solo deben esperar un momento afuera”, el predicador le explicó a la congregación las reglas a ser utilizadas al llegar a una reunión. “Finjan que están distribuyendo volantes o caracterícense como otra persona para ocultar su identidad. Alguien vendrá a abrirles la puerta. Gracias al equipo de vigilancia que está instalado adentro podemos ver quién está parado afuera de la puerta».
En el lugar de reunión, se exhiben estantes con libros escritos en japonés, inglés y en otros idiomas, y en los muros se pueden ver imágenes y fotos. Esto también es parte del camuflaje, explicó el predicador: «Si nos encontramos con una redada, simplemente diremos que les estamos ofreciendo clases gratuitas de dibujo, arte, idiomas u otras clases a amigos».
Una vez que terminan las reuniones, los creyentes se retiran en pequeños grupos de no más de tres personas a la vez, no se hablan entre sí, y mucho menos discuten temas relacionados con la fe.
Si misioneros extranjeros se reúnen con miembros de la iglesia fuera del lugar de reunión, deberán fingir que no se conocen. Esto se hace para proteger a los creyentes locales de la persecución y a los misioneros de ser deportados; se trata de una precaución necesaria e inevitable, le explicó el predicador a su congregación.