En el año 2017, tres miembros de la Iglesia de Dios Todopoderoso procedentes de la provincia de Shandong fueron arrestados, fuertemente multados y encarcelados solo a causa de su fe.
Ye Jiajia
El 24 de octubre de 2017, tres miembros de la Iglesia de Dios Todopoderoso (IDT) —Liu Junhua, Yao Shuzhi, y Wu Baozhen— se encontraban reunidos en el hogar de un creyente, emplazado en el distrito de Mudan de la ciudad de Heze, en la provincia china oriental de Shandong, cuando más de diez policías vestidos de civil irrumpieron en el lugar luego de derribar la puerta. Los tres creyentes estaban escribiendo sus experiencias relacionadas con la creencia en Dios Todopoderoso, como parte de sus prácticas religiosas. Los oficiales los arrestaron bajo sospecha de «utilizar una organización xie jiao para socavar la aplicación de la ley”, afirmando que creer en Dios Todopoderoso significaba violar la ley.
La Iglesia de Dios Todopoderoso ha sido perseguida por las autoridades chinas desde 1995, cuando este nuevo movimiento religioso cristiano fue incluido en la lista de xie jiao; las llamadas enseñanzas heterodoxas, cualquier asociación con la cual se considera un delito y conlleva prisión.
Los arrestados fueron trasladados al hotel Jinhai emplazado en Heze, donde fueron interrogados durante 24 horas. Posteriormente, permanecieron detenidos en el centro de detención de la ciudad durante casi un año.
En agosto de 2018, los casos de los tres miembros de la IDT fueron escuchados en el Tribunal Popular del Distrito de Mudan emplazado en Heze. El tribunal utilizó como prueba los relatos escritos sobre sus creencias y copias de materiales de la Iglesia que tenían en su poder, las cuales consideraban que estaban destinadas a ser distribuidas. Se determinó que todo esto constituía el delito de «utilizar una organización xie jiao para socavar la aplicación de la ley».
Liu Junhua, Yao Shuzhi, y Wu Baozhen se defendieron en el tribunal, declarando que estaban comprometidos en actividades religiosas legítimas, lo cual no constituía un delito, y mucho menos «socavar la aplicación de la ley». No obstante, el tribunal no tuvo en cuenta su defensa y, el 8 de agosto, de conformidad con el párrafo 1 del artículo 300 del Código Penal de la República Popular China, sentenció a Liu Junhua, Yao Shuzhi y a Wu Baozhen a diez años de prisión, comenzando a contabilizar el tiempo de detención a partir del 24 de octubre de 2017. Además, cada uno de ellos recibió una multa de 50 000 yuanes (aproximadamente 7500 dólares).
Los tres creyentes se negaron a aceptar el veredicto inicial y apelaron ante el Tribunal Popular Intermedio de la ciudad de Heze, pero su apelación fue desestimada el 9 de octubre, y el tribunal confirmó el fallo original. El tribunal nunca notificó a sus familiares sobre la audiencia de apelación, por lo que no pudieron comparecer ante el tribunal ni escuchar los procedimientos judiciales. Hasta la fecha, los familiares de Yao Shuzhi y de Wu Baozhen no han recibido una copia del veredicto escrito del tribunal.
Veredicto penal sobre los tres miembros de la IDT, emitido por el Tribunal Popular del Distrito de Mudan, en Heze.
El 8 de noviembre, Liu Junhua, Yao Shuzhi y Wu Baozhen fueron trasladados a la prisión de Weibei, en Shandong, para cumplir sus sentencias.
Preocupados por la situación de sus seres queridos en prisión, los familiares de los tres creyentes dijeron que, en China, los miembros de la IDT sufren una persecución implacable, con una política continua de «golpearlos [a ellos] hasta matarlos, con impunidad», por lo que temían que no fueran capaces de soportar los años de tormento mientras estuvieran encarcelados.
Según el Informe anual del 2018 sobre la persecución llevada a cabo por el Gobierno comunista chino contra la Iglesia de Dios Todopoderoso, publicado por la Iglesia, solo en el año 2018, 685 creyentes de la IDT fueron cruelmente torturados y sometidos a adoctrinamiento forzado. Las estadísticas recopiladas muestran que 392 de los miembros de la IDT que fueron arrestados han sido sentenciados, y al menos 20 murieron como resultado de la persecución, la mayoría de los cuales habían sido torturados antes de su muerte, mientras que otros murieron a los pocos días de ser arrestados.