Tan pronto como se levantó el cierre de emergencia tendiente a frenar la propagación del coronavirus, las iglesias domésticas inmediatamente comenzaron a sentir el resurgimiento de las medidas represivas del PCCh, cuyo objetivo es obligarlas a unirse a la Iglesia estatal.
por Tang Zhe
El 27 de abril, más de 30 personas fueron enviadas a demoler una iglesia doméstica emplazada en el distrito de Guangxin de Shangrao, una ciudad a nivel de prefectura de la provincia suroriental de Jiangxi. Las autoridades locales afirmaron que el lugar debía ser demolido porque era de propiedad privada y no había sido aprobado por el Gobierno.
«La persecución de iglesias domésticas llevada a cabo por el Partido Comunista es cada vez más severa», afirmó un miembro de la congregación. «Esto se debe principalmente a que cada vez más personas creen en el cristianismo. Como las iglesias domésticas se niegan a registrarse y a ser administradas por el Estado, el PCCh ejerce una gran presión sobre las mismas. El objetivo final es ‘sinizar’ el cristianismo».
Tras la demolición, los más de 20 miembros de la congregación del lugar tuvieron que comenzar a reunirse en secreto. «Seremos multados con 50 000 yuanes [alrededor de 7000 dólares] si el Gobierno descubre que volvemos a reunirnos para practicar nuestra fe», afirmó el miembro de la congregación.
Un residente que presenció la demolición comentó que el Gobierno puede hallar cualquier pretexto para demoler una iglesia. «Prohíbe que te reúnas afirmando que tu iglesia es ‘ilegal’», añadió. “La gente común es reprimida, maltratada y no tiene libertad de expresión. Los que intenten razonar con el Gobierno serán detenidos. Xi Jinping quiere ser tan poderoso como Mao Zedong para gobernar todo”.
A mediados de abril, funcionarios del Gobierno del poblado de Fenglingtou en el distrito de Guangxin irrumpieron en un lugar perteneciente a la antigua Iglesia Local y eliminaron por la fuerza una cruz y otros símbolos religiosos. Los mismos también saquearon el dinero de las donaciones de la iglesia.
Un miembro de la iglesia le dijo a Bitter Winter que era la tercera vez que la misma era allanada en el plazo de una semana. «Hemos sufrido frecuentes hostigamientos por parte del Gobierno por nuestra negativa a unirnos a la Iglesia de las Tres Autonomías», afirmó. «Temen que como el cristianismo llegó a China desde el extranjero, nos unamos con los estadounidenses en contra el Partido Comunista. No podemos seguir al Partido Comunista ateo en lo relacionado a nuestra creencia en el Señor. El objetivo del Gobierno es eliminar nuestra fe».
Dos lugares más, pertenecientes a iglesias domésticas, fueron clausurados en Fenglingtou. El 17 de abril, más de 30 matones locales, liderados por funcionarios del Gobierno del poblado irrumpieron en un lugar de reunión de la antigua Iglesia Local emplazado en la aldea de Kengkou del poblado y disolvieron una reunión.
«Nos dijeron que debíamos erigir una bandera nacional y exhibir retratos de Mao Zedong y Xi Jinping», recordó un miembro de la congregación. «Todas las reuniones fueron prohibidas y los funcionarios nos dijeron que, si volvíamos a reunirnos, tendremos que entregarle el edificio de la iglesia al Gobierno, y el mismo será convertido en un centro de actividades para ancianos o en una fábrica. O será demolido».
A fines de abril, funcionarios locales amenazaron con destituir al director de una iglesia doméstica emplazada en la ciudad de Fengcheng de su cargo en el Gobierno de la aldea y arrestar a los miembros de la congregación si continuaban celebrando reuniones. También fueron de casa en casa para registrar la información personal de los creyentes y recoger sus huellas digitales. Varios días después, funcionarios de la Agencia de Asuntos Religiosos local colocaron retratos de Xi Jinping en los lugares y les enviaron fotos a sus superiores a modo de prueba.