Los estudiantes de primaria y secundaria en la región están siendo forzados a abandonar sus creencias religiosas.
por Li Zaili
Previo al mes sagrado del Ramadán en mayo de este año, el director de una escuela en Turfán, Sinkiang, emitió una directriz verbal para que todas las imágenes y textos uigures e islámicos que les fueran encontrados a los estudiantes se rompieran y se tiraran a la basura. A los estudiantes se les instruyó llevar todos sus materiales de lectura a la escuela para su inspección, lo cual fue llevado a cabo por sus maestros.
Un estudiante de primaria ha revelado que también se planearon ciertas actividades para impedir a los estudiantes que realizaran ayunos durante el Ramadán. Se les pidió que trajeran comida de su casa todos los viernes para asegurarse de que tuvieran comidas regulares como sus compañeros de clase de la etnia han. Además de eso, los maestros incluso inspeccionaron o registraron la casa de estudiantes islámicos o uigures para asegurarse de que no estuvieran ayunando. Todo esto se descontinuó después del Ramadán.
Desde la implementación de las nuevas Regulaciones sobre Asuntos Religiosos en el mes de febrero, a los niños pequeños en Sinkiang se les está prohibiendo practicar su religión. Tanto a los estudiantes musulmanes como a los cristianos se les dice que no crean en Dios y que aprendan, más bien, sobre las políticas de Xi Jinping. Esto se hace colgando pancartas, realizando reuniones y publicando folletos. Cualquier persona que sea descubierta practicando una fe religiosa aun después de esto, podría enfrentar la cárcel de acuerdo con las advertencias emitidas.
Un maestro que quiso permanecer en el anonimato dijo: “El Partido Comunista de China (PCCh) maneja a las escuelas como sus bases para el adoctrinamiento de la siguiente generación, así que los niños niegan a Dios desde el principio. Esto es un adoctrinamiento descarado y una grave violación a los derechos humanos”.