Miembros de la Iglesia de Dios Todopoderoso comparten sus terribles experiencias en las cuales debieron pasar hambre, fueron privados del sueño, golpeados o sometidos a otras formas de tortura mientras se encontraban detenidos.
por Xin Lu
La Iglesia de Dios Todopoderoso (IDT) es el movimiento religioso más perseguido en China y cuyos miembros a menudo son torturados mientras se encuentran detenidos y a los que la policía obliga a revelar información sobre su Iglesia o a firmar declaraciones de renuncia a su fe.
Pasando hambre durante 82 días
“Sentí que iba a morir a causa del hambre, por las noches a menudo soñaba que estaba comiendo. Si las paredes no hubieran estado cubiertas con materiales blandos, me habría suicidado golpeándome la cabeza contra ellas”, afirmó una miembro de la IDT procedente de la provincia central de Henán mientras le relataba a Bitter Winter los sufrimientos que había padecido en prisión.
Siete años atrás, cuando tenía 21 años, fue arrestada y posteriormente sentenciada a cuatro años de prisión al ser acusada de «organizar y utilizar una organización xie jiao para socavar la aplicación de la ley».
El artículo 300 del Código Penal Chino establece que ser miembro activo de una organización xie jiao puede dar lugar a una pena de prisión de tres a siete años. Dicho artículo es frecuentemente utilizado para condenar a miembros de grupos religiosos que han sido incluidos en la lista de xie jiao.
Durante su detención, la mujer se negó a usar una etiqueta que especificara su condena porque creía que era algo blasfemo. Los enfurecidos guardias de la prisión les ordenaron a sus compañeros de celda que desnudaran a la creyente, y posteriormente encerraron a la misma en una pequeña celda utilizada para torturar a los detenidos. Los muros y el piso de dicha celda estaban especialmente diseñados para evitar que los prisioneros se suicidasen cuando ya no pudieran soportar el dolor infligido por la tortura.
“A diario, solo me daban un bollo al vapor ligeramente más grande que un huevo y una cucharada de sopa con algunas verduras para comer. Los guardias simplemente tiraban la comida en lugar de dármela”, recordó la mujer, añadiendo que se sentía tan hambrienta que hurgaba en los cubos de basura en busca de comida, pero cada vez que era descubierta haciendo eso, los guardias la detenían.
Hambrienta y exhausta, tenía que soportar intensos castigos físicos a lo largo del día. Los guardias la obligaban a ponerse en posición de firme, a marchar con el paso de la oca al estilo militar, a hacer sentadillas o la torturaban de otras maneras. También les decían a otros reclusos que la golpearan y abusaran de ella.
Tras 82 días de malnutrición, la mujer perdió mucho peso y dejó de tener su período. La misma continuó sintiéndose anémica incluso luego de haber sido liberada.
Brutalmente golpeados y sometidos a torturas mediante descargas eléctricas
“Su membresía en la Iglesia de Dios Todopoderoso significa que quebrantó la ley. Si no lo admite, lo mataremos a golpes», un miembro de la IDT procedente de Chongqing, un municipio del suroeste de China administrado directamente por el Gobierno central, recordó cómo fue amenazado por la policía durante un interrogatorio efectuado en mayo del año pasado.
El hombre en cuestión permaneció detenido en un centro de interrogatorios secreto situado en una zona desolada y deshabitada durante más de dos meses. Durante dicho período, la policía lo golpeó, lo pateó, lo abofeteó y lo apaleó hasta que el palo que estaban utilizando se rompió en pedazos.
Incapaz de soportar un dolor tan extremo, golpeó su cabeza contra la cama, intentando acabar con su vida, pero los policías ignoraron su agonía y continuaron golpeándolo hasta que se desmayó.
Todo su cuerpo estaba cubierto de cortes y heridas, y sus pies estaban tan hinchados que no podía ponerse los zapatos. Sin tener en cuenta su situación, se lo mantuvo atado a un banco de tigre –siendo el mismo un dispositivo de tortura de hierro en el que las víctimas se ven obligadas a permanecer sentadas con las rodillas atadas– durante tres días y tres noches, sin poder cerrar los ojos y viéndose obligado a ver videos propagandísticos en los que se calumniaba a la IDT.
El hombre aún sigue traumatizado por la tortura a la que fue sometido. A menudo se despierta a causa de las pesadillas y su memoria se ha deteriorado.
Hasta los miembros de la IDT de edad avanzada son cruelmente torturados. En el mes de octubre, una creyente de la IDT de aproximadamente 60 años, procedente de la provincia oriental de Jiangsu, fue sometida a una tortura mediante descargas eléctricas. La policía utilizó bastones eléctricos para electrocutar sus axilas, piernas y pies. La mujer sentía tanto dolor que comenzó a gritar y todo su cuerpo comenzó a estremecerse; al ver esto, los oficiales de policía le cubrieron la boca con un trozo de tela y continuaron torturándola.