Las autoridades destruyeron una iglesia de las Tres Autonomías emplazada en un condado de Henán prometiendo reconstruirla, pero en lugar de cumplir su promesa, frenaron la construcción de una nueva.
Wang Yichi
El 9 de abril, las autoridades de la Zona del Grupo Industrial del condado de Ningling, bajo la jurisdicción de la ciudad de Shangqiu en la provincia china central de Henán, demolieron la estructura del nuevo edificio de la Iglesia de las Tres Autonomías de Qiaoyuan, cuya construcción habían aprobado un mes antes.
Esta no era la primera vez que los miembros de esta congregación sufrían las manipulaciones del Gobierno y perdían su lugar de culto. Según creyentes, en agosto de 2017, las autoridades locales ordenaron demoler su iglesia original para dar paso a la construcción de un nuevo camino. La iglesia contaba con toda la documentación de registro necesaria y había sido aprobada por el Gobierno, por lo que el Comité de Asuntos Étnicos y Religiosos y el Comité de Gestión de la Zona del Grupo Industrial del condado firmaron un contrato con la misma, según el cual, se aprobaría un nuevo terreno en el que la iglesia pudiera ser reconstruida.
No obstante, a pesar de los repetidos reclamos efectuados por los líderes de la iglesia, las autoridades dieron largas al asunto durante casi dos años para no cumplir su promesa.
Finalmente, a mediados de marzo de este año, las autoridades procesaron la aprobación para la construcción de la nueva iglesia y le asignaron una parcela de tierra. No obstante, tan pronto como comenzó la reconstrucción, la iglesia debió enfrentar todo tipo de obstrucciones por parte de la Agencia de Construcción Urbana y de la Agencia de Tierras del condado. Para evitar que los funcionarios obstaculizaran la construcción de la iglesia, los miembros de la congregación utilizaron bancos para bloquear la puerta de entrada al lugar y más de 30 creyentes de edad avanzada permanecieron en guardia día y noche.
Pero el Gobierno no cedió y endureció sus medidas. El 5 de abril, se cortó el suministro de electricidad de la obra. Los funcionarios le ordenaron a la policía arrestar al proveedor de los materiales de construcción para la iglesia y le impusieron a la misma una multa de 2000 yuanes (aproximadamente 300 dólares).
El 9 de abril, la recientemente construida estructura de la iglesia fue demolida. Varios creyentes le dijeron a Bitter Winter que, para hacerlo, se movilizaron más de 100 miembros del personal de varios departamentos del condado, dirigidos por el vicealcalde del condado. El jefe de la iglesia, de aproximadamente setenta años, y más de una docena de creyentes se aferraron a los pilares de la misma para evitar que fuera destruida, pero fueron arrastrados por la fuerza lejos del lugar. Un miembro de la congregación de unos ochenta años comenzó a tener convulsiones y fue trasladado a un hospital para recibir tratamiento de emergencia.
Vídeo: La recientemente construida estructura de la iglesia está siendo demolida en medio del llanto de los creyentes, mientras los mismos son sacados del lugar por la fuerza
El llanto de los angustiados creyentes no impidió que una excavadora arrasara con todo lo que la congregación había logrado construir en unas pocas semanas. Durante el procedimiento, la excavadora destrozó vehículos eléctricos y posesiones de algunos creyentes, y lo más importante, sus esperanzas de tener una nueva iglesia.
El jefe de la iglesia afirmó entre lágrimas: «Ya le habíamos pagado 600 000 yuanes (aproximadamente 89 000 dólares) al contratista y la estructura de la iglesia había sido construida. Pero el Gobierno cortó los suministros de agua y electricidad y obstruyó la construcción. En un instante, toda la iglesia fue destruida. ¿Quién compensará nuestras pérdidas?”.
Luego de la demolición, docenas de creyentes de edad avanzada acudieron al Comité de Gestión de la Zona del Grupo Industrial del condado para buscar justicia. Los funcionarios no solo no resolvieron el problema, sino que incluso amenazaron con revocar el subsidio de subsistencia de los creyentes y detenerlos si seguían adelante con los reclamos. Al no tener otra opción, los creyentes se vieron obligados a rendirse.
Docenas de creyentes de edad avanzada están reclamando frente al edificio del Comité de Gestión de la Zona del Grupo Industrial del condado
En sus esfuerzos por suprimir las creencias religiosas, los funcionarios chinos están valiéndose de mentiras y manipulaciones. En numerosos casos reportados, primero, varias iglesias, incluso aquellas que habían sido aprobadas por el Gobierno y consideradas “oficiales”, fueron declaradas lugares poco seguros para reunirse, ilegales, o fueron obligadas a trasladarse a causa de otras razones inventadas. Posteriormente, fueron demolidas, a menudo, prometiéndoles a los creyentes ayuda para la reconstrucción de una nueva iglesia en otro lugar. No obstante, en realidad, tan pronto como las iglesias son arrasadas, las autoridades ponen excusas para obstaculizar el proceso, eventualmente, dejando a los creyentes sin un lugar donde practicar su fe. Y la cantidad de congregaciones que se han quedado sin hogar en China está creciendo exponencialmente día tras día.