En China, la gente está pagando con su propia vida el hecho de tener fe, tal y como le sucedió a una miembro de la Iglesia de Dios Todopoderoso procedente de Henán, quien murió mientras se encontraba detenida.
Xiao Li (seudónimo), una creyente perteneciente a la Iglesia de Dios Todopoderoso (IDT), fue arrestada a las 10 de la mañana del 19 de diciembre de 2018 en un apartamento que alquilaba en la ciudad de Xingyang, en la provincia china central de Henán. La policía incautó una computadora, un disco duro y otros artículos de su hogar, y la escoltó hasta la estación de policía local. A la mañana siguiente, funcionarios les informaron a los familiares de Xiao Li sobre su repentina muerte y les ordenaron que se dirigieran a una casa funeraria de la ciudad.
Las autoridades se negaron a ofrecer motivos o explicaciones por su muerte, pero su familia sospecha que la policía intentó utilizar su táctica usual de tortura para obtener una confesión y, al parecer, un video de vigilancia lo confirma.
Los familiares de Xiao Li exigieron que la policía recuperara y les proporcionara el video de vigilancia de su interrogatorio. Los policías aceptaron hacerlo a regañadientes, pero aplazaron la visita hasta el 21 de diciembre y, cuando finalmente les mostraron el video a los familiares, los instaron a avanzarlo rápidamente. Su familia afirma que el video de vigilancia mostró que Xiao Li se hallaba continuamente inmovilizada en un «banco de tigre» —un método típico de tortura chino en el que la víctima se ve obligada a sentarse en un banco de hierro con las rodillas atadas— y esposada. El video no contenía audio.
En el video, la expresión de Xiao Li era relajada. Una lámpara de gran tamaño proyectaba luz sobre su cabeza, que se encontraba ligeramente inclinada hacia abajo. Durante el interrogatorio, Xiao Li se fue al baño un total de siete veces y, en cada una de las ocasiones, su estado se iba deteriorando cada vez más. Tanto que tenía que apoyarse contra la pared para poder caminar. En la última ocasión, Xiao Li se cayó al piso del baño y nunca más se levantó, la hora que mostraba el video de vigilancia era 8:59 de la mañana del 20 de diciembre. La policía no tomó ninguna medida para intentar revivirla.
Sus familiares expresaron dudas al no haber obtenido ningún tipo de explicación razonable sobre la causa de la muerte de Xiao Li: ella siempre había gozado de un excelente estado de salud, por lo tanto, ¿por qué moriría repentinamente en un plazo de 24 horas mientras estaba siendo interrogada? Si la policía hubiera estado realizando un interrogatorio estándar, ¿cómo podría un interrogatorio normal haber dejado a Xiao Li casi imposibilitada de caminar? ¿Alguien alteró el video? Estas preguntas aún no han sido respondidas.
Esta no fue la primera vez que Xiao Li había sido arrestada por difundir el Evangelio. Fue arrestada en el año 2012 y, antes de hacerlo, la policía la había estado rastreando durante días.
Xiao Li es un ejemplo más que demuestra que China es uno de los regímenes más regresivos del mundo. Tal y como señala la organización Human Rights Watch en su Informe Mundial del año 2019, el Gobierno chino «clasifica a muchos grupos religiosos que no puede controlar como ‘sectas malvadas’ y somete a sus miembros a hostigamiento policial, torturas, detenciones arbitrarias y encarcelamientos». El director ejecutivo del grupo con sede en Nueva York, Kenneth Roth, afirmó que es «la peor desde el violento castigo del movimiento democrático de la Plaza de Tiananmén en 1989».
Según cifras proporcionadas por la Iglesia de Dios Todopoderoso, en el año 2018, al menos 10 809 miembros de la IDT han sido arrestados por las autoridades, y al menos 16 han sido perseguidos hasta la muerte. Las ejecuciones extrajudiciales de los miembros de la IDT llevadas a cabo por las autoridades son un hecho alarmantemente frecuente.
Informado por Jiang Tao