Un grupo de creyentes de una Iglesia doméstica planearon un viaje a Tierra Santa. Se les negó el viaje y sus iglesias fueron acosadas, cerradas y forzadas a fusionarse.
por Li Mingxuan
En julio de 2018, un grupo de 30 personas, incluyendo pastores y creyentes, de la Hermandad de Misión de una Iglesia doméstica en la ciudad de Qingdao, provincia de Shandong, en la costa este de China, se preparaban para viajar a Israel con un grupo de turistas. Cuando se enteraron de que algunos miembros de la Iglesia doméstica querían viajar al extranjero, las autoridades de Qingdao prohibieron a los 30 cristianos dejar el país con el pretexto de que “estaban viajando al extranjero para llevar a cabo trabajo misionero”. Las autoridades también pusieron en la lista negra a las 30 personas y las pusieron bajo vigilancia.
A mediados de septiembre, el pastor Pan Yongliang, el líder de la Hermandad de Misión de esta Iglesia, fue convocado por el Departamento de Asuntos Religiosos. Al mismo tiempo, las autoridades enviaron a funcionarios para clausurar uno de los lugares de reunión de la Iglesia con el mismo pretexto de que la Iglesia iba “al extranjero para realizar trabajo misionero”.
Uno de los miembros de la Iglesia, quien solicitó permanecer en el anonimato, dijo: “Él [el oficial de policía] fue directamente a encontrar a la dueña [la dueña del lugar de reunión de la Iglesia] y la amenazó, diciéndole que tenía prohibido rentarnos el departamento y que sería arrestada si seguía haciéndolo”.
El 23 de septiembre, personal de una Iglesia de las Tres Autonomías local llegó al lugar de reunión de la Hermandad de Misión. Transmitieron una directriz por parte del Departamento de Asuntos Religiosos local: deben fusionarse con una Iglesia cercana de las Tres Autonomías y entregar el dinero de sus donativos a la Iglesia de las Tres Autonomías. Además, las autoridades nombrarán a un pastor de las Tres Autonomías para que dé sermones a la Hermandad.
El creyente también reveló que el Departamento de Asuntos Religiosos de Qingdao emitió un aviso, donde se ordenaba que todos los lugares de reunión de las Iglesias domésticas se registraran para afiliarse con una Iglesia de las Tres Autonomías local. La Iglesia de las Tres Autonomías aprobada por el Estado debe manejar todos los asuntos eclesiásticos, y los lugares eclesiásticos no registrados se consideran ilegales. Si se descubre que se realizan reuniones ilegales, se impondrá una multa de 50 000 yuanes (alrededor de 7400 dólares) a la congregación.
Bajo presión severa por parte del Gobierno, varios lugares de reunión de la Hermandad de Misión tuvieron que dejar de realizar reuniones, dejando a alrededor de 500 a 600 personas sin un lugar donde acudir a rezar.
Las restricciones de viaje y el acoso arriba descritos son típicos del control cada vez mayor y la represión de actividades de las Iglesias domésticas. Los creyentes que viajan al extranjero atraen en especial la atención del Gobierno. De acuerdo con el Artículo 70 del nuevo Reglamento sobre Asuntos Religiosos, que entró en vigor en febrero de 2018, todas las organizaciones no autorizadas de ciudadanos que viajan al extranjero para participar en entrenamientos religiosos, conferencias, adoración y otras actividades relacionadas con las religiones, están prohibidas. La falta de cumplimiento puede dar como resultado multas que van de 20 000 yuanes hasta 200 000 yuanes (alrededor de 2960 a 29 600 dólares).
El pastor coreano-estadounidense Jack, de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, habló sobre la prohibición que tiene el Partido Comunista de China (PCCh) sobre los pastores de China continental para salir al extranjero. Dijo que las autoridades temen que los creyentes chinos participen en discusiones relacionadas con la fe con creyentes extranjeros.
La Iglesia Adventista del Séptimo Día lleva a cabo una conferencia global cada año. La conferencia global de 2018 se llevó a cabo en Corea del Sur en el mes de agosto. Cuando la Iglesia trató de organizar a los pastores de China continental para ir a Corea del Sur para asistir a la conferencia, el Gobierno chino también les prohibió dejar el país.
Posteriormente, los movimientos del pastor Jack, como uno de los misioneros extranjeros de esta Iglesia en China, han estado siendo controlados. Dijo: “El Gobierno me ha dicho que no tengo permitido ir y predicar sobre Jesús, y, mucho menos, acudir a iglesias para dar sermones. Ahora, en cualquier momento en el que asisto a una iglesia, tan pronto como la policía me ve, me ordena que me vaya”. Agregó que, en estos momentos, el Departamento Municipal de Seguridad Pública de la ciudad de Wuhan, la capital de la provincia de Hubei en China central, ya comenzó a investigarlo, y que es posible que pronto no tenga otra opción más que dejar China.
(Todos los nombres en este artículo son seudónimos.)