Desobediencia civil en la Iglesia protestante controlada por el Estado. Varias comunidades escapan de las imposiciones ideológicas y buscan crear puentes con lo “irregular”.
por Jiang Tao
Al parecer, el plan del Partido Comunista Chino (PCCh) de forzar a todas las iglesias domésticas para que se unan a la Iglesia de las Tres Autonomías a través de la imposición de un control extraordinario y el reemplazo de las palabras de Dios con la ideología comunista ha logrado el efecto opuesto. Las constantes medidas de gran presión han dejado a las congregaciones de las iglesias autorizadas por el Gobierno con la sensación de una crisis moral creciente, y cada vez más creyentes y miembros del clero están huyendo de la Iglesia oficial y se arriesgan a persecuciones más duras al unirse a las iglesias domésticas.
No más transigencias con el PCCh
Un pastor de una iglesia de las Tres Autonomías de la ciudad de Fuzhou en la provincia suroriental de Jiangxi contó a Bitter Winter que el Gobierno, por medio de un intenso control y supervisión, se ha infiltrado gradualmente en todos los aspectos de la vida de los creyentes. “No se nos permite instruir a los miembros de la iglesia, nuestras finanzas están controladas, así que no podemos llevar a cabo ninguna actividad”, dijo el pastor. “Nuestros sitios de reunión han sido cerrados; cuando no estuvimos de acuerdo en instalar cámaras de vigilancia, treparon por la pared, abrieron la puerta y las colocaron por la fuerza. En otras palabras, estamos siendo sitiados”.
Otro colaborador de esta iglesia añadió: “Claramente quieren destruir nuestra fe y cortarla desde sus raíces. Esto es algo terrible, ¡así que nunca transigiremos!”.
Al enfrentar el control creciente y de gran alcance, algunas iglesias de las Tres Autonomías comenzaron a buscar una salida para poder practicar su fe, libres de la ideología comunista. Otro pastor de las Tres Autonomías de Jiangxi dijo a Bitter Winter que seis predicadores a los que conoce recientemente dejaron la Iglesia oficial y se llevaron consigo a sus congregaciones. La gota que derramó el vaso para tomar esta decisión fue la introducción de la certificación para predicadores basada en ideología y la implementación forzosa de la política de los “cuatro requisitos”, que exige que los lugares de adoración icen la bandera nacional, prediquen los “valores socialistas fundamentales”, promuevan las leyes y regulaciones, así como la cultura china.
“La tendencia actual es regresar a las iglesias domésticas. De hecho, este patrón ha existido durante mucho tiempo en la ciudad de Wenzhou en la provincia oriental de Zhejiang, después de que la campaña para desmantelar cruces se implementó en la provincia en 2014. Las iglesias domésticas y las iglesias de las Tres Autonomías estaban unificando su posición. Frente a la persecución, todas se reunirán para discutir medidas en contra del PCCh”, explicó el pastor.
Unir fuerzas con las iglesias domésticas
Colaboradores de otras iglesias aprobadas por el Estado confirmaron que estaban buscando formas de cooperar con las iglesias domésticas. “Nuestra ventaja como iglesias de las Tres Autonomías es que entendemos las políticas y tendencias actuales del PCCh y podemos emitir una advertencia temprana a las iglesias domésticas; también podemos darles algunos consejos adecuados. En cambio, las iglesias domésticas son más flexibles en relación con su forma de existir; pueden desvincularse del sistema del PCCh e instruir a los predicadores”.
Un pastor de una iglesia de las Tres Autonomías que fue arrestado durante la campaña de desmantelamiento de cruces de 2014 en Zhejiang dijo: “El peor de los escenarios que podríamos tener es que abandonemos el edificio de la Iglesia para preservar a la congregación de la misma. Por ejemplo, podría haber diez creyentes en un grupo y uno podría estar a cargo de predicar. Podemos aprender del PCCh y participar en una guerra de guerrillas”.
No obstante, librarse del control del Gobierno también significa un mayor peligro. Tal vez el PCCh esperaba al principio que las duras medidas represoras hicieran que los creyentes buscaran salidas. Por tanto, las autoridades en toda China comenzaron a registrar de forma exhaustiva la información detallada de los creyentes. Si descubren que algún creyente ha dejado la Iglesia oficial, los funcionarios determinarán su paradero, uno tras otro. A menos que se confirme que han renunciado a su fe, los exmiembros de la Iglesia de las Tres Autonomías permanecerán bajo vigilancia.
Algunas iglesias están adoptando contramedidas para evadir la implementación de esta política. Un colaborador de una iglesia de las Tres Autonomías reveló: “Ante todo, debemos proteger a los estudiantes de la escuela dominical y a los creyentes jóvenes. Ahora bien, estos jóvenes no pueden mostrar su rostro en la iglesia para evitar ser descubiertos y registrados. Los asuntos de la iglesia los manejan quienes ya son conocidos como creyentes y tienen mayor edad. No responderemos con la verdad a ninguna de las preguntas del Gobierno sobre los miembros de nuestra congregación. Especialmente sobre los jóvenes y los miembros religiosos del Partido: los objetivos clave de la represión”.
Orar en el sótano es mejor que adorar al PCCh
En la ciudad de Handan de la provincia norteña de Hebei, alrededor de dos docenas de cristianos estaban llevando a cabo una reunión en un sótano. La esposa del predicador montó guardia en la puerta para asegurarse de que nadie viniera por ellos.
El líder de la Iglesia contó a Bitter Winter: “Después de ver con claridad la naturaleza manipulable de la Iglesia de las Tres Autonomías, la dejé y me llevé conmigo a algunos creyentes. Menos de un año después, personal del Gobierno nos descubrió. Presionaron al propietario y cerraron nuestro sitio de reunión. Ahora no tenemos otra opción más que hacer nuestras reuniones en el sótano”.
El sótano es pequeño y angosto, de apenas unos 20 metros cuadrados, y no tiene ventilación. Las condiciones son especialmente difíciles para las personas de edad avanzada, que algunas veces tienen dificultad para respirar y sufren incomodidades. Los miembros de la congregación recordaron cómo una mujer octogenaria en una ocasión comenzó a tener problemas cardiacos durante una reunión, y dos creyentes tuvieron que sacarla del sótano.
A pesar de la incomodidad y de que corren un mayor peligro de ser perseguidos, los creyentes no están arrepentidos. Su determinación de seguir siendo independientes se refuerza por las crecientes restricciones que se están imponiendo sobre los miembros de la Iglesia oficial.
“La Iglesia de las Tres Autonomías quiere que creamos en el Partido Comunista y que no adoremos a Dios”, explicó el líder de la Iglesia. “En el futuro, aun si tenemos que seguir llevando a cabo nuestras reuniones en el sótano, no regresaremos a la Iglesia ‘grande’”.
Los creyentes hacen el voto de perseverar
El año pasado, un predicador de una iglesia de las Tres Autonomías en la ciudad de Zhoukou de la provincia central de Henán fue despedido por negarse a entregar el dinero de los donativos de la iglesia al Gobierno. Posteriormente, dejó la Iglesia y se llevó a más de una docena de creyentes con él para que llevaran a cabo reuniones en su propia casa. Cinco meses después, las autoridades arrestaron al predicador y fotografiaron a todos los creyentes de su grupo. El predicador fue puesto en libertad sólo después de que lo forzaron a prometer que dejaría de llevar a cabo reuniones. Desde entonces, el grupo se reúne de una forma todavía más secreta; uno de los creyentes siempre está vigilando afuera de la entrada.
Una predicadora de una iglesia de las Tres Autonomías de la ciudad de Zhengzhou de Henán también escogió dejar la Iglesia oficial y rezar en reuniones privadas que se llevan a cabo para los creyentes que se fueron con ella. Poco después de la mudanza, las autoridades los descubrieron. Los funcionarios exigieron que los creyentes firmaran declaraciones donde garantizaban que no llevarían a cabo más reuniones; de lo contrario, se les multaría con 200 000 yuanes (aproximadamente 29 000 dólares).
A pesar de esto, el grupo no planea regresar a la Iglesia de las Tres Autonomías. En uno de sus sermones, la predicadora los animó a perseverar y les dijo: “Si un día no hay ninguna garantía ni siquiera para este tipo de reuniones, simplemente las haremos en pequeños grupos de dos o tres personas”.
Los creyentes fugitivos también están implementando otras medidas para evadir la persecución, como apagar sus teléfonos celulares durante las reuniones para evitar ser rastreados o reunirse muy temprano por la mañana, a las 4 o 5 a.m.