En una táctica que recuerda a la Revolución Cultural, personas de fe cristiana fueron públicamente humilladas al verse obligadas a desfilar por las calles.
Durante la Revolución Cultural China a finales de la década de 1960 a 1970, un gran número de personas que fueron considerados como infractores de cualquier tipo por el gobierno del Partido Comunista, fueron sometidos a juicio público u obligados a desfilar por las calles. Entre los mismos se incluían hombres de negocios, intelectuales y creyentes religiosos. Éste fue un método efectivo, ya que simultáneamente castigaba a los delincuentes e infundía miedo en las mentes de las masas.
Recientemente, Bitter Winter se enteró de un incidente ocurrido en marzo del año 2016, en el que varios cristianos, incluido un predicador, fueron obligados a desfilar por las calles del condado de Zhenba en la provincia de Shaanxi.
Agentes de la policía local en el área allanaron el sitio de congregación de una iglesia doméstica en respuesta a una queja anónima. Fang Min, el predicador no residente de la iglesia, fue detenido e interrogado varias veces. La policía también decomisó varios artículos personales, incluyendo su computadora y una cruz cristiana.
Menos de una semana después, la policía realizó otra redada y arrestó al Sr. Zhou Shen, también predicador. El allanamiento en su hogar reveló una lista de creyentes, por lo que posteriormente, ocho cristianos de la iglesia también fueron arrestados.
Este grupo de diez luego fue acorralado por la policía y obligado a desfilar a fin de infringirles humillación masiva y utilizarlos como propaganda. Los castigados subieron por las calles del condado de Zhenba con pancartas, denunciando el cristianismo y la fe religiosa de cualquier tipo. La sucursal local de los medios de radiodifusión controlados por el estado también filmó un registro sobre el incidente. Se realizó un juicio público para el grupo, en el cual el Sr. Fang fue acusado de organizar actividades misioneras ilegales e interrumpir el orden social. Por esto, le aplicaron una sentencia de prisión de tres años. El Sr. Zhou recibió la orden de prestar servicio durante dos años fuera de la prisión. A una pareja cristiana mayor se le cancelaron sus beneficios estatales de más de 200 yuanes luego del juicio.
Si bien los expertos legales han considerado este acto como una grave violación de los derechos humanos y la dignidad, el gobierno del Partido Comunista parece menos preocupado. Según información interna, la policía siguió visitando el sitio de la congregación para asegurarse de que los creyentes no volvieran a reunirse.
Informado por Yao Zhangjin