Liberada después de completar una condena de tres años por sus creencias, una cristiana vuelve a su hogar con serios problemas de salud.
Wang Ping (seudónimo), que fue arrestada en abril de 2015, ha sido liberada recientemente luego de completar su condena de tres años en la prisión de mujeres Yuci, situada en Shanxi. Sin embargo, apenas ha salido con vida, y regresa a casa con una familia destrozada.
Wang Ping, junto con dos predicadores y un creyente, fue detenida después de que se presentara una denuncia anónima a la policía contra la reunión del grupo en su casa. Los oficiales de policía de la estación local condujeron minivans sin identificación hasta la residencia, e ingresaron a la misma sin una orden judicial. Mientras los cuatro eran esposados, los oficiales allanaron ilegalmente el lugar, y se apoderaron de una Biblia, materiales evangélicos, y dos computadoras portátiles encontradas en la casa de Wang Ping. Esa noche, los cuatro fueron detenidos en una habitación subterránea sin luz situada en la Oficina de Seguridad Pública de la ciudad de Hejin. Por la mañana, el grupo fue escoltado al centro de detención de mujeres del distrito de Yanhu, situado en la ciudad de Yuncheng.
El esposo de Wang Ping, el Sr. Zhou, también fue arrestado ilegalmente por la policía de Hejin, y fue acusado de «traer a predicadores extranjeros». Fue liberado después de cuatro días, pero fue repetidamente interrogado durante más de un año y medio. Wang Ping y los dos predicadores fueron sometidos a brutales interrogatorios durante este tiempo. La cuarta persona, que era creyente, pudo ser liberada en una semana gracias a las conexiones de su familia.
El tribunal local alegó «reunión ilegal» y «alteración del orden público» al condenar a Wang Ping y a los predicadores. Wang Ping fue sentenciada a tres años de prisión, y los predicadores a cinco y siete años respectivamente. El Sr. Zhou intentó apelar contra la sentencia, pero fue disuadido por su abogado, quien dijo: «El estado clasifica cualquier cosa que tenga que ver con la religión como un tema político; su esposa fue condenada por creer en Dios, y nadie va a hacerse cargo de este caso».
Wang Ping había estado organizando actividades misioneras desde el año 2010, y anteriormente había sido denunciada a la policía por un director de la Iglesia de las Tres Autonomías, la cual es controlada por el gobierno. En ese momento, ella y otros ocho cristianos fueron detenidos por la policía, pero rápidamente fueron dejados en libertad.
Los últimos tres años dentro de la prisión han sido difíciles para Wang Ping. Según sus conocidos, se encontraba en buen estado de salud cuando fue arrestada en 2015. Sin embargo, mientras estuvo en prisión, desarrolló deformidades en sus pies y su boca. No podía caminar, comer, ni hablar, y pasaba los días tumbada en la cama. Cuando se hizo evidente que podría morir en prisión, los oficiales que se habían negado a que recibiera tratamiento médico hasta el momento, se asustaron y llevaron médicos para cuidarla. Esto fue tres meses antes de su liberación, pero debido a la demora en el tratamiento, las lesiones demostraron ser perjudiciales. En la actualidad, es incapaz de cuidar de sí misma, y necesita asistencia física. No puede hablar con claridad, y también ha desarrollado retraso mental.
La vida tampoco ha sido amable con su familia. Su esposo se lastimó la cadera en un accidente, y ahora necesita muletas para caminar. Su hijo de 13 años se vio obligado a abandonar la escuela, ya que sus padres estaban enfermos y no podían cuidarlo.
Los predicadores continúan cumpliendo sus condenas en la prisión de Shanxi.
Informado por Feng Gang