En medio de la propagación de la epidemia de coronavirus, el Gobierno comunista chino está censurando y reprimiendo cualquier tipo de información que pueda dañar su reputación.
por Bai Shengyi
El 11 de febrero, el Comité de Inspección Disciplinaria de Nanning, la capital de la Región Autónoma Zhuang de Guangxi, situada en la zona sur de China, publicó una notificación en su sitio web, informando que el director de la Comisión de Salud de la ciudad, Lan Zhi, había sido despedido por «enviar información errónea sobre la prevención y el control de la epidemia», la cual «tuvo un impacto social negativo». La misma también establecía que Lan Zhi había sido expulsado del Partido Comunista Chino (PCCh) y de todos los cargos que ocupaba en el Gobierno a modo de castigo, a pesar de que la notificación no menciona exactamente lo que había afirmado en los mensajes.
La notificación suscitó preocupación entre los internautas chinos, los cuales les pidieron a las autoridades que hicieran público el contenido de la «desinformación» para que la gente viera lo exigente que era. Algunos comentaron que el Gobierno quiere ocultarle al público cualquier tipo de información que considere perjudicial para su reputación porque «si la información enviada por la comisión de salud es falsa, entonces ¿qué información es verdadera?» Otros internautas señalaron que Lan Zhi podría ser otro Li Wenliang –el médico denunciante del Hospital Central de Wuhan que les advirtió a sus colegas sobre los peligros del virus y falleció a causa del mismo el 7 de febrero–.
Luego de que Li Wenliang compartiera sus preocupaciones, los ciudadanos comenzaron a expresar su insatisfacción con respecto al Gobierno, el cual está tratando de ocultar la situación real y castigando a los «iniciadores de rumores». Los encubrimientos gubernamentales no solo aceleraron la propagación de la epidemia, sino que también incrementaron el pánico entre la población. En realidad, la vaga definición de «rumor» deja abierta una amplia puerta trasera que le permite al PCCh reprimir cualquier expresión de libertad de expresión.
Según la información publicada por el Gobierno sobre el castigo de los «iniciadores de rumores», recopilada por el usuario de Twitter «中国 文字狱 事件 盘点 (@SpeechFreedomCN)», el principal criterio del PCCh es que toda la información que no sea publicada por el Estado es un rumor, independientemente de si es cierta o no.
El 23 de enero, la Sra. Yang procedente de Chengdu, la capital de la provincia suroccidental de Sichuan, publicó un mensaje de audio en un grupo de WeChat sobre las noticias que había recibido de un informante: «La ciudad de Chengdu no será cerrada mañana, pero el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de la ciudad publicará un importante mensaje». También les pidió a los miembros del grupo que permanecieran en sus hogares. Posteriormente, una institución de seguridad pública investigó y castigó a la Sra. Yang por considerarla «iniciadora de rumores». La notificación publicada por la policía concerniente a su caso indica que se le redujo el castigo porque estaba cooperando con las autoridades al borrar su publicación. Al día siguiente de publicar el mensaje, el Gobierno de la provincia de Sichuan inició la respuesta de primer nivel a las principales emergencias de salud pública, ordenando el cierre temporal de numerosos espacios públicos. El «rumor» se ha hecho realidad.
El 26 de enero, el Sr. Xie procedente del condado de Guangshan, en la provincia central de Henán, publicó capturas de pantalla de conversaciones en un grupo de WeChat. Entre ellos se encontraba la siguiente: “Los medios de comunicación son grandes mentirosos. Se cree que miles de personas han muerto a causa del nuevo coronavirus (nCoV), pero los hospitales se negaron intencionalmente a diagnosticarlos como casos confirmados, por lo que estas muertes no se consideraron como causadas por el nCoV, dando como resultado una cantidad no reportada de muertes». El Sr. Xie permaneció detenido durante cinco días y recibió una multa de 500 yuanes (alrededor de 70 dólares) por «difundir rumores sobre la situación epidémica y perturbar el orden público».
En medio de las enérgicas medidas represivas gubernamentales, los ciudadanos casi han perdido la libertad de compartir cualquier tipo de información que no sea emitida por el Gobierno. Muchos fueron responsabilizados a pesar de haber declarado que la información que habían compartido no había sido confirmada. El 22 de enero, el Sr. Huang, procedente del condado de Yongfeng, en la provincia suroriental de Jiangxi, publicó en su grupo en línea los siguientes comentarios: «Se dice que el Hospital del Condado de Yongfeng ha identificado dos casos de nCoV, y que ambos han sido aislados tras regresar a sus hogares desde Wuhan. Todas las farmacias del condado se han quedado sin máscaras de gasa». A pesar de que el Sr. Huang añadió que no se responsabilizaba de la autenticidad de esta información, fue castigado por la policía.
Incluso los que cuestionaron la autenticidad de la información oficialmente publicada fueron castigados al ser considerados «iniciadores de rumores». La Sra. Wei procedente del condado autónomo de Longlin, bajo la jurisdicción de la ciudad de Baise en Guanxi, cuestionó en Weibo la autenticidad de los datos oficiales, afirmando: “¿Hay un solo caso dentro de la jurisdicción de la ciudad de Baise? Mi madre me dijo que ya hay dos casos en Longlin”. La misma fue amonestada por ser considerada «iniciadora de rumores».
La Sra. Yang procedente de Baise también fue castigada por realizar la siguiente pregunta en Weibo: “¿Es cierto que hay un solo caso en Baise? Hay personas aisladas en el condado de Longlin de Baise y en el distrito de Tianyang». La misma quería que el Gobierno publicara estadísticas precisas para que la gente local pudiera conocer la gravedad de la epidemia.
Según la información publicada por el Gobierno, cada vez más ciudadanos están siendo castigados por «difundir rumores» sobre la epidemia de coronavirus. A fines de enero, al menos 37 personas habían sido castigadas en la ciudad de Daqing, en la provincia nororiental de Heilongjiang, y al menos 22 en la ciudad de Shijiazhuang, en la provincia norteña de Hebei. El 9 de febrero, hubo 31 casos conocidos en la ciudad de Chengdu de Sichuan, nueve de los cuales fueron detenidos.