Actualmente retirado, el obispo católico clandestino chino de 85 años de edad ha soportado años de hostigamiento a manos del Partido Comunista.
Si alguien sabe de primera mano lo que es ser perseguido por el Partido Comunista Chino (PCCh) es el obispo Pei Ronggui, de 85 años, quien permaneció detenido durante cuatro años en un campamento de trabajo luego de que el ejército allanara su iglesia clandestina en el año 1989. El mismo había sido acosado antes de ser arrestado en dicha ocasión, y continuó siendo hostigado desde entonces.
«En China, el hecho de creer en Dios, seguir el camino correcto y permanecer firme respetando las creencias religiosas puras significa estar condenado a ser perseguido», dijo el obispo Pei Ronggui, quien vive en la aldea de Youtong, en la provincia nororiental de Hebei. «Padecemos adversidades por creer Dios, pero todas estas son bendiciones de Dios».
En el año 1950, Pei Ronggui fue nombrado director de la Legión de María, un grupo católico internacional dedicado a realizar tareas de voluntariado. Mientras llevaba a cabo dicha función, se dedicó a predicar y difundir el evangelio en la región de Tianjin, situada en el noreste de China. Pero en diciembre de ese mismo año, fue arrestado por el Buró de Seguridad Pública de la ciudad de Tianjin, condenado a 15 años de prisión bajo el cargo de ser «contrarrevolucionario» y posteriormente enviado a la Primera Prisión de Shijiazhuang emplazada en la provincia de Hebei para cumplir su condena. Mientras estuvo detenido se vio obligado a estudiar la ideología del Partido de manera frecuente.
En el año 1980, Pei fue consagrado como sacerdote y reconocido por el Vaticano. Mientras celebraba misas en una iglesia emplazada en Youtong, la policía parecía estar siempre tras sus pasos, obligándolo a celebrarlas de manera clandestina a las 2 de la mañana en un intento por evadir la atenta mirada del Gobierno. Como si eso no fuera suficiente vigilancia, de vez en cuando, la policía detenía a Pei Ronggui y lo llevaba a un hotel donde era sometido a un intenso adoctrinamiento relacionado con el Partido. Esto a veces duraba una semana; a veces duraba un mes. También intentaron obligarlo a firmar un acuerdo para unirse a la Asociación Patriótica Católica China, una Iglesia controlada por el Gobierno, a lo cual se negó resueltamente.
Tal y como afirmó el obispo Pei en una entrevista que le concedió a Reuters en diciembre de 2016: «No hay forma de que exista una Iglesia [católica] independiente [en China] porque eso es contrario a los principios de la Iglesia Católica».
El 18 de abril de 1989, luego de que Pei asumiera el cargo de sacerdote en la Iglesia Católica de Youtong, aproximadamente 5000 oficiales de policía ingresaron a la aldea para destruir la tienda provisoria que su Iglesia había erigido para celebrar la Pascua; según informes, dos personas murieron, más de 300 personas resultaron heridas y 32 fueron arrestadas durante dicho ataque. No obstante, en ese momento en particular, Pei no fue uno de los arrestados ya que, gracias a la protección de otros miembros, pudo escapar. Logró mantenerse oculto durante cuatro meses, celebrando misas y predicando antes de ser arrestado el 3 de septiembre de 1989, acusado de «alterar el orden social». Estuvo confinado en la Cuarta Prisión de Shijiazhuang hasta marzo de 1993.
En abril de 2003, Pei Ronggui fue consagrado como obispo de la diócesis de Luoyang, emplazada en la provincia central de Henán. Poco después de ser consagrado, fue detenido por el Buró de Seguridad Pública de Luancheng y escoltado de regreso a la provincia de Hebei, imposibilitado de servir en la diócesis de Luoyang; en las dos ocasiones en las que intentó regresar a Luoyang fue interceptado por la policía.
Luego de ello, empleados del Departamento de Asuntos Religiosos de Luancheng y oficiales de policía visitan regularmente su hogar para someterlo a clases de educación ideológica, e intentan que se una a la Asociación Patriótica Católica China.
El obispo Pei Ronggui ha sufrido un constante hostigamiento y persecución por parte de las autoridades. Ahora que es anciano y no goza de buena salud, el Departamento de Asuntos Religiosos finalmente dejó de visitar su hogar, pero el Gobierno todavía envía a dos personas oriundas de la aldea en la que vive para que lo vigilen.
Informado por Feng Gang