Las autoridades chinas deportaron a desertores norcoreanos de regreso a su país violando los tratados internacionales sobre derechos humanos.
por Piao Junying
Zhang Li, un varón sexagenario de la ciudad de Linjiang, en la provincia de Jilin, contó a Bitter Winter que hace dos años el Partido Comunista Chino (PCCh) deportó a la fuerza a su esposa norcoreana, con quien llevaba casado 18 años, de vuelta a Corea del Norte.
El 23 de enero de 2016, dos agentes de la policía local irrumpieron en casa de Zhang Li y arrestaron a su esposa, Kim Sun-young. Haciendo caso omiso de las súplicas de la familia, las autoridades la deportaron de regreso a Corea del Norte al día siguiente.
Después de arrestar a Kim Sun-young, la policía mantuvo detenido a Zhang Li durante diez días acusado de esconder a una fugitiva. Más de dos años después de que su esposa fuese arrestada, Zhang Li no sabe si está viva o muerta y está muy preocupado por su seguridad.
Zhang Li contó que la política de deportaciones forzosas del PCCh ha provocado la separación de las familias de muchos desertores norcoreanos. Por lo que sabe, deportaron a otra desertora norcoreana de la zona y nunca volvió; su hijo, que acaba de empezar preescolar, está creciendo sin su madre.
Según una fuente interna, en agosto de 2011, agentes de la comisaría de policía del distrito de Longtan, de la ciudad de Jilin, provincia de Jilin, irrumpieron en casa de la desertora norcoreana Han Mi-jin. Sin ninguna explicación, la policía la arrestó y la devolvió de regreso a Corea del Norte.
En julio de 2017 los medios de comunicación informaron sobre una familia de cinco desertores norcoreanos que habían huido a China y que fueron arrestados por la policía. Como se enfrentaban a la deportación forzosa de vuelta a Corea del Norte, se suicidaron con veneno.
Muchos desertores norcoreanos intentan huir de su tierra natal buscando asilo en cualquier otro lugar. La Declaración Universal de los Derechos Humanos garantiza el derecho a buscar asilo en cualquier país en caso de persecución. Las autoridades chinas tratan a los desertores norcoreanos como inmigrantes ilegales y los deportan a la fuerza a pesar de tener la obligación internacional de protegerlos, ignorando por completo el peligro al que se enfrentan al regresar a casa.
(Todos los nombres son pseudónimos.)