En nombre de la supresión de la «infiltración religiosa extranjera», las autoridades chinas clausuran iglesias sospechosas de estar vinculadas con el extranjero y acosan a los creyentes.
por Zhou Hua
El 19 de junio, más de una docena de miembros de la Iglesia de Fule —un lugar de culto que no forma parte de la Iglesia de las Tres Autonomías, emplazado en la ciudad de Jiamusi, en la provincia nororiental de Heilongjiang— estaban escuchando un audio de un sermón impartido por un pastor surcoreano, cuando funcionarios de la Agencia de Asuntos Religiosos local y agentes de policía irrumpieron repentinamente en el lugar donde se hallaban reunidos, revisaron exhaustivamente el sitio y registraron la información de identificación de todos los presentes.
Según un creyente que solicitó permanecer en el anonimato, los intrusos confiscaron 80 000 yuanes (alrededor de 11 200 dólares) de dinero procedente de las donaciones, algunos objetos de valor y más de 200 copias de literatura religiosa, incluida la Biblia. La pastora de la iglesia y dos colaboradores fueron detenidos.
Uno de los funcionarios proclamó que los creyentes no pueden escuchar sermones de pastores extranjeros y que deben hacerle donaciones al Gobierno chino en lugar de a las iglesias surcoreanas. El mismo añadió que la negativa de los creyentes a unirse a la Iglesia de las Tres Autonomías significa desobedecer y desafiar a las autoridades, lo cual se considera ilegal.
El lugar de reunión fue posteriormente clausurado y el resto de los miembros de la congregación fueron llevados a la estación de policía local para que firmaran declaraciones en las que prometían no volver a asistir a servicios de culto. A cada estación de policía existente en las jurisdicciones donde vivían los creyentes se les ordenó monitorearlos, tomarles fotos en sus hogares y averiguar si participaban en actividades religiosas.
Los oficiales le preguntaron a la pastora cómo se había contactado con los contactos en Corea del Sur y cómo les había transferido el dinero de las donaciones, exigiéndole proporcionar el nombre y el número de cuenta bancaria de la persona que había recibido el dinero. La pastora se negó a responder, por lo que permaneció detenida durante diez días.
En el mes de agosto, la Agencia de Asuntos Religiosos local ordenó vender el lugar de reunión.
En el mes de abril, una creyente de una iglesia doméstica de Sola Fide (justificación por la fe) emplazada en la ciudad de Manzhouli, en la Región Autónoma de Mongolia Interior, fue arrestada por escuchar en línea sermones impartidos por pastores taiwaneses. Según una fuente, la Agencia de Seguridad Pública la había citado en dos oportunidades, efectuándole preguntas sobre sus contactos con Taiwán y si había aceptado algún tipo de apoyo financiero proveniente de iglesias taiwanesas. La policía confiscó su computadora y su teléfono inteligente. También investigaron las cuentas bancarias de la mujer y la obligaron a firmar una declaración en la que prometía no ponerse en contacto con personas de fe extranjeras. Desde entonces, su teléfono está intervenido y su hogar es vigilado por la policía. Más de diez miembros de su iglesia también fueron convocados por la Brigada de Seguridad Nacional para ser interrogados por escuchar sermones en línea.
Un creyente procedente de Fuzhou, una ciudad a nivel de prefectura de la provincia suroriental de Jiangxi, le dijo a Bitter Winter que, en diciembre del año pasado, la Brigada de Seguridad Nacional local y agentes de policía allanaron un lugar de reunión perteneciente a su Iglesia. Los oficiales afirmaron que la congregación había estado en contacto con una Iglesia surcoreana y que había recibido donaciones por valor de 380 000 yuanes (alrededor de 55 000 dólares) procedentes de la misma. Los mismos confiscaron el dinero, amenazando con encarcelar a los creyentes y suspender la cuenta bancaria de la Iglesia si la congregación intentaba protestar.
El Estado se apropió del lugar de reunión y lo transfirió a la Iglesia de las Tres Autonomías. Los creyentes se quedaron sin un lugar donde practicar su fe y el predicador de la iglesia tuvo que abandonar la localidad. Él y uno de sus colaboradores fueron incluidos en la lista negra del Gobierno, lo que resultó en severas restricciones a sus libertades, siendo una de las mismas el no poder comprar boletos de avión o de tren.
El Plan de trabajo de la Operación especial para investigar y lidiar con la infiltración cristiana extranjera según la ley, publicado conjuntamente por el Departamento de Trabajo del Frente Unido y el Ministerio de Seguridad Pública a principios de este año, prevé investigaciones exhaustivas de todos los grupos religiosos relacionados con el extranjero existentes en China. La escala y el alcance de las actividades de tales iglesias y de los miembros de sus congregaciones son investigados, incluyendo sus contactos en el extranjero, la evangelización en línea y sus fondos. Las investigaciones son seguidas de represiones organizadas y de confiscaciones de lugares de reunión, poniendo, de esta manera, fin a sus actividades religiosas.