Las autoridades en China están instalando dispositivos de vigilancia en bicicletas y motos eléctricas, generando preocupación ante la duda de que el Gobierno quiera rastrear los movimientos de los ciudadanos.
Según la Sra. Chen (seudónimo), procedente del condado de Huanan de la ciudad de Jiamusi, en la provincia de Heilongjiang situada al noreste de China, en agosto de este año, la policía local reunió a todos los ciudadanos que poseían transporte eléctrico de su aldea, e instaló dispositivos de vigilancia en sus vehículos, utilizando el pretexto de que estaban «emitiendo nuevas matrículas».
La Sra. Chen se sintió ofendida ante la idea de que sus movimientos fueran rastreados, y se negó a permitir que se instalara el dispositivo de vigilancia en cuestión. La policía amenazó con confiscar su vehículo si no les permitía instalarlo, por lo que la misma no tuvo más remedio que aceptarlo.
Los aldeanos informan que las bicicletas eléctricas, escúteres y las motos son el principal medio de transporte de la gente local, lo que significa que el Gobierno podrá seguir y registrar todos sus movimientos. Un aldeano se quejó afirmando lo siguiente: «Al ser vigilado tan de cerca por el Gobierno, a veces siento que soy inferior que mis propios animales de granja. ¡Los animales tienen más libertad que nosotros!”.
Para agravar aún más el perjuicio ocasionado, cada aldeano tuvo que pagar una tarifa de instalación de 380 yuanes (aproximadamente 55 dólares). También se les pidió que se tomaran una foto con su licencia recién emitida y que registraran su información personal.
La instalación de equipos de vigilancia en vehículos eléctricos no es un fenómeno aislado. Aldeanos de la provincia de Henán, en la región central de China a lo largo del Valle del Río Amarillo, informaron que mientras expedían nuevas matrículas, los encargados de hacerlo les exigieron a todos los residentes de la aldea que instalaran un equipo de vigilancia en sus vehículos.
Personal gubernamental afirma que los dispositivos de rastreo están diseñados para contrarrestar los robos: si una bicicleta o un escúter se pierde o es robado, este puede ser hallado fácilmente. Un residente les dijo a los oficiales de policía que no quería que se instalara un dispositivo de rastreo en su vehículo ya que el mismo era viejo y no temía perderlo. Los oficiales de policía se mostraron impasibles y le exigieron que instalara una nueva matrícula y el dispositivo de vigilancia en cuestión.
Algunos aldeanos del condado de Huanan, en la provincia de Heilongjiang, recibieron una justificación diferente por parte de la policía cuando les preguntaron por qué estaban instalando dichos dispositivos. En lugar de citar las preocupaciones relacionadas con los robos, los policías dijeron que el objetivo de la instalación era saber a dónde iban los aldeanos y qué hacían durante cada día.
Oficiales de policía de Huanan demostraron cuán estrechamente estaban monitoreando los dispositivos, cuando aparecieron inesperadamente en el hogar de un aldeano. El hombre en cuestión, indignado por ser vigilado por las autoridades, retiró el dispositivo de rastreo cuando llegó a su casa. Apenas dos días después, los oficiales se presentaron en la puerta de su domicilio. El mismo informa que lo regañaron y le dijeron: “¿Quién te dio permiso para retirar el dispositivo de vigilancia? La policía no pudo vigilarte y no sabía dónde estabas ni qué estabas haciendo». Posteriormente, se le ordenó que reinstalara inmediatamente el equipo de vigilancia o sería arrestado.
La vigilancia de vehículos y la recopilación de datos personales llevada a cabo por el Gobierno chino ha ocupado recientemente los titulares internacionales. El 29 de noviembre, la agencia Associated Press (Prensa Asociada) publicó un informe de investigación, el cual reveló que más de 200 fabricantes de automóviles en China envían una serie de datos, entre los que se incluye el posicionamiento de los vehículos de los usuarios, a un centro de vigilancia respaldado por las autoridades del Partido Comunista Chino (PCCh), sin que los dueños de los vehículos lo sepan. Según el informe: «Bajo el liderazgo de Xi Jinping, China ha desatado una guerra contra los disidentes, reuniendo grandes volúmenes de datos y desarrollando inteligencia artificial tendiente a crear un tipo de vigilancia policial más perfecta y capaz de predecir y eliminar las amenazas percibidas como peligrosas para la estabilidad del dominante Partido Comunista».
El 10 de diciembre, Markus Beeko, secretario general de la sección alemana de Amnistía Internacional, condenó a China por sus graves violaciones de los derechos humanos en una entrevista que le concedió a RFI (Radio France Internationale). El mismo afirmó: “China está constantemente tratando de desafiar los derechos humanos que ya se han convertido en estándar internacional. La gente debe estar atenta a la costumbre china de lanzar una ofensiva contra la concientización sobre los derechos humanos que viene existiendo desde hace 70 años”. Agregó que China fundamentalmente se niega a reconocer los derechos humanos, y que ciertos desarrollos internos en China son igualmente preocupantes, especialmente el uso que le da el Gobierno chino a las nuevas tecnologías para poder vigilar de manera masiva al pueblo chino. «La vigilancia electrónica llevada a cabo por el Gobierno chino sobre el pueblo ha penetrado profundamente en todos los aspectos de sus vidas. Establecer un ‘sistema de crédito social’ e implementar un sistema de calificación individual es un total mal uso de la vigilancia», afirmó Beeko.
Información de Piao Junying