El líder demócrata de Hong Kong, Nathan Law, DAFOH y un grupo de practicantes de Falun Gong hicieron oír sus voces en Roma; aunque sin demasiado éxito.
por Marco Respinti
El 25 de agosto, el ministro de Relaciones Exteriores de la República Popular China, Wang Yi, se reunió en Roma con su homólogo italiano, Luigi Di Maio. La reunión se produjo tras la visita del presidente Xi Jinping a Italia, efectuada en marzo de 2019, cuando, en nombre del Gobierno italiano, Di Maio firmó un «Memorando de entendimiento«, el cual selló el ingreso de Italia en la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Muchos consideraron al Memorando como un acto de sumisión política y cultural hacia China. La reunión del 25 de agosto no hizo nada para aliviar sus preocupaciones.
Es cierto que, durante la rueda de prensa posterior a la reunión, Di Maio afirmó que la “pertenencia de Italia a la Unión Europea (UE) y la OTAN es sumamente sólida”, pero también destacó que “China es uno de los socios económicos más estratégicos de Italia”. Las dos declaraciones son tan obvias que podemos sospechar que ocultan algo más.
No solo se trata de la economía, estúpido
Di Maio continuó agradeciéndole a China la ayuda brindada a Italia durante la pandemia, siguiendo los pasos de la retórica sobre una «Ruta de la Seda de la Salud«, la cual fue promocionada en una conversación telefónica efectuada entre el presidente Xi Jinping y el primer ministro italiano Giuseppe Conte el 16 de marzo. Dicha ayuda ha sido enormemente sobreestimada, y Di Maio no mencionó los problemas causados por China como resultado de su gestión poco transparente de la información sobre la COVID-19 en la fase inicial de la pandemia.
Las declaraciones de Di Maio parecen basarse en la idea de que la política y la economía están totalmente separadas. No lo están. Para el Partido Comunista Chino (PCCh), la economía siempre ha sido una herramienta para implementar una agenda política. El economista Michele Geraci, quien se desempeñó como subsecretario de Desarrollo Económico de Italia durante los años 2018 y 2019 mientras el propio Di Maio lideraba ese ministerio, fue un entusiasta defensor de la teoría que afirma que los vínculos económicos deberían conducir a una cooperación más estrecha entre Italia y China en todos los ámbitos. Geraci ya no forma parte del Gobierno, pero fue una fuerza impulsora detrás del Memorando de la Franja y la Ruta del 2019.
Algunos especularon que la verdadera razón de la visita de Wang a Italia es su frenética búsqueda de aliados para el esfuerzo del PCCh de promover las redes 5G de Huawei a nivel internacional, luego de que varios países, liderados por Estados Unidos, se comprometieran a detener la cooperación con la empresa china. Varios medios de comunicación informaron que, durante las últimas semanas o meses, Di Maio ha estado más atento que antes a la postura estadounidense. No obstante, no se ha tomado ninguna resolución definitiva que excluya a Huawei de los proyectos 5G italianos.
Justificando la represión
Lo que es peor, las referencias de Italia a la situación de los derechos humanos en China siguieron siendo muy pocas y llegando demasiado tarde. Sí, Di Maio le dijo a Wang que “es indispensable preservar el alto grado de autonomía y libertad” de Hong Kong, pero esto nos recuerda el cuento del ratón y el dragón. El ratón pudo haber creído que rugió, pero para el dragón el rugido del ratón era risible. El PCCh teóricamente está de acuerdo con la idea de que “es indispensable preservar el alto grado de autonomía y libertad” de Hong Kong. Solo añade que la autonomía y la libertad se preservan mejor reprimiendo a los «matones» que las amenazan, con lo que el PCCh se refiere a la oposición democrática. Sin una fuerte reacción de la parte italiana, Wang les dijo a los medios de comunicación que él y Di Maio “hablaron sobre Hong Kong en referencia a un espíritu de no interferencia. Le dije que el objetivo de la ley de seguridad es llenar los vacíos que existen desde hace tantos años y combatir los hechos violentos que se producen en toda la isla. Creamos la ley para garantizar los derechos y la autonomía de todos”.
En defensa de la verdad
Pero Hong Kong es solo una parte del problema de derechos humanos del PCCh, una especialmente importante. Di Maio no mencionó las detenciones arbitrarias, los campos de detención, el trabajo esclavo, las deportaciones, las torturas, los asesinatos extrajudiciales, la represión religiosa, el genocidio cultural y la limpieza étnica que están afectando a naciones enteras, grupos, movimientos e iglesias a lo largo de toda China.
Debido a ello, el disidente de Hong Kong, Nathan Law, vino a Roma para protestar contra esta política de aquiescencia frente al Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional del Gobierno de la República de Italia. Law es el líder histórico del “Movimiento Paraguas” surgido en el año 2014 en Hong Kong, y en el año 2016 se convirtió en el miembro más joven elegido para el Consejo Legislativo de la Región Administrativa Especial, solo para ser descalificado por el Gobierno de la isla en el año 2017. Vive en el exilio en Londres, y ha sido invitado a Italia por el senador de la oposición Lucio Malan, copresidente de la Alianza Interparlamentaria sobre China, y por Laura Harth, quien representa al Partido Radical Transnacional en la ONU.
Un grupo de practicantes de Falun Gong también se manifestó en Roma, denunciando la atroz práctica de la cosecha de órganos, mientras que Médicos contra la Sustracción Forzada de Órganos (DAFOH, por sus siglas en inglés), una de las organizaciones más importantes en este campo, le escribió una carta a Di Maio en la que hablaba sobre el tema. Desafortunadamente, excepto algunas loables excepciones, los medios de comunicación italianos se centraron más en el extravagante bronceado de Di Maio en la reunión con su colega chino que en las atrocidades perpetradas por el PCCh y convenientemente olvidadas en Roma.