A residentes sin antecedentes penales, entre los que se incluían niños, se les exigió proporcionar muestras de sangre o cabello, sin informárseles cómo serían utilizadas.
por Lu Xiaojing
El 17 de junio, el Instituto Australiano de Política Estratégica (ASPI) publicó los hallazgos de su nuevo estudio, concluyendo que el Partido Comunista Chino (PCCh) está construyendo la base de datos de ADN gestionada por la policía más grande del mundo. Según el informe, “las autoridades chinas están registrando deliberadamente a decenas de millones de personas que no tienen antecedentes de actividades delictivas graves. Dichas personas (entre las que se incluye a los niños en edad preescolar) no tienen ningún tipo de control sobre la forma en la que se recogen, almacenan y utilizan sus muestras”. Según el informe, las anteriores campañas de recolección de ADN efectuadas en China se centraron en el Tíbet y en Sinkiang, pero fueron ampliadas a fines de 2017, “dirigiéndose a millones de hombres y niños, con el objetivo de ‘mejorar de manera integral la capacidad de los organismos de seguridad pública para resolver casos y gestionar y controlar la sociedad’. Este programa de recolección masiva de datos de ADN infringe la legislación nacional china y las normas internacionales sobre derechos humanos. Y, si se lo combina con otras herramientas de vigilancia, aumentará el poder del Estado chino y permitirá una mayor represión interna en nombre del mantenimiento de la estabilidad y el control social”.
Bitter Winter recientemente ha recibido información que demuestra que el régimen continuó con la recolección masiva de muestras de ADN incluso durante el brote de coronavirus, principalmente en las zonas rurales.
El 15 de marzo, funcionarios locales les dijeron a los residentes de una aldea del condado de Pingle de Guilin, una ciudad a nivel de prefectura de la región autónoma zhuang de Guangxi, que al día siguiente debían dirigirse a la oficina del comité de la aldea para proporcionar muestras de sangre. Los que se negaron fueron amenazados con «tener problemas con el Gobierno y la policía en el futuro» o con la revocación de sus pensiones.
«Ese día, en la oficina había cuatro oficiales de policía y cuatro doctores, y varios pañuelos de papel, botellas de vidrio, jeringas, yodo y otros artículos médicos dispuestos en cuatro mesas», le relató a Bitter Winter un residente de la aldea. El mismo añadió que mientras esperaba en la fila le registraron su información personal detallada. Le dijeron que el motivo por el cual se estaban efectuando los análisis de sangre era para «hallar más fácilmente a los niños y a las mujeres víctimas de trata en el futuro».
El 31 de marzo, a los residentes de una aldea del condado de Lipu de Guilin también se les exigió proporcionar muestras de sangre para «evitar que los niños desaparezcan» y «ayudar a hallar a las personas perdidas que padecen demencia».
El 27 de febrero, oficiales auxiliares de la estación de policía de Zhukou en Taining, un condado de la provincia suroriental de Fujian, se presentaron en la aldea de Youyuan para recoger muestras de sangre de cada aldeano que estuviera en su hogar ese día «a fin de ayudar a hallar a las personas desaparecidas más fácilmente», según explicaron.
Un empleado del Gobierno local le dijo a Bitter Winter que la recolección de muestras de sangre en el condado había comenzado en octubre de 2018. «Si el Gobierno quiere hacerlo, ¿quién se atreverá a desafiarlo?», afirmó el mismo.
En las escuelas del condado también se recolectan muestras de sangre. «Nuestro maestro nos dijo que los oficiales tienen la última palabra y que debemos dar sangre», un estudiante de una de las escuelas del condado recordó cómo su maestro los obligó a él y a otros compañeros de clase a proporcionar muestras de sangre en diciembre pasado.
Un estudiante de otra escuela emplazada en el condado le dijo a Bitter Winter que más de 900 niños tuvieron que proporcionar muestras de sangre el 20 de diciembre. Uno de los estudiantes le pidió a su maestro que lo excusara porque se descomponía al ver sangre, pero le dijeron que «a todos se les debía analizar la sangre».
«La escuela hizo todo esto sin contar con el consentimiento de los niños o de sus tutores, y permitió que la policía analizara su sangre de forma arbitraria», afirmó con preocupación uno de los padres de uno de los estudiantes. «Es ilegal y viola los derechos humanos. Los maestros acataron ciegamente las órdenes de los oficiales, a pesar de que no eran médicos profesionales. ¿Qué debemos hacer si nuestros hijos están infectados con algún virus? Tampoco sabemos qué van a hacer con esas muestras de sangre».
En algunos casos, a las personas también se les exigió proporcionar muestras de saliva, cabello y otras muestras biométricas, sin que se les notificara cómo serían utilizadas.
Una mujer procedente de la provincia sureña de Cantón le dijo a Bitter Winter que la policía había recolectado muestras de cabello en su lugar de trabajo «para analizarlas». «Los oficiales nos cortaron un mechón de cabello y tomaron fotos del mismo junto a nuestras tarjetas de identificación», recordó. «No nos dijeron la razón por la cual nuestro cabello estaba siendo analizado y aún no nos han informado los resultados de ese ‘análisis’. El Gobierno carece de transparencia».
A un estudiante de secundaria procedente de la provincia suroriental de Cantón también se le tomó una muestra de cabello. «Los oficiales les cortaron un mechón de cabello y les tomaron las huellas digitales a todos los estudiantes de mi clase, y nos dijeron que era necesario para un experimento», afirmó el mismo. «Tuvimos que registrar nuestro nombre, fecha de nacimiento y domicilio».
(Última actualización el 3 de agosto de 2020)