Una pareja uigur de Sinkiang sufre la persecución decretada por el gobierno.
por Li Zaili
La policía local en el condado de Shanshan detuvo a un hombre uigur en mayo de este año. Su esposa, la Sra. Gulnur (pseudónimo) dice que su crimen fue leer el Corán con un Imán durante un mes hace treinta años. Según la ley china, leer las Escrituras en privado sin previa autorización del gobierno es ilegal.
El esposo de la Sra. Gulnure en estos momentos está siendo retenido contra su voluntad en el Instituto del Bienestar del Condado de Shanshan, un campo de transformación por la educación. Se le están enseñando los 3,000 caracteres chinos y será liberado cuando apruebe los exámenes. Tampoco se le permite ver a su esposa, pueden hablar por teléfono menos de 30 minutos.
Desde que inició 2018, las autoridades chinas han estado implementando en la provincia de Sinkiang el programa así llamado “estancia en el hogar”, esto es, más de un millón de empleados del Partido Comunista, oficiales de las instituciones del estado y empleados de las organizaciones dirigidas por el gobierno son enviados a vivir con familias de la minoría uigur musulmana para adoctrinarlas y detectar signos de extremismo religioso. Sin embargo, oficialmente, los empleados del gobierno dicen que visitan las casas del pueblo uigur para asegurarse de que “todas las nacionalidades (etnias) se unen como una acogedora familia”.
La práctica es todo menos que acogedora para la Sra. Gulnur, quien trabaja en un campo agrícola para sostenerse. Los empleados a menudo se quedan durante días y se van cuando ya hace calor afuera, lo cual significa que a menudo no puede hacer su trabajo del día.
Se han recibido reportes de que siempre que el gobierno detiene a un uigur, es muy probable que él o ella pasen el resto de su vida detenidos. La Sra. Gulnur no tiene idea de cuándo podría ser liberado su esposo y teme lo peor.