Dos predicadores revelan un sinnúmero de métodos que utiliza el Gobierno para reunir información, la cual posteriormente se utiliza para perseguir a las personas religiosas: sobornos, amenazas, manipulaciones y más.
Yang Guang’an
El resurgimiento de las iglesias a pesar de las medidas enérgicas severas ha provocado que el Partido Comunista Chino (PCCh) se dé cuenta de que las religiones no pueden aniquilarse simplemente por medio del uso de la fuerza. Las amenazas, la coacción, sobornar a los creyentes para que sirvan como agentes encubiertos, el enfoque de “el palo y la zanahoria”: el PCCh no escatima esfuerzos para erradicar a las iglesias que se rehúsan a ser controladas por él.
Bitter Winter habló con dos predicadores de iglesias domésticas acerca de las herramientas del PCCh, las cuales se emplean para recolectar información acerca de los lugares de adoración, misma que, posteriormente, se usa para perseguirlos. Para evitar las represalias por parte del Gobierno, ambos solicitaron permanecer en el anonimato y pidieron que no se revelara su denominación religiosa específica.
El primer predicador recordó que los problemas comenzaron al darse a conocer su identidad cuando fue arrestado debido a su fe. Desde entonces, el Departamento de Seguridad del Estado local lo ha tenido en la mira y le ha exigido proporcionar al Gobierno información interna de la Iglesia. Él considera que esto fue necesario para desintegrar gradualmente la Iglesia y, con el tiempo, cerrarla.
En 2013, fue convocado a un hotel. Debido a su reputación en la comunidad religiosa y al hecho de que, antes de creer en Dios, era miembro del Partido, funcionarios del departamento le pidieron que se convirtiera en informante para el Gobierno.
“En el futuro, si vas al extranjero para asistir a una conferencia religiosa, nosotros compraremos tu boleto de avión y te ayudaremos a obtener el pasaporte y la visa”, prometieron los funcionarios. Sin embargo, esto no fue gratuito. A cambio, él tendría que informar sobre sus viajes y grabar los sermones o sesiones de entrenamiento, organizadas por extranjeros en China, o llevar personal del Gobierno a dichos eventos.
“Cuéntanos acerca de la estructura de la Iglesia y el nombre de los principales colaboradores. Te apoyaremos en la Iglesia y te permitiremos predicar a lo largo de China. También recibirás un salario mensual de 5000 yuanes (aproximadamente 720 dólares)”, y le mencionaron más condiciones para la cooperación, pero el predicador se rehusó.
Los funcionarios continuaron persuadiéndolo, diciendo que su espionaje sería vital para proteger la seguridad nacional e impedir la infiltración por parte de las fuerzas extranjeras contrarias a China, una excusa común del PCCh para reprimir vigorosamente a las iglesias domésticas y cerrarlas. El predicador volvió a negarse y dijo: “No esperen que fabrique rumores de que Estados Unidos está haciendo que las iglesias se opongan al Partido Comunista o que lo debiliten. ¡Eso no existe en lo absoluto!”.
Debido a su resistencia para cooperar, el predicador fue sometido a diversas amenazas e intimidación, como la exigencia de informar al Departamento de Seguridad del Estado cuando deje el área de la ciudad. “Aun si no nos lo dices, podemos descubrir a dónde vas. Sin embargo, que nosotros lo descubramos y que tú nos lo digas proactivamente son dos cosas distintas”, lo amenazó un funcionario, advirtiéndole que podría ser arrestado en cualquier momento.
El predicador no está seguro de si otro colaborador de la Iglesia fue sobornado o si el PCCh plantó un informante externo, pero en diciembre de 2013, el Departamento de Seguridad del Estado local obtuvo algunos de los registros internos de reuniones de la Iglesia, así como una lista de las principales personas que están a cargo de esa denominación e información acerca de su situación financiera. Poco después, la policía arrestó al predicador aduciendo “problemas financieros”.
Además, debido a que las autoridades jaquearon su teléfono celular y su computadora, la información hallada en los dispositivos y el contenido de su conversación con un creyente extranjero se constituyó como “divulgación de secretos de Estado”. “Sabemos que amas predicar más que nada en el mundo. Si no cooperas con nosotros, arruinaremos tu reputación en la Iglesia”, amenazaron los funcionarios.
Diez días después, la policía volvió a convocar al predicador a un hotel. Los funcionarios, que afirmaban que las políticas religiosas del Estado eran extremadamente indulgentes, le dijeron que expresara cualquier problema que tuviera y le prometieron que el Gobierno le ayudaría a manejarlo.
Después de estas pláticas “amistosas”, los funcionarios le exigieron al predicador que preparara algunos materiales acerca de la estructura de la Iglesia y sus planes de desarrollo futuros. Como sabía que había peligros ocultos acechando detrás de esta conversación que parecía tan “afectuosa”, el predicador se rehusó a hacerlo.
“Para sacar a relucir el tema de la situación de las iglesias domésticas y conocer sus debilidades, el PCCh pide a los colaboradores de las iglesias que indaguen y les reporten la información que hayan descubierto. Posteriormente, esa información se utiliza en contra de las iglesias y también se vuelve la base de las regulaciones que restringen sus actividades”, explicó el predicador. “La razón por la que quieren entender la estructura de nuestra Iglesia es para descubrir los detalles y adoptar un plan de largo plazo para destruir a todas las iglesias que pertenecen a nuestra denominación”.
El otro predicador entrevistado dijo a Bitter Winter que, durante la segunda mitad de 2018, todas las iglesias de su denominación que tienen congregaciones grandes fueron severamente reprimidas en la ciudad de Nanjing de la provincia oriental de Jiangsu, en la provincia sureña de Guangdong y la provincia central de Henán. “¿Cómo es que el PCCh golpea con tanta precisión?”, se preguntó el predicador. “Durante mucho tiempo, el PCCh ha sido muy claro en lo referente a la situación de las iglesias y, ahora, quiere eliminarlas por completo”.
Añadió que, ya que su denominación no había sido perseguida de una forma exageradamente severa, le impactó que algunos gobiernos locales la incluyeran como una “herejía y xie jiao” en los formularios oficiales que se utilizan para recopilar datos acerca de los movimientos religiosos. El predicador piensa que se hizo porque su denominación se negó a unirse a la Iglesia de las Tres Autonomías controlada por el Gobierno.
“Somos una denominación protestante ortodoxa; esto es públicamente conocido. En el caso de los grupos que el PCCh no puede controlar, los acusarán de socavar el poder del Estado o de apoyar la infiltración extranjera o los designarían directamente como xie jiao. En cualquier caso, el PCCh tiene una forma de reprimirlos y encontrará una razón ‘justificada’”, dijo el predicador. “En resumen, ya sea a través de sobornos o de otros enfoques aparentemente pacíficos, el PCCh está utilizando cualquier medio posible para eliminar a las iglesias domésticas”.