En virtud de la rigurosidad de las leyes, las imprentas son amenazadas con multas por publicar cualquier cosa relacionada con la religión. Enviar o comprar libros religiosos también está prohibido.
por Gu Qi
Materiales religiosos prohibidos como si se tratara de pornografía
El predicador de una iglesia doméstica emplazada en la provincia suroriental de Fujian recientemente se encontró en una situación sumamente difícil cuando llegó a una imprenta para encargar 170 álbumes conmemorativos para el aniversario de su iglesia. Planificada como un regalo para los creyentes de la comunidad eclesiástica, la publicación no estaba destinada a ser distribuida de forma masiva. La persona a cargo de la tienda le dijo que no podía procesar su pedido porque el contenido religioso del álbum era demasiado obvio. Para poder imprimirlo, tuvo que cambiar la portada de temática religiosa y eliminar todas las imágenes de la cruz y las referencias a la Biblia existentes en el texto del álbum.
El hombre de la tienda le dijo al predicador que se dirigiera a la Agencia de Cultura local para solicitar un permiso para imprimir su álbum. Pero el mismo sabía muy bien que, en virtud de las políticas religiosas actuales, obtener tal aprobación era simplemente una ilusión. También mencionó que funcionarios gubernamentales habían estado realizando inspecciones frecuentes en imprentas, editoriales, periódicos y revistas para advertirles que no impriman ningún tipo de material relacionado con la religión, si alguien les pide que lo hagan, deberán informar el caso a la Agencia de Asuntos Religiosos local.
Luego de que el predicador fuera rechazado por varias imprentas, no tuvo más remedio que eliminar todo el contenido religioso del álbum conmemorativo para poder imprimirlo.
El control de los materiales impresos se ha intensificado significativamente desde principios de año, cuando provincias a lo largo de China comenzaron a implementar la campaña del Partido Comunista Chino (PCCh) tendiente a «erradicar la pornografía y las publicaciones ilegales«. La misma tiene como objetivo suprimir todas las «publicaciones e información que debiliten, distorsionen, o nieguen el liderazgo del Partido o el sistema socialista de China”. Las medidas son implementadas a través del control de los servicios de impresión y copia, las plataformas de ventas en línea, los mercados mayoristas de publicaciones, los servicios postales y logísticos, y otros similares.
Documentos revelados por Bitter Winter confirman que las autoridades están utilizando el pretexto de «erradicar la pornografía y las publicaciones ilegales» para censurar la información, incluidos los materiales relacionados con la religión.
“Cuando las políticas exigen la aplicación de medidas estrictas sobre la religión, cada aspecto es estrictamente controlado. Esto está ocurriendo en todo el país. Es lo mismo para el budismo y el taoísmo», comentó el predicador sobre la campaña de censura del PCCh. “De hecho, siempre ha sido así. Incluso si planeamos hacer algo pequeño y simple, el Gobierno primero preguntará quién ideó el plan y luego tratará de averiguar si alguien ‘detrás de escena’ lo está financiando. También querrá saber si participan más de 100 personas, sospechando que tienen otros objetivos. El Gobierno pensará en muchos obstáculos porque teme que practiquemos nuestra fe”.
La venta de Biblias y otros textos religiosos está estrictamente controlada
El pasado mes de diciembre, la persona a cargo de una iglesia doméstica emplazada en la provincia suroriental de Jiangxi le ordenó por correo 20 Biblias a un lugar de culto emplazado en otra provincia. Poco después, las autoridades localizaron al creyente que había enviado las Biblias y las confiscaron.
«Nos enteramos que el Gobierno está revisando la Biblia, por lo que tratamos de hacer todo lo posible para recopilar y almacenar la versión original», afirmó la persona a cargo de la iglesia. Al mismo le preocupa que los creyentes sean llevados por el mal camino luego de que el PCCh altere la Biblia.
Una creyente perteneciente a la Iglesia de las Tres Autonomías, procedente de la provincia central de Hunan, que deseaba permanecer en el anonimato, le dijo a Bitter Winter que, el pasado mes de diciembre, fue interrogada por funcionarios gubernamentales luego de conectarse dos veces a internet para comprar libros religiosos para su iglesia.
“Los funcionarios afirmaron que la cantidad que había comprado era demasiado grande y me preguntaron si estaba en contacto con países extranjeros. También dijeron que me convertiría en un objetivo clave de vigilancia», afirmó la creyente, aún sin entender por qué había sido investigada solo por comprar algunos libros religiosos comunes.
Los libros religiosos desaparecen de los lugares públicos
El 9 de julio, una Iglesia Evangélica de las Tres Autonomías emplazada en la ciudad de Nanping, en la provincia de Fujian, recibió una notificación de sanción administrativa anticipada en la que se penalizaba a su biblioteca por violar los Reglamentos sobre la Administración de Publicaciones debido a que la iglesia no poseía una «licencia comercial de publicación». Quince publicaciones fueron confiscadas, y se le impuso una multa de 10 000 yuanes (aproximadamente 1400 dólares). Resultó que la penalización fue impuesta porque en el mes de febrero la iglesia había comprado Biblias en una tienda en línea.
En octubre del año pasado, la sucursal de la Asociación Budista China del condado de Youxi, bajo la jurisdicción de la ciudad de Sanming, en Fujian, ordenó asegurarse de que no ingresaran a China libros budistas procedentes del extranjero. Los equipos de inspección deben realizar verificaciones aleatorias y sin previo aviso de lugares públicos en busca de materiales budistas que no posean números de registro de publicación oficial e imponerles sanciones disciplinarias a los infractores.
Un funcionario perteneciente a la Agencia de Cultura y Radiodifusión local le dijo a Bitter Winter que, en la actualidad, los libros religiosos son estrictamente controlados, y cada departamento gubernamental realiza inspecciones frecuentes de lugares públicos, entre los que se incluyen librerías y hoteles. «Tan pronto como se descubran publicaciones ilegales de naturaleza política, se impondrá una sanción», afirmó.
En el mes de enero, funcionarios de la Agencia confiscaron los libros budistas que estaban exhibidos en el vestíbulo de un hotel del condado de Youxi porque los libros «no estaban publicados de manera formal». Por temor a ser multado, un templo budista de la zona eliminó la mayoría de los libros religiosos que se exhibían públicamente, dejando menos de diez textos en su estantería.
El pastor de una iglesia de las Tres Autonomías emplazada en el condado de Youxi reveló que desde agosto del año pasado, personal del Departamento de Trabajo del Frente Unido a nivel de ciudad y condado, de la Agencia de Asuntos Religiosos y de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino han ido a inspeccionar su iglesia siete u ocho veces.