A pesar de las súplicas de los budistas locales, una estatua de Kwan Yin de 17 metros de altura, que se hallaba situada en la provincia de Hebei, fue demolida, uniéndose a la larga lista de iconos religiosos destrozados por el Gobierno chino.
por Shen Xinran
El Templo Budista de Dabei (大悲 禪寺), emplazado en el poblado de Shengfang, bajo la jurisdicción de la ciudad de Bazhou, en la provincia norteña de Hebei, fue inicialmente construido a finales de la dinastía Yuan (1271-1368). Posteriormente fue destruido y reconstruido en el año 2008, restaurando su sinigual diseño con una amplia variedad de salas y magníficas estatuas budistas. El templo es famoso por ser uno de los cuatro principales bodhimaṇḍas –un lugar de iluminación y despertar– de Kwan Yin en China.
La construcción de la estatua de Kwan Yin de mármol blanco y 17 metros de altura, la cual se hallaba situada en el Templo de Dabei, costó más de un millón de yuanes (alrededor de 140 000 dólares). La figura del bodhisattva de la compasión, la cual pesaba más de 400 toneladas, era una característica notable del templo y un destacado símbolo espiritual para los budistas locales que con frecuencia asistían al lugar para rezar frente a la misma.
En el mes de octubre, el Gobierno local ordenó «modernizar y renovar» el templo y demoler la estatua de Kwan Yin, alegando que «las estatuas religiosas situadas al aire libre no pueden medir más de diez metros de altura».
«‘Modernizar y renovar’ no es más que un pretexto», le dijo a Bitter Winter un budista local. “Las estatuas budistas al aire libre son importantes para los budistas y el Gobierno teme que los íconos de deidades aumenten la cantidad de creyentes, lo cual afectaría negativamente su dominio. A través de este tipo de rectificaciones, su objetivo es debilitar la influencia del budismo y, finalmente, erradicarlo”.
Intentando detener la demolición de la estatua de Kwan Yin, los budistas locales presentaron una petición firmada ante varios departamentos públicos y el Gobierno provincial, solicitando clemencia. «¡Nos alarma saber que la estatua de Kwan Yin del Templo Budista de Dabei va a ser demolida!», escribieron los creyentes en la petición presentada ante el Gobierno. «Estamos abrumados por el shock, el pánico y la ansiedad. La estatua de Kwan Yin ha sido nuestro sustento espiritual generación tras generación. Bajo su protección, todos los hogares pueden vivir una vida dichosa, cada uno de nosotros puede disfrutar de salud y paz, y la misma ayuda a que todo sea auspicioso. ¿Qué crímenes ha cometido la estatua sagrada? ¿Cuál es la razón por la cual debe ser destruida? La misma integra los esfuerzos ilimitados, la esperanza y la confianza de decenas de miles de creyentes. Si la estatua sagrada permanece en pie, el espíritu permanecerá. Si la estatua sagrada es demolida, ¿dónde podremos hallar sustento espiritual?”.
Las peticiones de los creyentes no lograron hacer cambiar de opinión al Gobierno, y dicho accionar no causa ningún tipo de sorpresa, ya que en China las decisiones del régimen totalitario siempre pesan más que la voluntad del pueblo.
«Hemos tratado de negociar con varios departamentos, pero todos nuestros esfuerzos han sido en vano ya que la demolición fue orquestada por el Gobierno y las órdenes se hallaban impresas en documentos oficiales», le reveló a Bitter Winter un creyente local. “Hace algunos días, varios funcionarios del Gobierno provincial se presentaron aquí para efectuar una inspección. Dentro de unos días también lo harán burócratas del Gobierno central. Era inadmisible que dejaran la estatua en pie. Si no hubiera sido destruida, el Gobierno habría recurrido a la violencia, arrestando a los budistas que se atrevieran a oponer resistencia».
El budista también reveló que, durante la demolición, los funcionarios ordenaron cerrar todas las entradas al templo para evitar que los creyentes insatisfechos ingresaran al mismo para quemar incienso y rezar. A los monjes que residían en el templo se les prohibió entrar o salir a voluntad. Los creyentes locales se sentían sumamente enojados y tristes, pero no se atrevieron a decir nada mientras veían la estatua ser demolida pieza por pieza.
Como parte de la implementación de las nuevas políticas religiosas, desde el verano de 2018, las autoridades locales de toda China han estado demoliendo estatuas religiosas situadas al aire libre por orden del Gobierno central. Numerosos íconos religiosos han sido destruidos y ocultados, mientras que muchos otros han sido modificados para incorporarles atributos de la cultura tradicional china, dando como resultado espectáculos estrafalarios.