El Gobierno chino sigue destruyendo los templos y estatuas budistas, incluso estropeando aquellos que han pasado por alto.
Como si no fuera suficiente destruir templos sagrados, estatuas y reliquias, el Partido Comunista de China (PCCh) está yendo tras los colores que considera demasiado religiosos, como el amarillo y el rojo oscuro que han llegado a simbolizar a los templos budistas.
Comenzando el 30 de octubre de 2018, las paredes exteriores amarillas del Pabellón Wenchang, en la ciudad de Ruichang de la provincia suroriental de Jiangxi, fueron pintadas de blanco, y se requirieron más de 20 trabajadores de saneamiento para llevar a cabo el trabajo en una semana.
Las paredes exteriores del Pabellón Wenchang en la ciudad de Ruichang de la provincia de Jiangxi están siendo pintadas:
“El Gobierno municipal dijo que el color amarillo de las paredes exteriores de nuestro templo era demasiado llamativo y ordenó que se pintaran de blanco”, dijo uno de los monjes del templo. “El Gobierno municipal nos llamó en repetidas ocasiones y envió mensajes por WeChat para amenazarnos. Si no hacíamos lo que ellos decían, el Gobierno inventaría todo tipo de razones para clausurar o demoler el templo. Si no seguíamos el camino de la ‘sinificación’, esas serían las consecuencias. Un templo en el distrito de Lushan de la ciudad de Jiujiang fue demolido debido a que no cumplió con los requisitos del Gobierno”.
El monte Jiuhua, ubicado en el condado de Qingyang, en la ciudad de Chizhou de la provincia oriental de Anhui, es una de las cuatro montañas sagradas budistas de China. El año pasado fue sometido a medidas enérgicas a gran escala. Los templos en las áreas aledañas tampoco pudieron escapar al destino de pasar por un “remozamiento”.
De acuerdo con una fuente, alrededor de octubre de 2018, el Gobierno del condado de Qingyang convocó a una reunión de los secretarios de las sucursales del Partido de cada aldea. En la reunión, las autoridades estimaron que aproximadamente 90 millones de personas creían actualmente en el Partido Comunista mientras que 200 millones de personas creían en el budismo y, bueno, simplemente no se podía permitir que eso continuara.
Así pues, el Gobierno continuó con otra embestida en contra del budismo, en contra del monte Jiuhua y en contra de los templos en las villas aledañas. Exigían que cada templo fuera pintado de blanco y que se detuviera la quema de incienso.
Ese mes, las paredes exteriores originalmente pintadas de color Amarillo del templo de Xifeng en el condado fueron pintadas de blanco. En el distrito de Guichi de la ciudad de Chizhou, que colinda con el condado de Qingyang, la apariencia de los sitios budistas también fue cambiada.
El 22 de octubre, las paredes exteriores del templo de Guanyin, localizado en el poblado de Meijie de Guichi, fueron pintadas de blanco. Junto con dos templos en el poblado de Wusha de Guichi, las paredes exteriores de color amarillo del templo de Tanghua –ubicado en el poblado de Niutoushan de Guichi– que costaron más de un millón de yuanes y tomaron casi ocho años en construirse, fueron pintadas de blanco. Los símbolos relacionados con el budismo y los incensarios también fueron destruidos y los templos fueron cerrados.
“Incluso el monte Jiuhua está enfrentando medidas enérgicas. No hay nada que podamos hacer al respecto. El personal del Gobierno acude al lugar casi todos los días para llevar a cabo inspecciones”, dijo un monje local en Guichi.
En el pasado mes de octubre, las paredes amarillas del templo de Huayan en la ciudad de Huangshi, de la provincia de Hubei, también fueron pintadas de blanco y los caracteres chinos que significan “Amitabha” (阿弥陀佛) que se encontraban en la pared fueron reemplazados con la frase: “El país florece y las personas viven en paz”. El nombre del templo, “Templo Huayan” también fue reemplazado por el nombre “Fulin Gate”.
“Personal del Departamento de Asuntos Religiosos dijo que todos los sitios religiosos debían ser ‘sinificados’”, expresó una fuente. “[El templo] tiene que pagar por estos proyectos. Se gastaron 30 000 yuanes (alrededor de 4290 dólares) tan solo para pintar las paredes, quitar las palabras y para otros proyectos de ‘rectificación’”.
En noviembre, el templo de Yangsi en la ciudad de Huangshi también fue pintado de blanco. Personal del Gobierno afirmó que estaban creando una ciudad civilizada y que los pilares rojos del templo y los símbolos budistas afectaban la apariencia de la ciudad.
Informado por Yang Luguang