El Gobierno chino está obligando a los creyentes y al clero a reemplazar las enseñanzas cristianas con la cultura tradicional china y la doctrina socialista.
por Wang Yichi
Mientras que una gran cantidad de iglesias de las Tres Autonomías administradas por el Estado están siendo clausuradas, reutilizadas y demolidas, las supervivientes son transformadas hasta quedar irreconocibles para así cumplir con las exigencias de las políticas de “sinización” del régimen. Los símbolos cristianos están siendo reemplazados por materiales e imágenes que propagan las doctrinas socialistas y la cultura tradicional china, y los miembros del clero se ven obligados a predicar la ideología comunista e interpretar la Biblia de acuerdo con los valores y costumbres chinos.
El clero es obligado a memorizar las citas de Xi Jinping
A mediados de septiembre, más de 200 miembros del clero y representantes de diferentes grupos de la sociedad de toda China se reunieron en Cantón, la capital de la provincia sureña de Cantón, para participar en una capacitación de cinco días de duración. Bajo el tema «Aula Cultural de la Felicidad Lantai», el evento fue organizado por el Gobierno provincial de Cantón.
Un predicador de la Iglesia de las Tres Autonomías procedente de la provincia central de Henán le dijo a Bitter Winter que no estaba dispuesto a asistir a la capacitación, pero el Gobierno local lo amenazó con revocar su certificado de predicación si se negaba a asistir, por lo que no tuvo más remedio que ceder.
Según un miembro de una iglesia de las Tres Autonomías que asistió a la capacitación, entre los participantes había miembros del clero y creyentes de iglesias cristianas, así como también budistas y musulmanes. Todos los días, a partir de las 6 de la mañana, los asistentes tenían que leer materiales sobre la cultura tradicional china y memorizar las citas del presidente Xi Jinping. El texto clave de la conferencia fue «Los estándares para ser un buen alumno y niño», Di Zi Gui (弟子 規) en chino, un antiguo manual basado en las enseñanzas del filósofo más influyente de China, Confucio (551-479 a. C.) sobre cómo ser una buena persona.
“La cultura occidental posee una historia de tan solo unos cientos de años, mientras que nuestra cultura china posee una de cinco mil. En el futuro dominaremos el mundo, así que, ¿por qué ustedes, el pueblo chino, creen en el Dios de los extranjeros?», proclamó uno de los conferenciantes durante la capacitación.
El creyente añadió que antes del comienzo y al final de cada día, los participantes tenían que inclinarse ante imágenes de Confucio y Xuanyuan Huangdi o el Emperador Amarillo (軒轅黃帝); uno de los tres emperadores mitológicos de la antigua China, santo patrono del taoísmo, considerado el antepasado común del pueblo chino. La mayoría de los cristianos que participaron en la capacitación se mostraron reacios a hacerlo, razón por la cual obtuvieron miradas de desaprobación de los participantes no religiosos.
«Los cristianos no deberían adorar a otros ídolos, pero aún así, algunos participantes lo hicieron, aceptando inconscientemente el adoctrinamiento del Partido Comunista Chino (PCCh)», afirmó con preocupación el creyente.
Tales medios de adoctrinamiento parecen estar surtiendo efecto en el clero. Tras regresar a sus hogares, algunos de los que participaron en la capacitación comenzaron a impartir sermones en los que promueven el espíritu del XIX Congreso Nacional del Partido Comunista y los valores socialistas centrales.
La Biblia malinterpretada
“China se encuentra bajo el gobierno del Partido Comunista, el cual es más grande que Dios. Todas las iglesias deben exhibir consignas que promuevan la doctrina comunista y todas las iglesias deben ser ‘sinizadas’”, le dijo un funcionario de la Agencia de Asuntos Religiosos de un condado bajo la jurisdicción de la ciudad de Luoyang, en Henán, a la congregación de una iglesia. El mismo exigió que dentro del lugar de culto se exhibieran carteles que promovieran la cultura tradicional china.
Bitter Winter visitó varias iglesias emplazadas en las ciudades de Zhengzhou y Luoyang, en Henán, donde prácticamente no había imágenes de Jesús ni la Biblia, y en cambio, abundaban carteles que promovían los valores socialistas centrales y con comparaciones entre la cultura tradicional china y la Biblia. La información de los tableros estaba intencionalmente diseñada para que enfatizara el contenido no religioso.
El predicador de una iglesia de las Tres Autonomías emplazada en la zona cree que, al comparar la Biblia con los valores tradicionales chinos, el PCCh distorsiona deliberadamente la doctrina cristiana. El mismo proporcionó un ejemplo: en la propaganda del PCCh, las palabras de Jesús en Mateo 12, 36-37: «Y yo os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio» se asemejan a una enseñanza de “Los estándares para ser un buen alumno y niño”: “Si una persona tiene un defecto, no lo expongas. Si una persona tiene un secreto, no lo reveles”. Según el predicador, a las personas se les enseña a ocultar las cosas malas que otros hacen y a dejar que continúen haciéndolas, lo cual va en contra de las enseñanzas de la Biblia en lo que respecta a ayudar a los pecadores a confesar sus pecados y a arrepentirse.
«El PCCh adoctrina exhaustivamente a los pastores y presbíteros intentando cambiar la naturaleza inherente de nuestra fe y hacer que todos los creyentes se sometan al Gobierno», añadió el predicador. El mismo cree que la mayor crisis y el mayor desafío que enfrentan las iglesias en China no es el cierre forzoso ni la demolición de sus lugares de reunión, sino el adoctrinamiento ideológico. Al entrelazar el credo cristiano con la política y la cultura china, el Gobierno intenta eliminar el cristianismo a través de su «sinización», cree el predicador. Y, según él, la destrucción de la fe es más severa que durante la Revolución Cultural.