En el continente se ha impuesto un estricto control sobre las mentes de los estudiantes universitarios a fin de evitar que los mismos sean influenciados por creencias e ideales democráticos.
por Jiang Tao
Los violentos enfrentamientos acaecidos entre la policía y los manifestantes que defienden la democracia en los campus de las universidades de Hong Kong han causado resentimiento contra el Gobierno entre los estudiantes de China continental que estudian tanto en el país como en el extranjero. Para mostrar su solidaridad, los mismos crearon una versión en línea del llamado muro de Lennon, donde publican sus identificaciones y diplomas estudiantiles junto a mensajes de apoyo para sus condiscípulos que se manifiestan en Hong Kong.
Tal expresión de solidaridad de las personas que viven en el continente, especialmente de los jóvenes, está causando una considerable preocupación entre las autoridades chinas. Estudiantes de universidades emplazadas en la provincia central de Henán le revelaron a Bitter Winter que las administraciones de sus universidades habían lanzado campañas educativas «sobre el origen y la naturaleza de la situación actual de Hong Kong y la misión y responsabilidad de los estudiantes universitarios» para refrenar los sentimientos de camaradería con los manifestantes. Los testimonios de los estudiantes revelan que, a pesar de que las clases son impartidas por diferentes maestros y en diferentes universidades, el contenido de estas es básicamente el mismo.
Los profesores contratados para impartir tales clases generalmente provienen de la Escuela del Marxismo, siendo la misma una institución responsable de la enseñanza de ideología política. Contando con el apoyo del Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh), el personal docente especializado en este campo se ha ido fortaleciendo cada vez más. Por lo tanto, las clases son presentadas desde un ángulo ideológico unilateral, omitiendo la verdad y presentando a los manifestantes como «alborotadores».
«Miren lo crueles que son estos alborotadores de Hong Kong», uno de los estudiantes recordó un comentario realizado por un profesor mientras mostraba en clase un video de propaganda sobre las protestas. Como era de esperar, dicho profesor no mencionó las cinco demandas de los manifestantes ni tampoco explicó por qué continúa aumentando la tensión en Hong Kong, solo enfatizó que los comportamientos «que dividen al país son imperdonables» y denunció un «plan sucio» pergeñado por Estados Unidos y Taiwán para influir sobre Hong Kong.
Los profesores contratados para impartir propaganda les suelen explicar a los estudiantes que el apoyo a los llamados «alborotadores» está creciendo gracias al dinero. Uno de los ejemplos que proporcionan es que los manifestantes le dan a cada estudiante 100 dólares de Hong Kong (alrededor de 13 dólares) para formar una cadena humana o asediar una estación de policía.
Los profesores definen «la misión de los estudiantes universitarios en la China contemporánea» como la de «oponerse firmemente a los disturbios en Hong Kong, nunca y de ninguna forma mostrar simpatía o apoyo a los manifestantes, y tener un alto nivel de uniformidad con el Gobierno central». Los mismos añaden que es esencial «estudiar mucho y ser siempre los patriotas más leales». También se les advierte a los estudiantes que no participen en ningún evento o manifestación política que no cuente con el apoyo del Gobierno.
Un profesor de una universidad emplazada en la provincia oriental de Shandong comentó durante una clase que el Estado tiene derecho a «tomar medidas violentas para acabar con los disturbios». El mismo proporcionó algunos ejemplos para demostrar que China continental tiene un buen índice de seguridad social bajo el régimen del PCCh, y atribuyó el «fracaso» de Hong Kong a la falta de educación patriótica.
La propaganda parece estar surtiendo efecto en algunos estudiantes: los mismos comenzaron a organizar grupos patrióticos por su cuenta. Aquellos estudiantes y profesores que desaprueban dicho accionar o que apoyan a los manifestantes a favor de la democracia no se atreven a opinar sobre el tema.
Uno de los estudiantes entrevistados recordó un incidente ocurrido en clase cuando un compañero expresó su insatisfacción con respecto al control con mano de hierro de Xi Jinping en lo concerniente a lidiar con las protestas en Hong Kong, y el profesor lo interrumpió de inmediato, advirtiéndole «que no cometiera errores políticos», de lo contrario, tendría problemas cuando llegara el momento de unirse al PCCh, lo cual se considera una ventaja significativa para poder hallar un buen trabajo en China.
“La universidad ha plantado informantes en cada clase. Ni los profesores ni los estudiantes tienen idea de quién es un soplón y puede denunciarlos”, reveló un profesor de una universidad emplazada en la Región Autónoma de Mongolia Interior. “Hoy en día, no solo está prohibido criticar al PCCh, tampoco se permite efectuar comentarios sobre asuntos que causan preocupación, tales como la contaminación ambiental. Incluso hablar sobre problemas sociales en clase dará lugar a ser calificado como ‘ideológicamente problemático’. Además, hay cámaras de vigilancia instaladas en las aulas y no sabemos si alguien nos está observando. El simple hecho de verlas provoca terror”.
El profesor añadió que la administración de su universidad evalúa las «tendencias ideológicas erróneas» del personal docente mediante inspecciones aleatorias durante sus clases. A sus colegas, miembros del Partido, se les exige impedir que quienes los rodeen digan algo considerado desfavorable para el Partido, ya sea en situaciones públicas o privadas.
El profesor en cuestión fue interrumpido y advertido por sus colegas cuando criticó en privado las palabras de Xi Jinping en un eslogan y mencionó la masacre de la Plaza de Tiananmén de junio de 1989.