Los ataques perpetrados contra iglesias domésticas a lo largo de toda China se intensificaron durante los últimos meses, la policía y funcionarios gubernamentales allanaron numerosos lugares de culto e intimidaron a las congregaciones.
por Shen Xiang
El 28 de junio, un grupo compuesto por cuatro personas y liderado por el subsecretario de un poblado administrado por la ciudad a nivel de condado de Leiyangi, en la provincia central de Hunan, allanó una iglesia doméstica local. Los mismos confiscaron la caja de donaciones de la iglesia y destruyeron diez versículos bíblicos que se encontraban colocados en los muros.
Cuando el director del lugar les preguntó a los funcionarios por qué estaban destruyendo y llevándose bienes de la iglesia, el subsecretario respondió groseramente que era «el resultado de su desobediencia». El mismo añadió que era «ilegal celebrar reuniones religiosas sin un permiso o sin haberse unido a la Iglesia de las Tres Autonomías».
El 17 de mayo, la Agencia de Asuntos Religiosos de la ciudad de Yongzhou de la provincia clausuró una iglesia doméstica local por «celebrar reuniones ilegales sin permiso». Los funcionarios confiscaron todos los objetos de valor existentes en el lugar, entre los que se incluían una computadora, una fotocopiadora y varias biblias.
El 19 de abril, la policía de la ciudad de Dengzhou, en la provincia central de Henán, allanó un lugar de Sola Fide, confiscó sus biblias e himnarios y llevó a ocho miembros de la congregación hasta una estación de policía para interrogarlos. Tras ser liberado, uno de ellos le dijo a Bitter Winter que un oficial de policía le había dicho que «en China no está permitido creer en Dios». El mismo añadió que los descendientes de las personas arrestadas por practicar su fe se verían implicados y se les prohibiría unirse al ejército o trabajar en el servicio público.
El creyente también reveló que medio mes después, la policía visitó a los ocho miembros que habían sido arrestados en sus hogares para verificar si continuaban asistiendo a reuniones religiosas. Los oficiales les advirtieron que, si volvían a reunirse, serían condenados de tres a cinco años de prisión.
«No infringimos ninguna ley al creer en Dios, pero el Gobierno nos trata de esta manera», afirmó el creyente con tristeza. «El Gobierno quiere eliminar todas las religiones y nos amenaza con el futuro de nuestros familiares, obligándonos a renunciar a nuestras creencias. Es algo realmente cínico».
El Gobierno del condado de Ninghai, en la provincia oriental de Zhejiang, ha estado intensificando la represión de las iglesias domésticas durante los últimos meses.
El director de un lugar perteneciente a la antigua Iglesia Local emplazado en el poblado de Changjie del condado le dijo a Bitter Winter que funcionarios de la Agencia de Asuntos Religiosos visitaban su hogar todos los domingos para verificar si no estaba celebrando reuniones allí. Los mismos amenazaron con arrestarlo y demoler su hogar si descubrían a tres o más miembros de la iglesia en el lugar.
El lugar es uno de los lugares de culto que fueron clausurados en el poblado en diciembre del año pasado. Según una fuente, los funcionarios del Gobierno central organizan «inspecciones de retorno» secretas para asegurarse de que las iglesias domésticas clausuradas no vuelvan a abrir sus puertas. Las autoridades locales deben patrullar los lugares clausurados todos los domingos.
El director de otra iglesia doméstica le dijo a Bitter Winter que había sido convocado por el Gobierno local en el mes de mayo. Los mismos amenazaron con imponerle una multa de 30 000 yuanes (alrededor de 4300 dólares) si lo descubrían celebrando una reunión por primera vez, y de 300 000 yuanes (alrededor de 43 000 dólares) si era descubierto por segunda vez.
Un predicador local explicó que debido a la creciente persecución y al acoso, la mayoría de las iglesias domésticas emplazadas en el condado de Ninghai se vieron obligadas a dispersarse.