La cantidad cada vez mayor de lugares de culto acosados en la ciudad de Xinyu, de la provincia de Jiangxi, está incrementando las tristes estadísticas de la persecución religiosa en China.
Tang Zhe
La ciudad de Xinyu es una de las 11 ciudades a nivel de prefectura de la provincia china suroriental de Jiangxi. Según consta, con una población de aproximadamente 1,2 millones de habitantes, Xinyu es la ciudad más económicamente avanzada de la provincia.
De acuerdo con la información recibida por Bitter Winter, desde el año pasado, se han demolido cruces en al menos 281 lugares de congregación protestantes emplazados en la ciudad, incluidos algunos pertenecientes a la Iglesia de las Tres Autonomías aprobada por el Gobierno. Además, se han clausurado 81 lugares de congregación protestantes, 16 de los cuales fueron demolidos.
El 13 de noviembre de 2018, las autoridades demolieron por la fuerza el lugar de congregación de una Iglesia doméstica, emplazado en la aldea de Jiangjia, bajo la administración del poblado de Shuixi, alegando que «temían que el edificio se derrumbara y matara a alguien». Sin embargo, los miembros de la Iglesia afirmaron que el mismo era estructuralmente estable. Cuatro meses antes, el Gobierno había prohibido congregarse en el lugar, alegando que el mismo no contaba con los permisos necesarios.
Los aldeanos de Jiangjia afirmaron que, debido a las nuevas y más estrictas regulaciones relacionadas con los lugares religiosos, el jefe de la aldea había sido previamente multado con 10 000 yuanes (aproximadamente 1428 dólares) por «no mantener a los teístas bajo control» y no poner suficiente esfuerzo en la gestión de los asuntos religiosos.
El 16 de julio de 2018, también fue demolido un lugar de congregación perteneciente a la Iglesia doméstica de Tangxia, emplazado en la aldea de Zhentian, bajo la administración del poblado de Shuixi, dejando a casi 300 creyentes sin un lugar donde practicar su fe. Los funcionarios afirmaron que la razón de la demolición fue que los miembros de la Iglesia «creían en el Dios de los occidentales».
Mediante engaños, las autoridades han vendido o demolido por la fuerza algunos lugares de congregación, tal es el caso de una iglesia emplazada en la aldea de Luosha, bajo la administración del poblado de Huze de la ciudad de Xinyu. En julio de 2018, luego de que la iglesia fuera clausurada, funcionarios gubernamentales exigieron que la capilla se alquilara gratuitamente a la sucursal del Partido de la aldea para celebrar allí sus reuniones. Cuando el encargado de la iglesia se negó a hacerlo, el secretario del Partido de la aldea amenazó con vender la iglesia, afirmando que, si no se vendía, sería demolida. El encargado de la iglesia no tuvo más remedio que vender el lugar de congregación.
Un mes antes, el lugar de congregación de una Iglesia doméstica, emplazado en una aldea bajo la administración del poblado de Luofang de la ciudad de Xinyu, también fue víctima de las manipulaciones del Gobierno. Primero, funcionarios gubernamentales hicieron que los miembros de la Iglesia se registraran en la Iglesia de las Tres Autonomías. Mientras los creyentes estaban fuera haciendo lo que les habían exigido, los funcionarios aprovecharon la oportunidad para demoler su sitio de congregación.
En la ciudad de Xinyu también se llevó a cabo la reconversión forzada de lugares de congregación. En el mes de mayo, parte de los muros que rodeaban un lugar de congregación emplazado en el poblado de Hexia de la ciudad de Xinyu, fueron derribados, y el sitio fue fusionado con el vecino salón de reunión del comité de la aldea, y convertido en una sala de exposiciones. Luego de la apropiación, el jefe del lugar de congregación les pidió a las autoridades permiso para construir una nueva iglesia, pero el secretario de la aldea rechazó el pedido, afirmando que el Gobierno no estaba permitiendo las congregaciones religiosas.
Y al igual que en Henán, donde se ha informado que la persecución de los cristianos es más severa, el Gobierno de Xinyu también está ingresando por la fuerza en los hogares de los creyentes para eliminar cruces y pinturas religiosas, y a las familias que recibían asistencia social y que se negaron a abandonar sus creencias religiosas, se les cancelaron sus subsidios de subsistencia.