Además de los omnipresentes sistemas de vigilancia, los creyentes en China también deben estar atentos al personal asignado por el Gobierno que los vigila las 24 horas del día, los 7 días de la semana.
Sun Kairui
Funcionarios del Partido a nivel comunitario, e incluso arrendadores y empleados de empresas de servicios públicos, son habitualmente contratados para espiar a los creyentes mientras los mismos celebran reuniones religiosas, llevan a cabo actividades misioneras o simplemente se reúnen con amigos. Motivados con bonos o coaccionados, su número está creciendo exponencialmente, haciendo que la vida de los creyentes sea insoportablemente difícil.
Se les asignan cuotas de espionaje a los administradores de la red
El 22 de noviembre, en la provincia china oriental de Anhui, cuatro predicadores se dirigían a su hogar luego de haber realizado una misión en el poblado de Chengguan, bajo la jurisdicción de la ciudad de Bozhou, cuando fueron detenidos por la policía. Tres de ellos fueron arrestados. Al final, resultó que un informante local los había denunciado tras darse cuenta, por su acento, de que provenían de otra región.
Utilizando informantes como este, por lo general, los administradores de la red –personas designadas para supervisar áreas de entre 15 a 20 hogares, conocidas como “las redes”– alertan, en cualquier momento, a las autoridades sobre cualquier tipo de actividad “sospechosa”, entre las que se incluyen las religiosas. Habiéndose familiarizado con todos los residentes y sus hábitos, los administradores son invaluables fuentes de información.
Un administrador de la red de la provincia china nororiental de Jilin, reveló que entre sus responsabilidades laborales se incluye conocer y seguir la pista de los lugares religiosos y de los creyentes existentes en su red. También se le confía la tarea de «descubrir y recopilar pistas e información sobre infiltración religiosa y actividades religiosas ilegales en el área de la red y denunciarlas de inmediato, así como también ayudar a sus superiores a efectuar ‘tareas de estabilización’ en el campo religioso».
Un colega procedente del condado de Chun’an, bajo la jurisdicción de la ciudad de Hangzhou, en la provincia china oriental de Zhejiang, le dijo a Bitter Winter que en su área incluso existen los denominados «grupos pacíficos de redes», compuestos por personal gubernamental de bajo nivel, miembros del Partido y vagabundos desempleados, encargados de vigilar los barrios de manera conjunta. A diario, cada administrador de la red debe reportar de tres a cinco datos valiosos, recibiendo una recompensa de 3 yuanes (aproximadamente 0,4 dólares) por cada uno. Los mismos también visitan iglesias para tomar fotos e informarles a las autoridades superiores lo que está sucediendo en las mismas.
Miembros del Partido bajo la apariencia de creyentes
Personal del Gobierno local y miembros regulares del Partido Comunista Chino (PCCh) a nivel de condado, poblado y aldea están participando cada vez más en el trabajo religioso y están reprimiendo fervientemente a los creyentes debido a los compromisos de responsabilidad personal que son obligados a firmar. Algunos de ellos han sido designados como «oficiales de información» específicamente para monitorear y denunciar actividades religiosas. Para poder hacerlo, ingresan a las iglesias, a veces disfrazados, para escuchar los sermones y observar a las congregaciones.
Un pastor procedente de la ciudad de Shangqiu, en la provincia china central de Henán, reveló que el 14 de abril, mientras daba un sermón recibió una nota que decía: “Hay líderes [gubernamentales] llevando a cabo una investigación secreta en la iglesia. Ten cuidado».
En septiembre pasado, el Gobierno de un condado en la Región Autónoma de Mongolia Interior tomó una decisión durante una reunión extraordinaria, ordenándoles a todas las aldeas bajo su jurisdicción que formaran «grupos líderes de gestión del trabajo religioso», compuestos por el secretario del Partido de cada aldea y el director del Comité de Aldeanos, así como también por miembros regulares de la rama del Partido y del comité de la aldea. El grupo debe mantenerse al tanto de las actividades religiosas y denunciar con prontitud los lugares donde se lleven a cabo reuniones religiosas de manera privada, cualquier actividad que involucre a personas religiosas que procedan de otras regiones y los movimientos de los creyentes locales. También se les exige ingresar a los hogares para buscar cruces y otros símbolos religiosos.
Equipos de espías en iglesias de las Tres Autonomías
Un infiltrado en la Brigada de Seguridad Nacional procedente de la provincia china suroriental de Fujian, afirmó que el Gobierno había establecido en algunas áreas y de manera secreta «equipos de aplicación de la ley» de la Iglesia de las Tres Autonomías. Los miembros de estos equipos están compuestos por creyentes regulares que han sido sobornados o coaccionados por el Gobierno. Los mismos le reportan directamente a la Agencia de Asuntos Étnicos y Religiosos de la ciudad temas tales como predicadores provenientes de otras regiones, miembros del Partido que asisten a la iglesia o la compatibilidad del contenido de los sermones con los requisitos establecidos por el Gobierno y similares.
Según la fuente en cuestión, varios de estos creyentes espías son plantados en cada iglesia, sin que los miembros de las congregaciones y el clero conozcan su existencia. Los informantes reciben subsidios mensuales por parte del Gobierno, si descubren buenas pistas o denuncian iglesias no oficiales y a sus líderes –especialmente a los responsables de grupos religiosos designados como xie jiao– también pueden llegar a recibir una importante bonificación.