En China continental las empresas son investigadas y sancionadas, ya que el régimen aplica «medidas de control de estabilidad» para contrarrestar los efectos del movimiento prodemocrático.
por Lin Yijiang
Mientras que el Gobierno chino culpa a los manifestantes de Hong Kong por la recesión económica en el país, los empresarios de China continental asociados con Hong Kong afirman que pierden negocios principalmente debido a las estrictas «medidas de control de estabilidad» aplicadas por Pekín. Bitter Winter habló con algunos de ellos.
Se investiga la postura política de los socios comerciales
Un empleado de una pequeña fábrica emplazada en una provincia costera china reveló que en el mes de octubre, la policía investigó e interrogó a algunos miembros del personal, incluido él, sobre los negocios de su empresa con Hong Kong.
La policía estaba particularmente interesada en las actitudes políticas de los socios comerciales de la empresa procedentes de Hong Kong, exigiendo, en primer lugar, saber sus nombres, edades, domicilios, así como también detalles de las transacciones efectuadas con ellos. Los oficiales ejercieron presión para saber si los socios de Hong Kong alguna vez habían mencionado las protestas y cuál era su punto de vista sobre la situación en la región administrativa especial.
Los oficiales de policía alegaron que tales investigaciones eran llevadas a cabo para evitar que las empresas que hacen negocios con Hong Kong «conspiraran con separatistas», lo que consideraban «un problema sumamente grave».
«Cuando pregunté por qué incluso las fábricas más pequeñas eran investigadas, los oficiales me dijeron que las sucursales del Partido Comunista Chino (PCCh) generalmente se establecen en grandes empresas, y el Gobierno supervisa de cerca cada uno de sus movimientos a través de ellas», afirmó el empleado mientras recordaba su reunión con la policía. «Pero las pequeñas empresas no habían sido supervisadas de la misma manera, de ahí las nuevas investigaciones». El mismo añadió que la policía se había llevado los registros de pedidos de la empresa a partir de junio, momento en el que comenzaron las protestas en Hong Kong.
El empleado le dijo a Bitter Winter que, a través de sus interacciones con los socios de la empresa en Hong Kong, se había dado cuenta de que el movimiento prodemocrático no era lo que el Gobierno chino estaba afirmando que era a través de la propaganda. También sintió que, durante las comunicaciones con los socios, los mismos se mostraban cautelosos al hablar sobre las protestas. A partir de algunas expresiones y palabras pudo determinar que apoyaban el movimiento, a pesar de que no expresaban sus opiniones abiertamente por temor a que las represalias del Partido afectaran sus negocios.
Sus temores no son infundados: basta con que los empresarios sean señalados por el régimen para que se pongan en marcha de manera inmediata medidas represivas sumamente devastadoras contra ellos.
Una cadena de restaurantes fue boicoteada
En el año 2002, Alfred Cheung Kin-ting, un actor, director, escritor y productor procedente de Hong Kong, abrió una cadena de restaurantes llamada «Cousin Cafe«. Más tarde, licenció el nombre comercial a empresas independientes que abrieron franquicias en China continental.
A fines de agosto, el Sr. Cheung fue acusado de apoyar la independencia de Hong Kong y etiquetado como «separatista» por haber participado en el mes de junio en una de las marchas contra los cambios en la ley de extradición y haber publicado algunos comentarios en sus redes sociales. El Sr. Cheung negó las acusaciones de ser partidario de la independencia de Hong Kong. A pesar de todo, las franquicias de «Cousin Cafe» existentes en el continente fueron reprimidas: algunos medios de comunicación y comentaristas en línea instaron a la gente a boicotear los restaurantes de la cadena.
Temeroso de perder su negocio, el propietario de uno de los restaurantes «Cousin Cafe» rescindió el contrato con la franquicia y comenzó a redecorar el lugar para cambiar su imagen y nombre. El propietario le dijo a Bitter Winter que, incluso durante el proceso de renovación, había recibido varias llamadas anónimas en las que se lo acusaba e intimidaba por «hacer negocios con un separatista de Hong Kong».
“El PCCh es famoso por su historia de luchas por el poder. Cualquier resistencia contra él dará lugar a prohibiciones y castigos”, explicó el empresario, añadiendo que tuvo que separarse del “Cousin Cafe” simplemente porque quería salvar su negocio y sabía bien de lo que era capaz el PCCh.
«De hecho, el ‘Cousin Café’ había logrado una buena reputación y su negocio también era muy bueno», afirmó un cliente del restaurante. “Pero el Gobierno no permite ningún comentario disidente en el continente. Puedes llegar a perder tu negocio simplemente por una palabra incorrecta».
Dinero perdido y reputación manchada
La Sra. Zhang, propietaria de un negocio en la provincia sureña de Cantón, le dijo a Bitter Winter que muchas empresas continentales que hacen negocios con Hong Kong se vieron perjudicadas debido a las medidas de control de estabilidad del PCCh.
Desde junio, cada vez que intentaba transferirle dinero a sus socios comerciales a través de un banco con sede en Hong Kong, no podía completar el proceso porque los códigos de verificación de transacciones no funcionaban.
Al hablar con el banco se enteró que numerosas empresas se enfrentaban con el mismo problema: el banco enviaba códigos de verificación, pero las compañías de telecomunicaciones en China continental los bloqueaban.
La imposibilidad de transferirles dinero a sus socios comerciales le ha causado serios inconvenientes a la Sra. Zhang y también ha dañado la reputación de su empresa. «Debido a que el dinero no llegó a mis socios comerciales a tiempo, ellos comenzaron a poner en duda mi credibilidad», afirmó con preocupación la Sra. Zhang. “Ahora se niegan a hacer negocios conmigo hasta que reciban el dinero. Esto le ha causado pérdidas financieras a mi empresa. Simplemente no lo entiendo. ¿Qué tienen de malo los códigos de verificación? No son información sensible en absoluto. ¿Por qué también son bloqueados?”.
No solo se dificultan las transferencias de dinero, sino también el envío de mercancías a Hong Kong. Según la Sra. Zhang, los artículos enviados a cualquier región de Hong Kong son inspeccionados y verificados, ralentizando así el proceso de entrega. Algunos envíos se han retrasado hasta una semana.