Siguen llegando imágenes y videos de estatuas budistas siendo destruidas o cubiertas, aparentemente sin un final a la vista.
por Wang Anyang
El Gobierno chino no solo se siente aterrizado por los creyentes religiosos; también se siente intimidado por las estatuas.
¿De qué otra manera se podrían explicar las constantes campañas del Partido Comunista Chino (PCCh) tendientes a regular y eliminar las estatuas al aire libre situadas por toda China? Numerosas estatuas han sido demolidas y muchas han sido cubiertas por la fuerza, ni siquiera las estatuas budistas situadas en lugares históricos y culturales protegidos se han salvado.
Como, por ejemplo, el punto escénico de la Cueva de los Mil Budas, el cual se encuentra emplazado en la ciudad a nivel de condado de Zhuanghe, bajo la jurisdicción de la ciudad de Dalian, en la provincia china nororiental de Liaoning. En septiembre de 2018, las autoridades ordenaron la remoción de una estatua de Buda de más de 10 metros de altura bajo el pretexto de que «había sido construida en el exterior y era demasiado alta, lo cual es ilegal». Las autoridades también exigieron que el Sr. Zhang (seudónimo), el budista a cargo de la Cueva de los Mil Budas, quitara los símbolos budistas que contuvieran frases religiosas y reemplazara las banderas budistas por la bandera nacional.
La Cueva de los Mil Budas fue inicialmente construida durante las dinastías Liao y Jin (907 a 1234 d. C.), pero fue destruida durante la Revolución Cultural. A partir del año 2000, más de 500 budistas aportaron dinero para su reconstrucción, gastando decenas de millones de yuanes (más de 1,5 millones de dólares). En marzo de 2001, la Cueva de los Mil Budas fue clasificada como un «sitio histórico y cultural protegido a nivel municipal» por el Gobierno Popular de la ciudad de Dalian.
Pero cuando llegó el momento de derribar la estatua budista, ninguno de los trabajadores de demolición contratados por el Gobierno estuvo dispuesto a hacerlo por temor a incurrir en una «retribución divina», por lo que los funcionarios gubernamentales tuvieron el descaro de exigirle al Sr. Zhang que contratara trabajadores para que destruyeran su propia estatua de Buda; y lo observaron para asegurarse de que lo hiciera, afirmaron las fuentes.
Las tareas de desmantelamiento continuaron durante más de medio mes y costaron más de 20 000 yuanes (alrededor de 3000 dólares).
Una colección de estatuas de diferentes tamaños, situadas al aire libre, fueron demolidas por la fuerza, otras han sido cubiertas con telas rojas. Incluso la tumba que el Sr. Zhang había preparado para su muerte fue destruida con explosivos.
Durante el mismo período, las autoridades utilizaron hormigón y paneles de aislamiento blancos para cubrir una estatua gigante de Buda que se hallaba situada en la zona turística del Monte Jiuhua, en la ciudad de Linghai, en la provincia de Liaoning. La razón proporcionada por las autoridades fue que el Gobierno no la había aprobado.
El 4 de enero de 2019, más de 10 agentes de policía de la ciudad de Guangshui, en la provincia china central de Hubei, irrumpieron en el Templo de Zushi y destruyeron estatuas utilizando mazos, amenazando con arrestar a la persona a cargo del templo si interfería.