Un periodista de Bitter Winter viajó hasta el condado de Shawan para averiguar cómo la represión llevada a cabo por el Gobierno afecta la vida cotidiana: arrestos masivos, libros quemados y mezquitas destruidas.
Ubicado en el noroeste de Sinkiang, el condado de Shawan posee una población total de aproximadamente 210 000 personas. Entre ellos, los huis, uigures, kazajos y otras minorías étnicas representan aproximadamente un tercio de la población total.
Liushugou, bajo la jurisdicción del poblado de Jin’gouhe, es una típica aldea musulmana que solía tener tres mezquitas. En febrero de 2018, el Gobierno local arrestó a cuatro imanes de las tres mezquitas bajo el pretexto de «contraterrorismo y mantenimiento de la estabilidad».
La operación de arresto no se detuvo allí. El 7 de abril, tres funcionarios del Gobierno local se presentaron en la aldea para investigar las creencias religiosas de los aldeanos. Alrededor de las 4 de la madrugada del siguiente día, más de 20 musulmanes de etnia hui fueron arrestados.
Un funcionario de la aldea también halló una lista de personas involucradas en la construcción de las mezquitas y pronto hubo más arrestos: en total, 43 personas fueron arrestadas, de las cuales la mayor tenía 75 años.
Además, luego del arresto de los hombres, todas las mujeres musulmanas de la aldea fueron obligadas a presentarse todas las noches en el comité de la aldea para «estudiar» durante dos horas. Miembros del personal gubernamental frecuentaron los hogares de los detenidos, amenazando a sus familias para que no hablaran con nadie acerca de los arrestos: «El que hable sobre el tema será detenido para ‘estudiar’».
Un aldeano de etnia hui le dijo a Bitter Winter: «Estas personas no serán liberadas hasta que se hayan ‘transformado’, es decir, hasta que hayan abandonado sus creencias religiosas. Al Partido Comunista (PCCh) solo le importa mantener la estabilidad. No les importa en absoluto la gente común. Luego de arrestar a todos los musulmanes de etnia hui y uigur, el Partido Comunista arrestará a las personas de etnia han que posean creencias religiosas. Todo el que crea en el cristianismo o en el budismo será arrestado».
Otro aldeano dijo sarcásticamente: «Soy una persona que disfruta comer, beber, apostar y prostituirse. Yo hago todo eso. El Partido Comunista sabe que no poseo ninguna creencia religiosa, por eso me dejaron ir. De lo contrario, me hubieran detenido como a todos los demás».
El 10 de abril, las tres mezquitas que estaban emplazadas en la aldea fueron completamente demolidas. Se cavaron pozos para enterrar los escombros y no quedó rastro de las mismas.
El mismo día, una mezquita emplazada en Jiahezi, otra aldea del condado, bajo la jurisdicción del poblado de Anjihai, también fue completamente arrasada. El imán de la misma había sido arrestado previamente. Cuando su hijo se presentó en la estación de policía para preguntar por qué habían detenido a su padre, también fue arrestado, por el simple hecho de hacer preguntas.
Algunas semanas antes, otra mezquita emplazada en la aldea de Jiahezi también fue destruida. Los líderes del condado ordenaron que no quedara en pie ni un solo ladrillo en el sitio de la demolición. Al final de la demolición de cuatro días, esta mezquita, la cual cubría un área de aproximadamente medio acre, fue eliminada por completo. Nadie podría decir que alguna vez existió una mezquita allí.
En comparación con estos edificios demolidos, la mezquita emplazada en la aldea de Anjihai, también bajo la jurisdicción del poblado de Anjihai, puede considerarse «afortunada». En lugar de ser destruida, solo se eliminó el símbolo de la luna creciente que se hallaba situado en la parte superior de la estructura. Aldeanos hui especularon que este tratamiento leve podría deberse a que el imán de la mezquita obedecía al Partido Comunista.
No obstante, no todo marcha bien para este templo. A pesar de que no fue demolida, la mezquita ahora existe solo de nombre.
Un aldeano reveló que actualmente la mezquita es vigilada las 24 horas del día por personal del Gobierno del poblado de Anjihai, los cuales se turnan para llevar a cabo dicha tarea. Pasando la puerta, hay un escritorio, una silla y escudos antidisturbios destinados al personal gubernamental en servicio. La puerta delantera está cerrada y se ha colocado una barrera antivehículos en frente de la misma. Ninguno de los aldeanos locales se atreve a entrar a rezar.
Según los aldeanos, hacer desaparecer imanes y mezquitas no fue suficiente para el PCCh. Los libros que contengan las Sagradas Escrituras también deben desaparecer. Un aldeano afirma que, durante una ceremonia regular de izamiento de la bandera, un funcionario de la aldea de Liushugou les dijo a los espectadores: “El que tenga libros con las Sagradas Escrituras escondidos en su hogar deberá entregarlos al comité de la aldea. El que no lo haga y sea descubierto, será detenido para estudiar y ser reformado”. Poco después, funcionarios posicionados en la aldea fueron de puerta en puerta exigiéndoles a los aldeanos que entregaran los libros que contuvieran las Sagradas Escrituras. La mayoría de los aldeanos musulmanes temiendo ser enviados a campamentos de transformación por medio de educación los entregaron.
Un aldeano reveló que el comité de la aldea quemó todos los libros confiscados en un horno, cinco bolsas de libros por día, y la quema continuó durante dos semanas.
Así es como se ve una campaña de miedo. Comprensiblemente, nadie en Shawan dejará constancia de dicho accionar ni realizará una protesta oficial.
Información de Li Zaili