La técnica de la Revolución Cultural retomada de la década de 1960 enfrenta masas contra masas, hermanos contra hermanos y fe contra fe, para así poder controlar las creencias.
por Jiang Tao
En el mes de noviembre, los líderes centrales y provinciales del Partido Comunista Chino (PCCh) celebraron una conferencia en la ciudad de Shaoxing, en la provincia costera oriental de Zhejiang. La conferencia llevó el enigmático título, «Conmemoración del Estudio Expansivo de la Experiencia Fengqiao en su 55.° aniversario». Inmediatamente después, los medios de comunicación oficiales del Partido publicaron una serie de artículos en los que se elogiaba la Experiencia Fengqiao, contribuyendo de esa manera a impulsar la difusión del proyecto.
Esta promoción de la denominada Experiencia Fengqiao ha causado gran preocupación entre muchas personas que poseen memoria histórica, ya que revive fantasmas de la Revolución Cultural.
La Experiencia Fengqiao es un método de la era de Mao creado para utilizar a grupos masivos de ciudadanos para que monitoreen y reformen a los que son considerados «enemigos de clase». El método funciona según el principio que afirma que «Diez personas trabajan en forma conjunta para reformar a una persona y, de esta manera, los conflictos no llegan a las autoridades superiores, logrando que la sociedad se reforme desde adentro”. En términos coloquiales, esto significa movilizar a las masas contra las masas.
La Experiencia Fengqiao fue el programa piloto del Movimiento de Cuatro Limpiezas implementado a nivel nacional por el Presidente Mao (creado para limpiar la política, la economía, las organizaciones, y la ideología), siendo la misma una experiencia de gestión integral del orden público, implementada originalmente en la década de 1960 en el distrito de Fengqiao de la provincia de Zhejiang. Dicha área es actualmente conocida como el poblado de Fengqiao.
Más recientemente, en el año 2013, Xi Jinping ordenó que los departamentos de todos los niveles pertenecientes al Partido y al gobierno se familiarizaran con el significado de la Experiencia Fengqiao, y continuaran poniendo en práctica esta «buena tradición». En su versión moderna, este método de control y castigo de masas ha sido utilizado para reprimir y reformar a disidentes y a grupos religiosos.
La técnica de Fengqiao puesta en marcha es extremadamente efectiva. Tomemos como ejemplo un incidente ocurrido en la ciudad de Wendeng, en la provincia oriental y costera de Shandong. En el mes de marzo, tres aldeanos de aproximadamente setenta años pertenecientes a una Iglesia doméstica cristiana fueron convocados repetidamente a un espacio público de reunión de la aldea para ser sometidos a «sesiones de debate».
Se les ordenó que se pararan en el centro del área de reunión, en presencia de todos los funcionarios del poblado. El secretario de la aldea, el director de la Federación de Mujeres de toda China (bajo la supervisión directa del PCCh, la organización fue fundada en el año 1949 para apoyar al Partido y promover los derechos de las mujeres), y otras personas se turnaron para cuestionar las creencias religiosas de los aldeanos a fin de «educarlos a través de la crítica». Los creyentes fueron criticados por su creencia en Dios, la cual fue juzgada como supersticiosa, por oponerse al Gobierno y por usurpar el poder político.
Los aldeanos fueron obligados a abandonar sus creencias religiosas, o de lo contrario, sus hijos no podrían ingresar al ejército, recibir educación universitaria, ni postularse para ocupar algún cargo civil. Los funcionarios también los amenazaron afirmando que si no lo hacían revocarían sus prestaciones de bienestar social. Desde el momento en el que acaecieron estos incidentes, los tres ancianos se han convertido en parias y a menudo en objetos de desprecio público. Bajo la vigilancia constante de otros aldeanos, ya no pueden reunirse. Además, más de treinta miembros de otra Iglesia doméstica emplazada en la aldea afirman haber padecido desprecio o vergüenza pública debido al tratamiento al que se vieron sometidos los otros tres creyentes.
Varias «sesiones de debate disfrazadas» se han extendido ampliamente. Organismos del Partido y gubernamentales, así como también empresas e instituciones públicas, implementaron planes en los cuales los superiores debían monitorear a los empleados de nivel inferior y los colegas recibieron instrucciones de vigilarse mutuamente. Las autoridades locales, tales como los subdistritos y las comunidades, crearon «patrullas rojas de la puesta del sol» para que los vecinos se vigilaran entre sí. Se difundió propaganda antirreligiosa en las escuelas, desde el nivel primario hasta el nivel universitario. Los profesores recibieron instrucciones de vigilar a los estudiantes, los estudiantes de vigilar a los profesores y los estudiantes de vigilarse entre sí.
De este modo, los creyentes religiosos eran vigilados constantemente —y con frecuencia discriminados— por líderes, colegas, compañeros de clase y vecinos que los rodeaban. Las masas, hasta el nivel de los niños en edad escolar, se han convertido inadvertidamente en instrumentos de la opresión gubernamental. Fengqiao ha demostrado ser efectiva y económica, ya que el Gobierno puede confiar en los servicios “gratuitos” brindados por los ciudadanos en lugar de pagarle a la policía para que reprima.
Hu Ping, jefe de redacción honorario de Beijing Spring, una revista mensual dedicada a la promoción de los derechos humanos, la democracia y la justicia social en China, cree que Fengqiao está regresando por una razón muy específica. Tal y como él lo ve, “Esta es una iniciativa implementada en nombre del Partido tendiente a fortalecer el control que ejerce el mismo en un momento de alto riesgo. La economía china se encuentra en franco declive, la crítica pública está aumentando y los métodos tradicionales utilizados para mantener la estabilidad social se están volviendo cada vez más caros. En estas circunstancias, Xi Jinping ha adquirido un renovado interés por el método utilizado durante la era de Mao».
En esta última versión de Fengqiao, las religiones han sido puestas unas contra otras para poder controlar la sociedad y suprimir a la religión. Por ejemplo, el PCCh ha incitado a la Iglesia de las Tres Autonomías controlada por el Gobierno a luchar contra las Iglesias domésticas y contra algunos nuevos movimientos religiosos a los que se opone el mismo.
Por ejemplo, el 14 de mayo, en la provincia costera y suroriental de Fujian, los Departamentos de Asuntos Religiosos provincial y municipal celebraron una conferencia de cinco días de duración. En la misma, funcionarios presionaron a 36 líderes locales de Iglesias de las Tres Autonomías para que colaboraran con el Gobierno en una iniciativa por reprimir a Iglesias domésticas y a movimientos religiosos, especialmente a la Iglesia de Dios Todopoderoso (IDT). En la conferencia se llegó a la conclusión de que, debido al rápido crecimiento de la IDT, era necesario que el Gobierno cooperara con los grupos religiosos para poder reprimirla.
¿Cómo llegó la conferencia a esta conclusión? Durante la tarde, cuando el grupo se reunió para discutir estos temas, todos los participantes se vieron obligados a expresar su opinión sobre la IDT, quedando registrado en actas todo lo que decían. Posteriormente, las autoridades instruyeron a los líderes de Iglesias sobre cómo denunciar y rastrear a algún miembro de la IDT que conocieran. A los líderes también se les dijo que cualquier persona que a sabiendas no denunciara a un miembro de la IDT, sería considerado tan culpable como el creyente de la IDT en cuestión.
La implementación de esta política en el condado de Gutian, provincia de Fujian, está destinada a ser una puesta a prueba de las importantes iniciativas tendientes a suprimir a la IDT, al igual que sucedió con una iniciativa similar, denominada «equipo para vencer a los lobos», establecida y compuesta por 20 miembros y destinada específicamente a denunciar a miembros de Iglesias domésticas.
Incluso los lazos familiares son aprovechados en esta iniciativa maoísta para convertir a los ciudadanos en masas de informantes, siendo la misma una adaptación moderna del modelo de la Revolución Cultural de la década de 1960.
Durante la Revolución Cultural, el proyecto de «masas luchando contra masas» alcanzó un punto máximo cuando los niños denunciaban a sus padres, las esposas traicionaban a sus esposos y los familiares se traicionaban entre sí. Muchos consideraron esta etapa final de la Revolución como la destrucción misma del orden moral.
Un documento interno del PCCh obtenido por Bitter Winter y sobre el cual hemos hablado anteriormente, describe la nueva iniciativa tendiente a hacer que los familiares se enfrenten entre sí. Titulado Compilación de Casos Ejemplares de Operaciones Especiales, el documento les ordena a los «funcionarios de poblados y aldeas que primero lleven a cabo un trabajo ideológico tendiente a convencer a sus familiares (cristianos)», de que «los familiares persuaden a sus familiares religiosos» para que se separen de la religión y ya no participen en actividades religiosas. El documento además exige que «los esfuerzos se centren en reformar las ideologías de los misioneros, afirmando que sus familiares deberían ser los primeros en llevar a cabo un trabajo ideológico sobre ellos».
Los defensores de la libertad religiosa señalan que ser arrestado por la policía tiene un efecto temporal y limitado. Pero la intensa presión ejercida por la familia puede durar para siempre e infiltrarse en todos los aspectos de la vida de un cristiano. Los ejemplos de la presión ejercida sobre y a través de las familias, son desgarradores.
Tomemos como ejemplo un incidente acaecido en Nanjing. Entre los meses de abril y mayo, las autoridades municipales pusieron en marcha una campaña de propaganda contra la IDT en la ciudad, la cual incluía una recompensa de 500 a 5000 yuanes para quienes denunciaran a miembros de la IDT. Una vez más, aquellos que no denunciaran a un familiar miembro de la IDT deberían responsabilizarse por sus actos.
Según la creyente de la IDT, Li Xiulan (seudónimo), cuando su esposo vio la notificación del Gobierno, la obligó a abandonar inmediatamente la Iglesia. «La notificación es clara» él afirmó. “Si un familiar cree en Dios, toda la familia será considerada culpable. En el futuro, nuestros hijos no podrán asistir a la universidad, unirse al ejército, u obtener un empleo. No solo eso, sino que, de ser atrapados, serán encarcelados durante tres años” (referencia al plazo mínimo de prisión por participar activamente en una organización xie jiao [enseñanzas heterodoxas], según lo estipulado en el Artículo 300 del Código Penal Chino).
De joven, el marido de Li Xiulan fue perseguido durante la Revolución Cultural, y todos sus hermanos y hermanas resultaron implicados. En la actualidad, todavía alberga ese miedo en su corazón. Él cree que “el Partido Comunista hace lo que quiere, sin importar cuán beneficiosa sea la fe en Dios, uno no puede tenerla».
Según otro miembro de la IDT, varios familiares del creyente lo habían presionado para que abandonara la Iglesia debido a la influencia ejercida por la propaganda gubernamental. A algunos cristianos de edad avanzada sus familiares también les están negando su apoyo debido a que temen el castigo que conlleva apoyar a familiares religiosos.
Hace 50 años, la Revolución Cultural dejó tras de sí terror y miseria. Una nueva revolución cultural que tenga como objetivo lograr que tanto hermanos como creyentes se enfrenten entre sí, amenaza con enterrar la libertad religiosa y la libertad de conciencia en la China del siglo XXI.