Al negarse a ser controladas por el Gobierno, las iglesias domésticas son consideradas ilegales y reprimidas en nombre de la eliminación de «pandillas y fuerzas del mal».
por Li Mingxuan
El 13 de octubre, un grupo de funcionarios locales le tendió una emboscada a una iglesia doméstica emplazada en Jinan, la capital de la provincia oriental de Shandong. «De ahora en adelante, no se les permite reunirse aquí, ni leer la Biblia», fueron amenazados los miembros de la congregación. “Según órdenes del Gobierno central, la Biblia está prohibida. Ustedes han sido designados como objetivo de la campaña tendiente a ‘aniquilar el crimen de pandillas y eliminar el mal’”. Los funcionarios declararon que «las iglesias domésticas de toda la provincia de Shandong debían ser clausuradas».
«¿Qué tipo de Gobierno es este?», comentó un cristiano de edad avanzada. «Hacen la vista gorda cuando se trata de malhechores y criminales, pero nos persiguen a los cristianos».
A principios de septiembre, un lugar de reunión perteneciente a una Iglesia doméstica, emplazado en el condado de Dongping, administrado por la ciudad de Tai’an de Shandong, fue allanado por funcionarios locales, los cuales exigieron colocar e izar la bandera nacional, registrar a todos los miembros de la congregación y firmar un acuerdo para unirse a la Iglesia de las Tres Autonomías. Los mismos amenazaron con confiscar los bienes de la Iglesia y clausurar el lugar si no se obedecían las órdenes. Los creyentes se negaron, por lo cual el lugar fue clausurado.
Desde finales de septiembre hasta principios de octubre, dos lugares de reunión pertenecientes a la Iglesia doméstica de Guangming, emplazados en la ciudad de Jixi, en la provincia nororiental de Heilongjiang, fueron clausurados de manera sucesiva. Según un miembro de la congregación, a pesar de que los creyentes le habían solicitado una licencia a la Agencia de Asuntos Étnicos y Religiosos local, la iglesia fue designada como un «lugar ilegal» porque los funcionarios se negaron a considerar su solicitud.
Mientras tanto, en la provincia suroccidental de Yunnan, una gran cantidad de lugares de reunión pertenecientes a iglesias domésticas fueron clausurados bajo el pretexto de «celebrar reuniones ilegales».
A fines de agosto, agentes de policía y funcionarios de la Agencia de Asuntos Religiosos allanaron una iglesia doméstica emplazada en la Prefectura Autónoma Honghe Hani y Yi de Yunnan, alegando que el lugar no estaba autorizado y, por lo tanto, era ilegal. Le ordenaron a la congregación que se uniera a la Iglesia de las Tres Autonomías. La iglesia a la que fueron asignados se encontraba situada a miles de kilómetros de distancia, por lo que era imposible que los creyentes asistieran a la misma, incluso si aceptaban unirse a ella. Al no tener otra opción, los feligreses firmaron un documento en el que se les prohibía celebrar reuniones religiosas. Los funcionarios confiscaron todos los objetos de valor, asignaron personal local para que vigilara el lugar y amenazaron con arrestar a los creyentes si continuaban celebrando reuniones.
Como si los creyentes no estuvieran lo suficientemente intimidados, los agentes de policía allanaron los hogares de al menos ocho miembros de la congregación, confiscando los libros religiosos y derribando las pinturas religiosas existentes en los mismos. Un oficial abofeteó a una de las creyentes por negarse a entregar sus libros religiosos.
«El Gobierno nos persigue porque teme que la creciente membresía y el veloz desarrollo de la Iglesia les sean desfavorables», le dijo a Bitter Winter un miembro de la Iglesia. «Estos funcionarios están actuando como demonios».
El 5 de septiembre, funcionarios del condado de Yuanmou en la Prefectura Autónoma Chuxiong Yi de Yunnan clausuraron un lugar de reunión perteneciente a una Iglesia local, el cual había sido fundado hace más de treinta años. Los mismos amenazaron con imponer una multa de 300 000 yuanes (alrededor de 42 000 dólares) si el lugar continuaba celebrando reuniones religiosas.
A fines de septiembre, ocho funcionarios gubernamentales de la ciudad a nivel de condado de Dali, en Yunnan, irrumpieron en un lugar de reunión perteneciente a una Iglesia doméstica y saquearon todos los objetos de valor. Más de 100 libros religiosos que habían sido publicados en el extranjero fueron confiscados porque, según afirmaron los funcionarios, tenerlos «no estaba de acuerdo con las leyes chinas».
Más tarde ese mismo día, el Gobierno local convocó a miembros de la congregación para «una charla». Se les dijo que debido a que el predicador del lugar no poseía un permiso emitido por el Departamento de Trabajo del Frente Unido, sus actividades constituían «predicación ilegal». Los funcionarios también amenazaron con encarcelar a los creyentes si los mismos volvían a reunirse con el predicador para llevar a cabo prácticas religiosas.