Al implementar la campaña de «reforma funeraria» del Gobierno central, los funcionarios de la ciudad de Xingtai, en la provincia de Hebei, utilizan medidas drásticas para complacer a sus superiores.
por Yang Xiangwen
El Gobierno de la ciudad de Xingtai, en la provincia norteña de Hebei, ha prohibido los entierros de los fallecidos desde principios de año, con la esperanza de alcanzar el objetivo de 100% de cremaciones en la ciudad para el 1 de octubre.
Por orden del Gobierno central, durante los últimos años se han estado implementando reformas funerarias similares a lo largo de todo el país a fin de limitar el uso de la tierra para los cementerios, promoviendo la cremación como la única forma aceptable de dar descanso a los fallecidos. Para muchas personas de fe, la cremación contradice sus creencias y les resulta difícil aceptarla. Algunos residentes de edad avanzada desesperados incluso optaron por suicidarse antes de que se aplique la reforma y se prohíba el entierro tradicional.
Enterrar a los muertos es una tradición profundamente arraigada en la China rural. Muchos creen que la cremación es una falta de respeto hacia los difuntos y que solo aquellos que son enterrados pueden descansar tras su muerte. Pero a medida que la reforma se extiende por todo el país, sin permitir ningún tipo de flexibilidad, los muertos son exhumados y cremados.
Luego de que un hombre de aproximadamente 80 años falleciera el 26 de abril en el municipio de Taizijing administrado por Xingtai, sus hijos lo enterraron esa misma noche, siguiendo las costumbres locales. Más de diez días después, funcionarios del Gobierno local los presionaron para que exhumaran y cremaran el cuerpo de su padre, amenazándolos con cancelar sus pensiones y expulsarlos del Partido Comunista Chino (PCCh) si se rehusaban a hacerlo.
Negándose a aceptar la inhumana orden, los hijos del difunto se mantuvieron firmes y les dijeron a los oficiales que no se debía molestar a los muertos. Sin tener en cuenta sus deseos, en la madrugada del 19 de mayo, empleados contratados por el Gobierno exhumaron el cuerpo del hombre y lo incineraron en el acto.
El 21 de abril, un día después de que un hombre de aproximadamente 70 años muriera en Xingtai, y mientras su familia se preparaba para su entierro, funcionarios gubernamentales y del Partido reunieron a los administradores de 20 aldeas en el cementerio donde el hombre iba a ser sepultado para hablar sobre las practicas funerarias en la zona. Los mismos ordenaron «abogar por la cremación y rechazar el entierro» para alcanzar una tasa de cremación del 100 por ciento en la ciudad.
A tres funcionarios de la aldea se les ordenó llenar la tumba excavada con tierra para evitar que la familia enterrara al difunto. Uno de los funcionarios se negó a hacerlo, pero fue amenazado por un superior, el cual le dijo lo siguiente: «si el difunto no es incinerado hoy, tú serás incinerado mañana».
De acuerdo con el Plan de implementación para ampliar aún más la reforma funeraria, emitido conjuntamente por la Oficina Municipal del Comité del Partido de Xingtai y la Oficina del Gobierno Municipal a principios de este año, a partir del 15 de abril, los funcionarios gubernamentales, los empleados de instituciones estatales, organizaciones sociales y empresas, y los miembros del PCCh, así como también sus familiares directos fallecidos, deberán ser cremados, no enterrados, sin excepciones.
En el mes de mayo, para demostrar que los miembros del PCCh deben tomar la iniciativa en lo que respecta a la implementación de la orden, el Gobierno de un poblado administrado por Xingtai despidió a un funcionario de aldea de su puesto por no implementar la “reforma funeraria” porque enterró a su padre fallecido.